martes, 15 de octubre de 2013

Yo no soy tonto

Yo no soy tonto.
Con este slogan la cadena alemana Media-Markt (con sede en Barcelona) lanza el mensaje de que sus clientes son – por elegir la cadena de tiendas a la hora de comprar – personas espabiladas.
Hasta ahí estamos de acuerdo porque, aunque sus precios no son nada del otro mundo, hay que reconocer que de cuando en cuando hacen buenas ofertas. Un comprador que busque el mejor precio, antes de decidirse, suele consultar los catálogos de Media-Markt por si el artículo buscado o uno similar, está de oferta. 
Lo que no acabo de entender es porqué durante el doce de octubre esta cadena se dedicó a lanzar mensajes vía twitter riéndose del desfile y de los que se concentraron en la Plaza de Cataluña.
Los mensajes eran del estilo (transcribo literalmente):  “Déjate de desfiles y tira hacia tu Media Markt favorito!” y “¿Ver a la legión o pasarte a ver las nuevas TV 4K o el Samsung Galaxy Gear? Vivir en el SXIII o ser un ciudadano del SXXI?”, mensajes en los que el emisor pone de manifiesto que para Media-Markt ir a rendir homenaje a los que se están batiendo el cobre extra-muros, en vez de ir a gastarse la pasta a sus tiendas, es un atraso que convierte a los espectadores del desfile en ciudadanos del oscuro medievo.
No contentos con ello, ante la reacción del personal, un poco mas tarde, emiten este desconcertante mensaje (transcribo literalmente): “Todos los clientes "que hemos perdido" son más o menos 1 millón según los manifestantes, 10.000 según la policía.”.  Para el que no lo sepa, los diez mil “clientes perdidos” fueron los que se concentraron en la Plaza de Cataluña de Barcelona manifestando su deseo de que Cataluña siga perteneciendo a España. 
En este Tweet, el Community Manager de la cadena alardea de haber insultado a – al menos – diez mil personas, a quienes da por perdidas como clientes… y no me entra en la cabeza que una persona contratada para incrementar las ventas de una cadena de electrodomésticos, se jacte públicamente de estar haciendo exactamente lo contrario de lo que se supone que es su trabajo.
La categoría personal del tonto o tonta que emitió el mensaje queda en evidencia primero por la gratuidad del insulto y después por el descaro con que se jacta de ello.
A día 15 de octubre, los tweets de Media-Markt que he citado, siguen visibles… permitiendo a cualquier cliente que tenga curiosidad contemplar el desaguisado.
Yo solía comprar en Media-Markt porque tengo uno relativamente cerca de casa. Es más, como me dedico a la informática y mis amigos y vecinos suelen consultarme acerca de los equipos  que quieren comprarse, era frecuente que los redirigiese a esta cadena de tiendas a hacer sus compras… pero eso se ha terminado. 
Ni yo, ni mi mujer, ni mis hijos van a pisar Media-Markt hasta que, con la misma publicidad con que se ha realizado la ofensa, se produzca la reparación.
Y como el Community Manager de Media-Markt no sabe matemáticas, le diré que sólo con que los 10.000 ofendidos dejen de gastarse cien euros al año en su tienda, le ha producido (por graciosillo o graciosilla) un déficit de caja de un millón de euros a Media-Markt.
Yo por mi parte me adhiero a los 10.000, así que por lo menos, señor o señora Community Manager de Media-Markt, ya ha perdido 10.004 clientes, dado que no pude asistir a la manifestación del día doce en Barcelona.
¡Buen trabajo!
Usted no es tonto o tonta, es lo siguiente. 

domingo, 15 de septiembre de 2013

Hablando con las piedras

Algo que no terminan de entender las decadentes democracias occidentales es que frente a la cerrazón no es posible el raciocinio.
Tratar de razonar con un talibán o con un separatista de “soca i arrel” es una tarea ciclópea que está abocada al fracaso. 
Entre los homo antecessor del “España ens roba” adquiere una especial relevancia el que por apellidarse Pérez se ve obligado a hacerse perdonar unos orígenes "bastardos" (de ancestros aragoneses o andaluces), razón por la cual adopta posturas que rozan el surrealismo daliniano. Estos son los “somiatruites” que se han creído aquello de que si Cataluña se independiza de España bajará el paro, mejorará la sanidad y Cataluña será un Estado de la Unión Europea.
Y son muchos.
Estas actitudes, como no puede ser de otra manera, se acentúan en la Cataluña rural y profunda… no porque sea Cataluña – que algo de eso hay – sino porque en las zonas rurales y profundas suelen producirse estos fenómenos.
La Cataluña “motor de la modernidad” ha pasado a la historia en las interesadas manos de los saqueadores del erario, los Pujol, los Prenafeta, los Laporta… todos los que envolviéndose en el patriotismo pitufo de las cuatro barras, se han dedicado a robar con las dos manos.
En Cataluña tienen un serio problema educativo.
En mi juventud estudiar en Barcelona – sobre todo carreras técnicas – tenía cierto pase, pero ahora todo el que puede permitírselo se va a estudiar fuera.
Los hijos de los prebostes del pancatalanismo estudian en colegios alemanes y suizos, liceos franceses o italianos, institutos americanos… el dinero que sustraen de las arcas autonómicas les permite intentar que sus hijos reciban una educación alejada de los prejuicios del neardentalismo estelado.
Y mientras tanto – al igual que en otras partes de España – los profesores se dan con un canto en los dientes si consiguen que sus alumnos utilicen alguna más de las quinientas palabras de las que consta su vocabulario.
Y es en esta sopa biológica de iletrados, donde las tesis descabelladas de los iluminados del nacionalismo adquieren fuerza de dogma.
Colón, Cervantes y Servet eran catalanes… como Albert Einstein y Barak Obama.
Las Guerras de Sucesión europeas eran campañas de colonización de Cataluña.
Franco machacó a los catalanes de una manera tal, que ríase usted de la “solución final” de Hitler.
España nos roba, nos odia, nos envidia por ser tan altos, tan listos, tan guapos y tan modernos… y “lo nuestro” siempre es mejor que lo del vecino.
El principal problema de Cataluña no es independizarse de España, es que si se independiza caerá en manos de los monstruos que ha creado.
Además, a Arturito el del tupé, fagocitado por los atapuercos, le quedan ya apenas dos telediarios… sino al tiempo.

