martes, 30 de abril de 2019

Soy minoria

Formo parte de una minoría... y no es de ahora, siempre ha sido así.
Desde pequeño he nadado contra una corriente por la que no quería dejarme arrastrar.
Y no ha sido fácil.
En mi adolescencia, ser el bicho raro que tozudamente se negaba a aceptar cosas que los demás suscribían con entusiasmo me granjeó, en mi Barcelona natal, no pocos disgustos.
Con el paso del tiempo fuí haciendo con mi vida lo que pude, intentando siempre mantenerme leal a lo que considero mis principios.
Al madurar empecé a aceptar las cosas con algo más de tolerancia, pero lo que no me gustaba ayer, que se le va a hacer, a dia de hoy sigue sin gustarme. Lo tolero, pero no me gusta. Y lo tolero porque creo firmemente que la base de una convivencia pacífica se cimenta en aceptar que los demás, por el simple hecho de ser diferentes, obran y piensan diferente... y están en su derecho, igual que yo en el mio.
De modo que ya les adelanto que lo que creo que es bueno para España lo comparto con una minoría.
Lo que opino sobre la vida - desde su concepción - lo comparto con una minoría.
La fe que profeso, de facto, la comparto a su vez con una minoría... no porque el numero de bautizados en España constituya una minoría, sino porque los que comparten mis creencias son, dentro de ese grupo, los que llenan las iglesias los domingos... y son muchos, muchos menos, de los que recibieron en su día el sacramento del Bautismo y acaso su primera (y tal vez única) Comunión.
Por amor a mi Patria, he sacrificado algunas cosas y desde que empezó esto que llamamos democracia, he estado tragando amargas ruedas de molino cada vez que emitía mi voto.
No recuerdo ninguna vez que no haya votado una opción que considerase "un mal menor"... por intentar que las cosas mejoraran.
Alguna vez voté con esperanza de que el partido que elegía trasladase algunos de mis principios al comun de la sociedad (no porque sean mis principios, sino porque considero que son buenos para España) pero el tiempo, aún habiendo ganado "los mios", no tardó en enfrentarme a mi minoritaria realidad.
Con el paso del tiempo, votación tras votación, he ido deteriorando la situación que vive España...
No la he deteriorado yo, pero he contribuido, con mi voto, a deteriorarla.
Buena voluntad, "mal menor", voto util... y España cada vez peor, cada vez mas alejada de lo que aspiro para ella.
Por eso he decidido que esto se acabó.
Asumo mi condición de no ser nunca gobernado por alguien que satisfaga mis deseos.
Asumo que por pertenecer a una minoría, mis ideas y mis creencias no se van a ver reflejadas en esta sociedad... y como no puede ser de otra manera, se va a hacer siempre lo que mande esa mayoría con la que rara vez estoy de acuerdo.
De modo que a partir de ahora, cuando tras el recuento de votos constate que se reafirma mi pertenencia a una ignorable minoría, no me voy a disgustar.
Como contrapartida, me sentiré liberado de la responsabilidad de los errores que los españoles, en manos de su elegida clase política, cometan.
Votaré con y por mis convicciones y si sale algo bueno de ello, bien... y si no, al "quemar" mi voto, no habre otorgado poder a quien (traicionando mi confianza), ha llevado a la Nación lo contrario a aquello por lo que le apoyé.
Es asi de simple.
Y si llegado el caso arde España, me acercaré a la pira como los numantinos... serena y conscientemente, con el convencimiento de haber hecho lo correcto.
Votaré a quien me ofrezca lo que quiero para España, no a quien me ofrezca lo que no quiero por muy "util" que sea ese voto.
 Se resume en una frase: con mi voto no, gracias.

