viernes, 9 de octubre de 2009

De espadas y corazas

La seguridad en este sentido para las tropas españolas llegará cuando el ministerio de Defensa despliegue en la zona los nuevos RG31, que están siendo recepcionados desde principios de septiembre, destinados a sustituir a los BMR, y que empezarán a desplegarse a finales de 2009 o principios de 2010 en Afganistán (…) El RG31 Mk5E es un vehículo 4x4 de pelotón con un peso de combate superior a los 17.000 kilos. En su versión de transporte blindado de personal (APC, siglas en inglés), la adquirida por el Ejército español, este vehículo está especialmente diseñado para resistir minas y objetos explosivos improvisados.
Este vehículo está siendo utilizado ya en Afganistán (también en Irak) por las tropas de Estados Unidos y Canadá con unos resultados excepcionales.” [LD 09/10/2009]


En el otoño de 1.415, durante la guerra de los Cien Años, los ingleses derrotaron en el norte de Francia al ejército francés en la batalla de Agincourt.
Lo que hace a esta batalla especial es que – según los estudiosos – marca el inicio del declive de la caballería pesada. Los arcos ingleses, capaces de atravesar una armadura a cincuenta metros y unas tropas entrenadas para disparar con una cadencia de diez a doce flechas por minuto, hicieron de las cargas de caballería una pesadilla para caballos y caballeros... posteriormente, el perfeccionamiento de la ballesta hizo a las pesadas armaduras muy vulnerables y, poco a poco, se fue abandonando su uso.
En ambiente militar a esto se le llama la "eterna lucha entre la espada y la coraza".
Los primeros carros de combate sembraron el terror en la infantería de la Primera Guerra Mundial... hasta que aparecieron los cañones contracarro, las minas contracarro, los lanzacohetes contracarro, los vehículos cazacarros, etc.
Es posible que el BMR no sea el vehículo adecuado para pisar una mina y salir ileso, pero el RG31 – una vez los talibanes hayan averiguado la cantidad de explosivo que necesitan para despanzurrarlo – tampoco lo será.
En Afganistán hay una guerra.
Lo digo porque los BMR no son malos vehículos si a lo que se va es a repartir chocolatinas y antibióticos... en una zona donde el enemigo tiene escopetas y fusiles, el BMR no proporciona una mala protección... el problema es cuando lo que hay son minas contracarro, lanzacohetes, ametralladoras de 12,70mm, cañones de 20mm y otro tipo de armamento de ese que se denomina “armamento pesado”.
El armamento pesado se usa en las guerras, porque como un terrorista no puede subirse al metro con un cañón de 20mm, son armas poco aptas para guerrilla urbana o “terrorismo de baja intensidad” (que es la milonga que nos están cantando desde que empezó la aventura Afgana).
El vehículo acorazado hace lo suyo y el armamento moderno también, pero mucho mas importante que todo eso es la actitud del soldado. Porque las armas las manejan los hombres.
Convendrán conmigo que una pistola se utiliza de una forma muy diferente en tiempo de paz a como se usa en medio de un conflicto bélico... incluso aunque la use la misma persona.
Con una basura de armamento, los afganos echaron al moderno Ejército Soviético de allí... es cuestión de actitud.
Pero ir a la guerra tiene un coste político y económico que nuestro gobierno no quiere asumir.
Los féretros salen mas baratos.
¿Alguna pregunta?