martes, 10 de septiembre de 2013

Olimpiadas

El hecho es que no nos han dado los juegos olímpicos.
¿Tenía Madrid la capacidad de montar semejante evento?. 
Para mi no hay duda.
¿La Delegación hizo el ridículo?
Probablemente.
¿Pasó usted vergüenza ajena escuchando a Ana Botella?
Yo si.
Pero partir de aquí, se están diciendo una cantidad de tonterías que me tienen boquiabierto.
El rojerío está entusiasmado con el fracaso porque así el PP “no podrá apuntarse” la elección de la ciudad como sede olímpica… la izquierda, en España, como siempre, en contra de los intereses de España.
En el conflicto con Gibraltar, con los gibraltareños.
Ante el cáncer nacionalista, con el tumor.
Son los herederos del Conde Julian y el Obispo Oppas… unos héroes.
De tal manera que, como el COI a elegido a Tokio, Mariano Rajoy debe dar explicaciones.
Y debe dar explicaciones porque ha “engañado” a los españoles dándoles falsas esperanzas… 
¿Estos tíos han perdido la cabeza?
Acusan a Mariano Rajoy de no hablar inglés cuando en sus filas hay una cantidad notable de cargos electos que no son capaces de hablar correctamente en español.
Dicen que no nos han dado las olimpiadas porque la delegación lo ha hecho mal.
Parece ser que la elección de ciudad olímpica depende de lo bien que hablen inglés los delegados… de modo que contratando a un galés para que hablase en nuestro nombre, le habrían dado la sede olímpica a Marinaleda. ¿no?
Y estas chorradas las dicen los que mientras la delegación del COI se paseaba por Madrid, montaban una huelga de transporte público… la izquierda siempre ayudando.
Dicho esto, yo, personalmente, me alegro de que en el 2020 Madrid no sea sede olímpica.
Pero las razones por las que me alegro son diferentes a las que esgrime nuestra zarrapastra.
Yo no quiero que Madrid sea sede olímpica porque estoy cansado de rascarme el bolsillo para construir mega instalaciones deportivas que no se usan. Estoy cansado de que se gasten mi pasta en chorradas cuando tenemos seis millones de parados y mi sueldo ha vuelto a niveles del 2005 (no así el coste de la vida).
Estoy – además – convencido de que, habida cuenta el personal que maneja los fondos públicos, si nos hubiesen concedido la sede olímpica, habríamos tenido que contemplar un nuevo saqueo de las arcas con esa excusa.
Cuando tengamos alguna universidad entre las ciento cincuenta mejores del mundo (que no tenemos ninguna) empezaré a pensar que nos sobra el dinero para estas estupideces.
Hasta entonces, menos deporte y mas riego cerebral.

jueves, 8 de agosto de 2013

En blanco sobre negro

Por alguna extraña razón, mis dientes se resienten en verano.
No es el primer agosto en el que paso una parte apreciable de mis vacaciones peregrinando de consulta en consulta… extracciones, empastes, endodoncias y cualquier otra cosa que empiece por “e”, se convierten por mano del destino, en compañeros inseparables de mi asueto veraniego.
Hoy, mientras esperaba pacientemente mi turno, sentado en la sala de espera numero 1 de mi clínica dental favorita, he cometido el error de ojear una revistilla de esas que, Deo gratias, sólo editan para que decoren las salas de espera de los dentistas.
La revista en cuestión no era de temática sanitaria (apasionantes lecturas) ni de las denominadas “del corazón”… era, para mi sorpresa, una publicación dedicada al teatro, pero no deseo confundirles, en ella no se hablaba de teatro, se publicitaban obras de teatro, de modo que se aproximaba mas a chismografía farandulera que a temática literaria.
El editorial lo firmaba un tal no-se-cuantitos Rodríguez Lenin, apellido que llamó inmediatamente mi atención porque, como no estudié con la LOGSE, tengo una cierta idea de lo que hizo famoso al señor Vladímir Ilich Uliánov.
El articulito, de fácil lectura, se titulaba “los post-franquistas” y empezaba con un párrafo que daba a entender que el autor había conocido el franquismo, cosa que – a juzgar por la foto que acompañaba la firma – resultaba, cuando menos, sospechosa de no ser del todo cierto.
En unas cuantas líneas exentas de faltas de ortografía y correctamente redactadas (a cada uno lo suyo), el mentado Rodríguez Lenin hacía una apasionada defensa de los Bardem, Sabinas, Anas Belenes y Victor Manueles que pueblan nuestra vasta geografía.
Recriminaba a los medios no afines a la sacrosanta causa del progreso, que se metiesen con estos artistazos y les recriminasen que mientras ganaban dinero con su trabajo (sic), promocionasen esa basurilla ideológica que nuestra izquierda reparte con generosidad encomiable.
El artículo dejaba fuera pocos tópicos y consignas de lo que el malvado Federico dio en llamar el mundo de los titiriteros.
Como buen predicador de esa santa inquisición que ha montado en España la progresía, cargaba las tintas en ridiculizar a esos señores de bigotillo fino y cuatro pelos pegados a la calva, que es el estereotipo con el que estos “intelectuales”, definen a todo el que se aleja de sus consignas de bolchevique de Johnnie Walker etiqueta negra.
Maldecía al franquismo y abjuraba de la Transición que, a su juicio, estaba llena de concesiones a los del citado bigotillo.
Constato una vez mas que la izquierda sólo ve corrupción en los que no son “uno de los nuestros”… y que consideran que una industria que vive de la subvención pública y de meterle mano a la caja de la SGAE (esa entidad privada que recauda impuestos), es lo que en la Biblia – siempre a su juicio - llaman “ganarse el pan con el sudor de su frente”.
Pero lo que me llamó la atención es que al terminar el artículo recomendaba llevar a nuestros hijos a una obra de teatro denominada “Manifestación”, para “reconocer al enemigo” y lo que “habría que hacerle”, en el supuesto que “no fuese delito”.
Por las líneas que precedían a este demoledor párrafo, que no deja de ser una manifestación del más puro espíritu de Atapuerca, deduzco que el señor Rodríguez desearía (pese a que no estoy calvo y carezco de bigotito) hacerme algo que – hoy por hoy – es delito.
Y que quieren que les diga, empiezo a cansarme de que estos demócratas de la “democracia real” (que debe ser la que preconizaba su tocayo Vladímir) se muestren tan dispuestos a hacerme cosas horribles, por no comulgar con sus ruedas de molino.
Y me preocupa que se manifiesten continuamente en ese sentido, porque hace unos años, en esa época dorada de España que fue el reinado del Frente Popular, a todos estos señores Rodríguez, se les quitaron los melindros y nos hicieron - a los que oíamos misa los domingos - esas cosas horribles que se abstienen hoy de hacernos porque constituyen delito.
En España no cabe un tonto más… y a los irresponsables les han dado un bolígrafo.