lunes, 29 de abril de 2019

En una mesa

Ayer me tocó pasar el día en una mesa electoral.
Era el segundo suplente del segundo vocal, pero el titular y el primer suplente fueron capaces de excusarse ante la Junta Electoral y me tuve que hacer cargo del puesto.
Fue una experiencia interesante y agotadora.
Llegué al colegio electoral a las ocho de la mañana y me fui casi a la una del día siguiente... y eso que en mi mesa no hubo ningún tipo de incidencia salvo una discrepancia en el conteo que se pudo subsanar con un segundo recuento de papeletas blancas.
La jornada transcurrió con normalidad, y como uno vota en su barrio, a lo largo del día saludé a amigos y vecinos que llevaba tiempo sin ver.
La experiencia de ayer me permitió reafirmarme en la creencia de que nunca, nunca, debemos aceptar el voto electrónico.
El proceso de recuento manual dificulta mucho la manipulación, algo que mis estudios de informática me impiden decir del proceso de voto electrónico (que propuso Podemos en sus primeros tiempos).
Mi mesa estaba en una zona de Madrid donde tradicionalmente ganaba el PP y el censo con el que tuve que bregar era de casi seiscientos votantes.
La primera sorpresa me la llevé cuando a la hora de comer ya superábamos el 50% de voto, y en el momento de cerrar el colegio electoral estábamos por encima del 80%.
Creo que nunca había asistido a unos comicios con tan poca abstención.
Para el Congreso, en mi mesa ganó Ciudadanos (alrededor de 130 votos) seguido del PP (alrededor de 110) a corta distancia y, con unas cincuenta papeletas menos, el PSOE (con ochenta y pocos).
Vox quedó mas o menos, a la altura del PSOE... y Unidas Podemos sacó algo mas de medio centenar de votos.
Me sorprendió el subidón de Ciudadanos porque, como ya dije antes, vivo en un feudo del PP, pero también me pareció que había muchísimo voto para Podemos.
El recuento de papeletas del senado puso de manifiesto que el 1 + 1 + 1 (el primero del PP, el primero de Ciudadanos y el primero de Vox) disparó las candidaturas de los senadores de PP, Ciudadanos y Vox poniendo a los tres senadores a una buena distancia del primer candidato del PSOE.
Si alguno se preguntaba si eso funcionaria, ya se lo puedo decir: funciona y muy bien.
Para que se hagan una idea el uso de esta técnica duplicó literalmente los votos del primer candidato del PP y puso al primer candidato de Ciudadanos a una veintena de votos de éste... en cuanto al primer senador de Vox (que obtuvo menos votos a sus tres candidatos), se encontró a una treintena de puntos por encima del primer senador del PSOE.
En cuanto a Podemos, en comparación con los votos obtenidos para el Congreso, lo del senado fue ridículo, lo que me hace pensar que la gente que votó a Podemos para el Congreso, votó PSOE para el Senado.
De modo que si el modelo que pude apreciar en mi mesa se hubiese repetido en toda España, hoy tendríamos una holgada mayoría de PP-Ciudadanos sin necesidad de contar con Vox salvo para acciones concretas.
No ha sido así.
Que la caída de la abstención beneficiaría a la izquierda, es algo que ya tenía digerido, pero que el voto del PP migrase a Ciudadanos, no me lo esperaba.
Es cierto que Vox le ha restado voto, pero al menos dos tercios de su caída en escaños los ha acaparado Ciudadanos...
Mantengo que una parte del voto de Vox está compuesto por gente que - simplemente - no votaba, por lo que cabe concluir que la sangria de Pablo Casado, contra todo pronostico, se ha producido por su izquierda (¿Entienden ahora lo de Angel Garrido?).
En fin, que ni Vox ha dado la sorpresa ni las encuestas han acertado en lo de Ciudadanos... los españoles somos así.
Ahora solo queda equiparse para el desierto, lugar donde ya hemos estado antes, y esperar a que la crisis económica en la que nos va a sumir Pedro Sánchez no se nos lleve por delante.
En lo puramente político, que les voy a decir, volvemos al circo y a los leones... pero es lo que quieren los españoles, que le vamos a hacer.
Sobreviviremos.
Lo hemos hecho siempre.

viernes, 26 de abril de 2019

La culpa es tuya

Desde que Pedro Sánchez se hizo con las riendas del PSOE, no ha habido consulta en la que no haya perdido unos cuantos diputados... en el 2008 (la incomprensible segunda legislatura de Zapatero) el PSOE alcanzó los 169 diputados, de ahí pasó a tener los 110 diputados de Rubalcaba en 2011 (cuando Rajoy obtuvo la mayoria absoluta mas desaprovechada de la historia) y de ahí, con Pedro Sánchez a las riendas, primero 90 diputados en 2015 y - por obra y gracia del "no es no" -  85 diputados en 2016.
Por una de esas cosas que sólo pasan en España, este desastre con patas se hizo con la presidencia del gobierno en una moción de censura a la que acudió (según recuerdo) con la promesa de convocar elecciones, cosa que, una vez instalado en la Moncloa, decidió no hacer.
Dedicado intensamente a viajar por el mundo, su acción política se ha limitado a no ser capaz de sacar adelante unos presupuestos generales, y ha vapulear torticeramente los que han tenido que subrogarse a golpe de Real Decreto, debiendo mencionarse aquí que una buena parte de ellos se han sacado adelante con el congreso disuelto, algo reservado a emergencias nacionales y cosas así.
De la gestión del "problema catalán" mejor no hablamos... 
Esto, lo otro, lo de mas allá y los papelones que ha hecho en los debates electorales, poniendo de manifiesto que no vale ni para discutir de futbol, convierten a Pedro Sánchez en el peor presidente de la historia de la democracia española.
En cuanto a Mariano Rajoy, que obtuvo frente a Rubalcaba la bonita cifra de 186 diputados, algo que le permitía aplicar el rodillo legislativo aunque algunos de sus diputados se fuesen a tomar café durante la votación, incumpliendo el mandato de sus votantes, mantuvo la ignominiosa legislación que Zapatero (el segundo peor presidente de la historia de la democracia española) sacó adelante para enfrentar a los españoles mientras nos sumergía en una crisis económica de aupa.
No lo hizo mal - segun dicen - Rajoy con la economía aunque al irse a ponerse ciego de wisky al bar de enfrente, la deuda exterior superaba el cien por cien de nuestro PIB... evitó "la intervención", pero no debió gestionar tan bién cuando estamos como estamos... y no adelgazó la administración (como prometió) ni tomo medidas para disminuir un gasto autonómico escandaloso que sirvió, entre otras cosas para que los rebeldes catalanes defraudáran del erario lo que no está en los escritos y usasen nuestro dinero para intentar segregarse de España.
De la gestion del "problema catalán", con Soraya a la cabeza, mejor no hablamos...
Pablo Casado, sucesor electo de Mariano, es un melón por catar.
Ha cogido un PP fraccionado y lleno de descontentos con el que intenta recuperar al votante pepero de toda la vida... ardua tarea en la que le deseo toda clase de éxitos, pues con ayudantes como Angel Garrido para tirar del carro, va a tener que hacer un esfuerzo ciclópeo.
Los partidos "tradicionales" del bipartidismo se han dedicado en los últimos años a hacer y deshacer sin tener en cuenta a sus votantes... unos y otros, no olvidemos (por poner un ejemplo) lo de "OTAN de entrada NO" de Felipe Gonzalez, o ese "No a la guerra" que llevó varios miles de soldados más de lo inicialmente pactado a Afganistan (como pago del precio por salir de Irak).
Han mangoneado, robado, engañado, mentido, pactado cualquier cosa, montado cordones sanitarios, creado ongs y asociaciones para fianciarse... han sido todo un "dechado de ejemplaridad" y, ahora, cuando se acerca el fín de la campaña electoral su discurso es: "Dame tu voto que si no vas a hacer que gobierne el otro".
En el colmo del cinismo, transfieren la responsabilidad de su incompetencia y su mala gestión al votante...
No es que yo no lo merezca, es que el votante - que no se entera - lo hace mal.
Cabe pensar que si hubiesen hecho lo que tenían que hacer, si hubiesen cumplido sus promesas electorales, su votante les sería fiel... no se verían pidiendo el voto con el único argumento de que no pueda gobernar el de enfrente.
Y tengo muy claro que, pase lo que pase con los votos, señores políticos, la culpa será de ustedes... no me canten milongas ni me obliguen a estudiar aritmética.
El votante, como el cliente, en una democracia, siempre tiene la razón (a veces desgraciadamente).
Y si quieres mi voto, gánatelo.
No me culpes de tus fracasos... en ellos te metes tu solito.