martes, 9 de julio de 2013

Ciudad condal

Ha sido una estancia breve.
He tenido oportunidad de ver a viejos amigos y a algunos familiares.
Ha sido muy agradable, pero no es de esto de lo que quiero hablar.
Mi ciudad natal está cambiando… y constatar este cambio me produce desasosiego.
Noto una progresiva polarización, año tras año. 
Hay, ya lo creo que si, una masa separatista que no se puede obviar.
Hace unos años estos descerebrados eran exactamente eso: unos descerebrados que apenas representaban un cuatro o cinco por ciento de la sociedad… si ahora hubiese que censarlos nos llevaríamos un susto.
Pero el problema – cromañones aparte – es un creciente sentimiento de desafección hacia todo lo español. 
La nacionalista “senyera” se va sustituyendo por la separatista “estelada” (esa imitación cutre de la bandera de cuba donde, por cierto, habitaban los catalanes que la diseñaron). 
La juventud, cada día mas ignorante de todo aquello que se extienda a unos cuantos kilómetros de su ombligo, canaliza su frustración por los estrechos tubos del embudo mediático catalanista.
Aquí, el latrocinio evidente, palpable, casi masticable, que ejercen las familias que han hecho del sentimiento catalán su negocio, se niega a voz en grito. No es que roben a manos llenas, es que los calumnian desde “madrit”… de lo del caso Palau, las ITV, las subvenciones injustificables y la miseria en la que han sumido a esta tierra los Pujol, los Mas, los Prenafeta... la culpa, a la postre, la tiene Montoro.
Hay pueblos enteros en los que si paseas una bandera española, las probabilidades de que te lleves una docena de guantadas son elevadísimas.
Es así.
En “madrit”, este gobierno cobarde y silente lo niega mientras trata de contentar a los separatistas con las monedas que saca de nuestros exhaustos bolsillos… pero la realidad es tozuda.
Cataluña se balcaniza ante la mirada bovina de la mayoría parlamentaria, bobalicona y acomplejada del PP y la entusiasta colaboración de esta izquierda traidora y tóxica que disfrutamos en la piel de toro.
Al igual que en vascongadas, los españoles de bien que subsisten en este pantano se quejan del abandono de su gobierno… y tienen razón.
Me vuelvo a casa con el espíritu inquieto.
Y con la certeza de que esto no puede desembocar en nada bueno.

domingo, 7 de julio de 2013

¡Que empiece la fiesta!