lunes, 22 de abril de 2019

Los indecisos

Admito que me deprimen mucho las campañas electorales...
Aunque sé que forma parte del juego, me molesta ver a los representantes de los diferentes partidos políticos dedicados a insultarse con entusiasmo y a prometer cosas que no van a cumplir.
Como - además - todos ellos tienen tertulianos a sueldo, no es posible ver un debate en el que no se reproduzcan las zafiedades de la campaña.
Habida cuenta que no pertenezco al colectivo de los indecisos, me hastía que intenten conseguir que cambie mi voto... y me molesta que lo hagan mintiendome sobre lo que van y no van a hacer.
A esta actitud de aferrarse a la ley del buhonero (en su versión light: "prometer hasta vencer y despues de haber vencido, olvidar lo prometido"), se debe que en vez de tener democratas y republicanos, liberales y socialdemócratas, whigs y tories... tengamos cuatro opciones y una miríada de salsas para aderezarlas.
La migracion del voto ha sido el caballo de batalla de los dos últimos comicios por una única razón: la desafección del votante con su tradicional partido.
Hablamos de voto "util", voto "de castigo", voto "cabreado"... formas todas ellas elegidas por el votante para no echar en la urna lo que - si nuestra clase política tuviese un poquito mas de vergüenza - le pediría el cuerpo.
Creo también que en España la indecisión no existe.
Hay dos grandes modelos de sociedad y cada uno se afilia a la que mejor se ajusta a sus prejuicios.
El voto "pragmático" se produce algo en la derecha y nada en la izquierda, así que si en España hay (segun encuestas) un 38% de indecisos, es porque uno de cada tres miente o camufla su voto cuando le preguntan.
Creo que puede darse cierta indecisión en el voto que se desplaza en el interior del paradigma elegido, pero el modelo es el modelo... y un potencial votante de Pedro Sánchez, no cruzará nunca el Rubicón para dar su voto a Albert Rivera.
En estos momentos el PP es que peor lo tiene.
Al renunciar a ser el partido de la derecha española (ningún representante del PP se sale del "centro-derecha" al calificar su partido) ha permitido que nazca Vox, y al vencer Casado al Sorayismo, ha propiciado una cierta migración de esa corriente ideológica del PP hacia Ciudadanos que, en materia de equidistancia, está mejor posicionado.
Lo lamento por Pablo Casado.
Creo que es un hombre bien intencionado que desea recuperar el espacio de voto que Mariano y Soraya arrojáron a los perros...pero intuyo que los votantes le van a hacer un "susanazo" como la copa de un pino, es decir, una patada en el trasero equivocado por mor de los pecados de su antecesor.
En cuanto a Vox, yo no se ustedes, pero yo espero sorpresa...
Pronto sabremos si me he equivocado, pero algo me dice que de ese tercio de interrogados que esconde su voto a las encuestas, una porción notable lo entregará a Vox.
En cuanto a que el voto de Podemos va a migrar al PSOE, creo que va a ser así y que, a todos los efectos, es irrelevante.
De hecho, el PSOE es ya una facción de Podemos, así que si obtiene mayoría, dará igual que lo haga con o sin Podemos... su modelo es idéntico admitiendo algunas diferencias puramente estéticas.
La ley electoral favorecerá a la izquierda si al final se moviliza su votante... ha sido asi siempre.
De modo que la abstención va a ser clave.
Al menos eso creo.
Y creo también que la encrucijada en la que nos encontramos es de las que debería obligarnos a una serena reflexión, porque si Pedro se hace con el poder, la crisis económica va a ser de aúpa.
Y puede que la crisis económica no sea lo peor...