Hoy va a hacer calor.
Me he levantado a las seis de la mañana para iniciar un viaje que va a llevarme – Dios mediante – a la ciudad Condal, antaño perla del Mediterráneo, hoy capital del latrocinio de la neo-aristocracia catalana.
Subo al cercanías que me dejará en Atocha. 
Son las seis y media. 
Al llegar a “el Barrial” se monta en el tren una manada de mohicanos de inequívoco aspecto sudamericano que, haciendo alarde de una trompa monumental, amenizan el trayecto con sus gritos desabridos y sus conversaciones apenas pronunciadas y carentes del vocabulario necesario para decir cosas coherentes.
Su charla inconexa y a voces con muchachas dotadas de culos descomunales y apenas cubiertas con pantaloncillos y camisetas, me molesta… pero me aguanto, ¿qué otra cosa puedo hacer? 
Pienso que estos muchachos podrían haber venido a España a progresar, a crecer en un ambiente que les proporcionase mas oportunidades que sus países de origen, pero les hemos enseñado a ser unos holgazanes y unos borrachos… básicamente porque nosotros, de un tiempo a esta parte, es lo único que podemos ofrecer al mundo.
Entre Príncipe Pío y Atocha, la marejada alcohólica se va diluyendo.
Al entrar en la zona de embarque del AVE me cruzo con una larga fila de conciudadanos que, por su indumentaria, es evidente que se dirigen a Pamplona para celebrar esa fiesta que popularizó Hemingway y que nunca he terminado de entender.
Como todas las fiestas en España – y más de un tiempo a esta parte – la celebración se fundamenta sobre la ingesta desmesurada de alcohol destilado. 
Incapaces de poner a funcionar sus cerebros, los ciudadanos machacan su hígado con el entusiasmo de un cosaco.
Penoso es verlo en ellos, pero verlo en ellas es – si cabe – aún mas deprimente.
Música a todo trapo y olor a orines en rutas jalonadas por los vómitos de los festejantes… hemos alcanzado – sin lugar a dudas - la cima de la civilización.
Y no lo entiendo.
O peor, lo entiendo perfectamente…
El alcohol ha sido siempre una herramienta al servicio de la evasión. En otros tiempos, esto de huir de la realidad estaba mal visto, ahora parece imprescindible. Y la edad de los beodos aumenta.
En mi época, las borracheras se cogían por incompetencia, en ocasiones como rito iniciático, en ocasiones como anestésico ante una decepción amorosa… pero siempre había un adolescente (mas o menos madurito) detrás de ellas. 
Ahora los celebrantes tienen una edad en la que pillarse una cogorza debería producir sonrojo.
Son padres jóvenes o están en edad de serlo… un peligroso ejemplo.
Y mañana, cuando la demanda de hígados a trasplantar supere ampliamente la oferta, ¿qué haremos?. 
España, de un tiempo a esta parte, se ha puesto al frente de todos los excesos… en Europa tienen que estar frotándose las manos.

miércoles, 22 de mayo de 2013

Educación

En España la educación es un desastre.
Y eso se debe, en mi opinión, a varias cosas.
En primer lugar tenemos una sociedad blandita y maleable que ha renunciado al esfuerzo como vehículo del triunfo.
Por otra parte, no sé si como causa o efecto de lo anterior, una buena parte de los progenitores (A, B o ambos) han renunciado a educar a sus hijos en aras de pagar una hipoteca desmesurada, un coche de lujo y un televisor de cincuenta pulgadas. A este efecto tan palpable lo vamos a denominar “inversión de valores”, ya que lo importante pasa a ser accesorio porque lo accesorio se vuelve importante.
Como el cuerpo educativo se nutre de esta inconsistente sociedad, encontramos en la educación pública profesores de escaso nivel intelectual que en muchos casos están mas preocupados por adoctrinar a sus alumnos que por educarlos.
Los pocos formadores que en esta sopa de inútiles tratan de cumplir con su obligación, están abocados a la baja por depresión, ya que su trabajo se convierte en una frustrante lucha contra los molinos de una legislación docente absurda, un alumnado intratable y la oposición de los padres del “zangalitrón” (mezcla de zángano y litronero) a que sus hijos aprueben las asignaturas mediante el esfuerzo.
Y todo esto se sustenta sobre la mentira de que todo el mundo tiene derecho a estudiar.
Esta última afirmación, sin duda, le habrá sorprendido… y por eso voy a matizarla.
Derecho, lo que se dice derecho, a estudiar, tiene todo aquel que de muestras de querer hacerlo.
En la educación pública el esfuerzo económico de la formación recae sobre la sociedad en su conjunto. Estos chavales estudian gracias a nuestros impuestos, los profesores cobran su sueldo de nuestros impuestos y los edificios donde cursan los estudios se mantienen gracias a nuestros impuestos.
El patán que no estudia porque no le sale de donde dijimos, que se enfrenta a los profesores, que monta “mafias” de chulánganos en los institutos, que repite curso tras curso, no tiene – en mi opinión – “derecho” a que se le subvencione la educación.
Y no es que “en principio” no tenga ese derecho… es que lo pierde por su mala cabeza.
El profesor que se dedica a adoctrinar a sus alumnos no merece el sueldo que le pagamos “todos” lo españoles. Porque su sueldo se lo pagan los españoles de izquierdas, de centro y de derechas… ya sean religiosos, agnósticos o ateos. Así que el sindicalista de barrio que ejerce de profesor, en esa enseñanza costeada por los bolsillos del contribuyente, simplemente sobra.
¿Dónde reside el fracaso escolar?
En tres factores: unos padres que renuncian a educar a sus hijos, unos profesores incapaces de enseñar y una sociedad que permite la existencia del “zangalitrón”.
Las sucesivas leyes educativas que han puesto en marcha los socialistas con la aprobación tácita (o debería decir desidia) de los populares, nos ha llevado a crear un entorno en el que los factores del fracaso escolar campan a sus anchas.
Y eso hay que corregirlo.
Pero de nada servirá hacer leyes que nadie cumpla.
Hasta que no cojamos el toro por los cuernos y sustituyamos la “pedagorrea” por el sentido común, asumiendo la responsabilidad de hacer de nuestros hijos seres capaces de sacar esta sociedad del fango, no habrá ley que aguante una legislatura.
A nuestros políticos los doy ya por perdidos, pues viven una realidad tan alejada de la calle, del día a día, del respeto al pueblo que dicen servir, que no podemos contar con ellos para esta tarea.
En sus inactivas manos, asumámoslo, hasta la educación terminará siendo un problema de orden público.

sábado, 18 de mayo de 2013

Esto que tenemos


Admito que hoy no me he levantado demasiado optimista, pero – convendrán conmigo – que el panorama no es para estarlo.
Hay una crisis económica, es verdad… pero es la crisis de un millonario.
España está al borde de una ruina económica que quisieran para sí muchos países del mundo.
La lista de países que viven mejor que nosotros es pequeña si la comparamos con los que viven peor.
De hecho, los que viven mejor que nosotros solo viven “un poco” mejor que nosotros, mientras que los que viven peor que nosotros, viven “mucho” peor que nosotros.
Y para llegar a esta conclusión basta con echar un somero vistazo a Hispanoamérica, África, Asia, Oriente Medio, e incluso la misma Europa, donde hay muchos países donde la “clase media” vive en unas condiciones de precariedad que a la mayor parte de nosotros nos parecerían insoportables.
No es la crisis económica lo que me preocupa.
Lo que me preocupa de verdad es la crisis moral, espiritual o ética (elija la que usted prefiera) en la que vive esta sociedad a la que pertenezco.
Es posible que no estemos pasando por la peor de nuestras épocas… pero ésta es la única que conozco de primera mano y la única – por lo tanto – que puedo juzgar con equidad.
Ayer contaba una amiga que su hermana tuvo que cerrar la casa y trasladarse a Madrid a recibir un tratamiento hospitalario que culminó, en unos meses, con su inevitable muerte.
Al ir a desmontar la casa de la difunta se encontraron con que la “asistenta” se había llevado de la casa una serie de cosas. 
No eran cosas demasiado caras: una olla exprés, un robot de cocina, una aspiradora… pero dado que no eran suyas, podemos concluir que – simplemente – las había robado aprovechando las circunstancias. 
No robó comida, no se apropió de medicamentos… se hizo con artículos de lujo.
Y eso es un “indicador”, un testigo, una muestra inequívoca de que vivimos en una sociedad enferma.
No es que robe un banquero, un político o el yerno del Rey… es que en España roba todo el que puede.
Porque el “estado del bienestar” (responsable en parte de nuestra ruina) se ha basado en políticas generadoras de chorizos, de vagos, de cínicos y de sinvergüenzas.
Se ha subvencionado hasta la nausea a quien no lo merecía… y se ha creado la sensación de que por el mero hecho de nacer español, sin hacer cosa alguna, sin aportar mérito o trabajo, tiene el ciudadano “derecho” a que le paguen los cafés.
Y eso, unido al egoísmo patológico del español, es lo que va a hacer que tardemos un par de lustros más de lo estrictamente necesario en salir de esta crisis.
No hemos vivido “por encima de nuestras posibilidades”, hemos vivido “por encima de nuestro merecimiento”.
Y ahora, acostumbrados a que nos den la comida masticada, resolvemos los conflictos con “escraches”… 
Al suprimir el mérito y la honradez de la ecuación del triunfo social nos hemos convertido en una sociedad indigna del bienestar que exigimos.
Hay que regresar a los valores inmutables… no necesitamos centenares leyes, con una decena de mandamientos debería ser suficiente.

miércoles, 15 de mayo de 2013

Responsabilidad


A una edad muy temprana aprendí de mis mayores que los actos y la responsabilidad van siempre de la mano.
Aprendí que las cosas hay que sopesarlas antes de hacerlas, calcular – aunque sea someramente – las consecuencias que podrían acarrear nuestras acciones y, llegado el caso, asumir las responsabilidades.
En la asunción de responsabilidad siempre vi una virtud, una muestra inequívoca de hombría, de entereza, de valor… lo contrario no era de recibo para cualquiera que aspirase a vivir de pie.
Y casi siempre, en ello había un mucho de actitud personal y un poco de presión social… y hablo de la España que viví en mi infancia que, con sus claroscuros, fue indiscutiblemente mejor que la sociedad porcina en la que sobreviven mis hijos.
Los actos conllevan responsabilidades.
Si bebes mas de lo razonable, lo suyo es que no conduzcas. Porque si coges el coche con los reflejos mermados, te pones en una situación en la que la probabilidad de tener un disgusto adquiere un valor intolerable.
Puede que no pase nada… o puede que sí.
Y si pasa lo peor, si arrollas con tu coche a un inocente… ¿eludirás la responsabilidad?
Y si tratas de eludirla ¿te dejará hacerlo la ley?
Son preguntas retóricas… su respuesta es evidente.
Y no se trata de lo que tu querías que sucediese. Doy por supuesto jamás planeaste verte en ese trance, que no hubo voluntad de dañar, que no eras del todo consciente de lo que pasaba… pero una vez hecho el daño, ¿asumirás la responsabilidad?
La muerte de un inocente pone de acuerdo a todo el mundo cuando de un accidente de tráfico estamos hablando, pero cuando los dados se tiran en otro contexto y el inocente pesa apenas un centenar de gramos, la cosa cambia.
Al igual que con el alcohol y el coche nos encontramos frente una imprudencia, pero en este caso concreto, la sociedad permite la muerte del inocente sin exigir cosa alguna al irresponsable.
¿Somos responsables de nuestros actos? ¿O solo de unos si y de otros no?
Y si eso es así… ¿de que demonios estamos hablando?
Y por último, ¿que pasa con el inocente?

martes, 14 de mayo de 2013

La incógnita a despejar


Ciertos temas han sido sometidos – en los últimos siglos –  a un sinfín de reflexiones.
La vida humana, y el derecho a disponer de ella, ha hecho aflorar ríos de tinta… me cuesta trabajo creer que se pueda decir algo al respecto que no se haya dicho ya.
Me llama poderosamente la atención que en una sociedad tan entregada a la defensa de los “derechos” de los animales, tan “concienciada” con la ecología y el medio ambiente, el nasciturus sea tratado con un desprecio tan oneroso.
También me asombra la falta de coherencia intelectual de aquellos que se oponen radicalmente a la pena de muerte pero defienden el aborto, la eutanasia o la eugenesia… como si tales acciones se aplicasen sobre objetos ajenos al ser humano.
En su temeraria inconsistencia intelectual, los arriba mencionados se manifiestan defensores de las focas, las ballenas, los toros, los perros y los gatos e – incluso – de los embriones de los animales… pero sin embargo, cuando se trata del nasciturus, no saben o no contestan.
Si te manifiestas defensor de la vida humana desde su concepción, te tildan de fascista, carca, retrógado, talibán… y si además dices que te gusta el Arte de Cúchares, apaga y vámonos.
Es asombroso.
Yo, personalmente, aunque durante muchos años me he manifestado defensor de la pena de muerte, tras meditarlo con detenimiento, he cambiado de opinión. Ahora me opongo a ella.
En su lugar defiendo una larga, larga, larga condena que permita al asesino arrepentirse de sus actos. Si en el transcurso de esa condena el asesino puede ir haciendo carreteras secundarias a pico y pala, mejor que mejor… así, al menos, se podría ganar el tan inmerecido sustento que percibe de la sociedad a la que ha atacado con sus crímenes.
Defiendo la vida humana desde su concepción hasta su muerte. ¿Tan raro soy?
Creo que una vaca, un toro, una ballena o un perro de aguas no tienen “derechos” equiparables a los de un ser humano. No los tienen porque, sencillamente, no son objetos de derecho.
Las abortadoras convencidas no defienden el derecho de la madre a “elegir”, defienden el derecho a follar sin cabeza (y perdonen lo recio de la expresión)… y eso, señores, es otra cosa.
Y – por favor - no me vengan con el caso pietoso de la pobre huerfanita… para los casos especiales se hicieron las excepciones.
Para todo lo demás, apliquemos un criterio que defienda al débil… ese ser en proyecto que no debe, en ningún caso, hacerse responsable del comportamiento de sus progenitores.
Señor Gallardón, ¿nos va a decir de una vez lo que piensa hacer?, porque yo, visto el comportamiento de sus compañeros de partido, cada vez tengo mas claro que no va usted a hacer nada.
Y ya huele.

lunes, 6 de mayo de 2013

Sin comentarios


"Cuando advierta que para producir necesita obtener autorización de quienes no producen nada; cuando compruebe que el dinero fluye hacia quienes trafican no con bienes, sino con favores; cuando perciba que muchos se hacen ricos por el soborno y por influencias y no por el trabajo, y que las leyes no lo protegen contra ellos, sino que, por el contrario, son ellos los que están protegidos contra usted; cuando repare en que la corrupción es recompensada y la honradez se convierte en un autosacrificio,  entonces podrá afirmar, sin temor a equivocarse, que su sociedad está condenada."

AYN RAND (1950)

sábado, 4 de mayo de 2013

Lebensunwertes Leben


El título de esta entrada es un término acuñado por los nazis en Alemania para designar lo que ellos consideraban “vida indigna de ser vivida”.
Se usó profusamente en las políticas de eugenesia y esterilización forzada para la obtención de una raza “genéticamente sana”.
Con el paso del tiempo en este saco que justificaba el asesinato de discapacitados físicos y deficientes mentales, fueron entrando los sujetos a enfermedades hereditarias, los homosexuales, los delincuentes, los religiosos y – ya puestos – los disidentes políticos.
La diferencia con el aborto era que aquí el crimen se cometía sobre el niño (y no tan niño) ya nacido… de ese modo había “seguridad” de que la sociedad se deshacía de una “vida indigna de ser vivida”.
Y ciertamente, el tema tiene su lógica.
Si establecemos que vidas pueden ser vividas y cuales no en base a criterios genéticos, lo que hacían estos “científicos” era bastante sensato.
En España, a día de hoy, la izquierda defiende a capa y espada el “derecho a decidir” de la madre frente al “derecho a vivir” del hijo.
En esta disquisición entran factores genéticos desde el momento que se puede hacer “dignóstico precoz” en el feto… si lo que viene es un “mongolito” se le hace pedazos y asunto liquidado. De hecho los niños con síndrome de down están desapareciendo de nuestra sociedad.
Pero casi siempre, lo que prima en el aborto son condicionantes económicos y sociales… y un ánimo evidente de lucro en los aborteros.
No voy a juzgar a las abortadoras, aunque creo que en la mayoría de los casos el “derecho a decidir” debería ejercerse antes de la concepción, cuando no hay “vidas indignas de ser vividas” (incluso “dignas de ser vividas”) por medio… cada una es cada cual y allá ellas con su conciencia, pero sí que deseo juzgar a una sociedad que asume una “ley de plazos” como algo “normal” y que considera que tratar a la mujer y al nascituri como ganado, es progresista.
En esto nos hemos convertido.
Cuando hablamos de la "filosofía de la muerte", la zarrapastra se rasga las vestiduras... pero - que yo sepa - los que defienden el aborto, la eugenesia y la eutanasia son siempre los mismos: “los progres”.
Que el marxismo no ha tenido nunca el menor respeto por la vida es un hecho dolorosamente constatado sobre los cien millones de muertos que (guerras aparte) hizo esta ideología al mundo en el siglo XX, así que sobre la patología que sufren los seguidores de Carlitos, no voy a hablar, pero sobre la menguante “socialdemocracia” que padecemos si desearía hacer una reflexión.
Porque últimamente, cuando oigo hablar a Elena Valenciano y sus secuaces, me parece estar escuchando a Hermann Goering.

martes, 16 de abril de 2013

Republigaitas


Todo el que me conoce y quien haya tenido la paciencia de leerme, sabe que no me manifiesto especialmente monárquico. De hecho, creo que estoy intelectualmente mas cerca de una república que de una monarquía.
Vivo en la paradoja de no estar en contra de una monarquía parlamentaria ni de una república… lo que me pone del hígado es ésta monarquía indigna que padecemos y la república marxista que quieren imponernos como solución a lo ya mencionado.
Si los tocapelotas habituales saliesen a defender la república con banderas “constitucionales” (adjetivo que jamás he entendido para la bandera de España) y no se notase tanto que quieren imponernos su régimen bananero, quizá incluso sentiría simpatía hacia su causa.
Pero no es así.
La defensa de la república, la oposición a los desahucios, el ecologismo militante, el feminismo, la antitauromaquia y todas esas causas mas o menos fundamentadas en consignas son, como todo en la izquierda española, una sonora mentira.
Lo único que hay detrás de todo ello es la voluntad de ganar una guerra sin pegar un tiro e imponer una dictadura (la suya) sobre la base de una revancha heredada de sus abuelos.
Imbéciles que no han cumplido los treinta años se ponen detrás de pancartas con lemas tales como “ni olvido ni perdón”… y ante ello no me queda otra que preguntarme que puñetas recuerdan estos soplagaitas acerca de su mimada infancia que tengan que perdonar a nadie.
No quieren olvidar lo que no pueden recordar porque – sencillamente – no lo han vivido, y no quieren perdonar - por lo visto - lo que no han hecho los que tienen enfrente.
¿Y a quien tienen enfrente?, se preguntará usted.
Yo se lo explico.
A mi y a cualquiera que sueñe con una Nación grande, unida, y justa, donde impere el mérito, la tolerancia y la decencia.

miércoles, 3 de abril de 2013

Peronismo hispánico


Me manifiesto – a priori – a favor de la “dación en pago”.
Creo – además – que no es de recibo echar de un piso a una señora de ochenta años (aunque no pueda pagar la hipoteca).
Considero que los afectados por los desahucios, aunque habrá de todo, están casi siempre mas cerca de ser una víctima del sistema que un moroso voluntario.
Jetas aparte, creo que casi todo el mundo está por pagar su hipoteca… y por lo tanto es preciso articular un “algo” que permita a los desahuciables  seguir en sus casas a la espera de un momento económico mejor.
Dicho esto y recordando de paso que en tiempos del denostado general Franco había una barbaridad de viviendas sujetas a unos alquileres ridículos que permitían a todo el mundo vivir en un piso (leyes que cambió el PSOE – Boyer  en concreto - si mal no recuerdo), hasta aquí he llegado en este asunto.
Los golfos, chulos y chillones de los “escraches” no me representan.
Esa colección de vándalos que pretenden mover el ánimo de nuestros gobernantes mediante la coacción,  los insultos y la violencia, deberían ser conducidos en fila india al calabozo mas cercano.
Casualmente, los valientes intimidadores, ejercen siempre su violencia contra políticos de derechas… con el apoyo explícito e incondicional de Izquierda Hundida y otros grupos de maloliente y casposo marxismo.
Esto que se vé en los telediarios recuerda a lo de la guerra de Irak y a la kale borroka, y es celuloide rancio protagonizado por ese colectivo de chekistas voluntarios que en este país tenemos que soportar a diario para no vulnerar las sacrosantas leyes de la corrección política.
En mi opinión, contra los chulos de barraca está justificado el empleo de puntos de sutura… y el Estado tiene la obligación de administrarlos.
Manifestarse, recoger firmas, hacer “sentadas”, encadenarse a una farola o a un ciprés, parecen formas razonables de reivindicar cosas… asaltar la casa de un diputado no.
Y para el que no lo entienda se han hecho los ambulatorios.
Porque si validamos esta “forma de reivindicación” vamos a acabar de una manera muy concreta… 
¿no les parece?

miércoles, 20 de marzo de 2013

Patadas en Irak


Resulta que España manda regularmente soldados a la guerra.
Lo llaman “misiones de paz”, pero se realizan en lugares donde hay guerras “asimétricas”.
No hay grandes unidades acorazadas recorriendo la estepa rusa, pero hay guerra.
En este ambiente hostil – aunque no lo justifico – puede darse el caso que un grupo de soldados patee a un prisionero mientras otro lo filma.
No es lo suyo, no es lo correcto, pero si estas cosas las hacen los porteros de las discotecas o los vigilantes del metro en ambiente de paz... ¿A que viene escandalizarse porque esto suceda en una guerra?
Yo no sé si el pateado era un inocente corderito o había – por ejemplo – matado a un compañero de los pateantes... esa circunstancia explicaría el arranque de ira de los soldados.
Y sí, está mal. 
No debe hacerse.
A los que salen en el vídeo hay que aplicarles el código y ya está.
Todo lo demás que se escriba, sobra.
Porque los militares españoles no son skinheads que vayan por ahí pateando extranjeros, tal y como quiere hacernos creer la zarrapastra.
Y yo tengo una pregunta mas.
¿Por qué sacan esta mierda diez años después?
Con ésto, da la sensación de que el diario de Rubalcaba y los Pujol ha empezado una campaña de desprestigio dirigida a la institución mejor valorada de la sociedad (por el CIS, que no es gran cosa)
¿Por qué?
Sacar a la luz algo que ni es noticia ni viene a cuento (cuando hay tantas cosas de las que hablar), solo puede responder a un interés bastardo.
Pero claro, es “El País”... ¡Qué podemos esperar!

jueves, 14 de marzo de 2013

Habemus Papam


Como los cardenales han tenido la osadía de nombrar Papa a un sacerdote católico, la churripanda está que trina.
A Francisco I – y no han pasado ni 24 horas de su nombramiento – ya le han relacionado con crímenes horribles y acusado de connivencia con la dictadura de Videla.
Dada la edad media de los cardenales y las circunstancias que han envuelto al siglo XX, resulta bastante difícil encontrar uno que no haya sido testigo de alguna cosa espantosa... cosa espantosa de la que – por supuesto – será acusado por la zarrapastra.
América del Sur ha tenido – y tiene aún – dictadores de todo pelaje.
Bien es verdad que los que sobreviven son los de izquierdas, pero los asesinatos y abusos de éstos están exentos de crítica... al fin y al cabo son de izquierdas, y hagan lo que hagan, está bien hecho.
Haber vivido bajo el yugo de una dictadura – teniendo cierta edad y siendo sudamericano – es inevitable... pero de ahí a ser responsable de los crímenes de sus paisanos, media un abismo.
Yo espero que este nuevo Papa esté a la altura de los tiempos y rezo para que sea capaz de poner orden.
Espero que recoja el testigo de Benedicto XVI y nos ilumine en nuestro devenir espiritual.
Tiene una gran tarea por delante, pero ¿qué Papa no la tiene?
Y a la zarrapastra, que le vayan dando por donde amargan los pepinos.

domingo, 10 de marzo de 2013

El nuevo Papa


Ayer durante una cena entre vecinos salió a colación el tema de la renuncia del Papa y la elección del nuevo representante de Cristo en la Tierra.
Como uno es de natural sociable, cualidad que no está reñida con mi faceta de gruñón, mis compañeros de viaje son – valga el ripio - de muy variado pelaje.
Entre ellos hay (les ruego que no se asombren) gente que ve “la sexta” y lee “el país”... no son mala gente, son honrados, buenos padres, dispuestos a ayudarte si lo necesitas... pero mantener una conversación sosegada con ellos (sobre todo en determinados temas), es casi imposible.
No suele llegar la sangre al río porque hace muchos años que renuncié a discutir con los progres.
Para que un progre crea lo que le estas contando tiene que haberlo oído de boca del reverendo “wyoming” o leido de puño y letra del cardenal “Ekaizer”, que son tal para cual y – entre la progresía – oráculo divino.
Ayer observé la sincera preocupación que invadía los corazones de mis vecinos progres ante la elección del nuevo Papa.
No van a misa, son anticlericales, se mofan de todo lo que suene a católico... pero les preocupa la elección del Papa.
Yo traté de sosegar sus atribulados espíritus en el convencimiento de que el nuevo Papa no les va a privar del divertimento de criticar todo lo que haga o diga... con el Papa cesante lo han tenido crudo hasta el extremo de tener que inventarse – para criticarlo - lo que decía en sus Encíclicas.
Encíclicas que – por supuesto - no ha leído ninguno.
Tal fue el polémico caso del buey, la mula, el portal de Belén y los Reyes Magos... pero eso no viene al caso.
No van a misa, son anticlericales, se mofan de todo lo que suene a católico... pero les preocupa la elección del Papa.
Les preocupa en sobremanera que no salga un Papa “moderno”, de acuerdo a los tiempos que vivimos porque, de ser así, la Iglesia va a quedarse sin clientes.
Quieren un Papa progre, como ellos.
Un Papa que sea agnóstico, liberal, condescendiente con el mariconeo, el aborto... un rey muy “republicano”, como dijo el memo mas grande que ha gobernado España.
Y yo, cuando les oigo opinar del tema me hago la siguiente reflexión:
No van a misa, son anticlericales, se mofan de todo lo que suene a católico... pero si el Papa elegido fuese como ellos quieren ¿volverían a ir a misa?, ¿abrazarían la fe de Cristo?, ¿entrarían a formar parte de esa Iglesia que tanto les fastidia?
Yo creo que no.
Y entonces... ¿de qué cojones estamos hablando?

lunes, 18 de febrero de 2013

El séptimo arte


Como ya no está Zapatero dilapidando el dinero de todos los españoles para mantener a una partida de caraduras que son - básicamente - incapaces de ganarse el sustento con su trabajo, en los premios esos que nos cuestan un pastizal para que los citados jetas se den palmaditas en la espalda, los de siempre se dedicaron a tirarle al PP, que es para lo que parece que les pagan.
Hubo una individua que incluso nos contó que en España los hospitales (por culpa del PP, claro está) son como los de Eritrea... lo cual no sólo es mentira, sino que pone de manifiesto el nivel de "bajunerío" (que dirían en el pueblo de mi mujer) que adorna a esta cosa con pelos y micrófono a la hora de mentir y difamar.
Evita Hache, creyendo que se encontraba en el "club de la comedia", se dedicó a hacer gracietas y comentarios de mal gusto y escaso ingenio... mujidos con entusiasmo por la patulea asistente.
Trataron de hacerle pasar a los representantes del PP un rato amargo y de paso, usar estos premios para hacer méritos ante la progresía (léase PSOE-IU), con la esperanza - aunque esto sólo lo supongo - de ser recompensados con pingües subvenciones cuando la izquierda vuelva a hacer como que gobierna España mientras la saquéa sin pudor alguno...
Con los del PSOE en el poder, los Goya no eran plataformas reivindicativas... entonces, como los sindicatos, daban cariñito a ZP a tanto el kilo.
Ahora que el precio del kilo de titiritero (si señor Bardén, titiritero, que actor es otra cosa) se ha devaluado, hay que reivindicar lo que sea y como sea... todo por la pasta.
Pero el problema sigue vigente: el "cine español" es una basura.
Y es una basura porque es un cine a la carta, a tanto el fotograma, al servicio de una izquierda zafia y rencorosa, incapaz de ganar dinero haciendo algo que se deje ver.
Y la prueba de lo que digo está en que las dos películas mas taquilleras han sido "Lo imposible" y "Tadeo Jones"... ¿Que tienen en común estas dos películas?, que no parecen "cine español". Son películas pensadas para entretener, sin curas malvados, militares asesinos, milicianos buenos, policías corruptos, mujeres liberadas, mariquitas maltratados y todos esos tópicos cutres en los que se ha estado centrando el cine subvencionado en los últimos años.
El "cine español", en manos de estos papanatas, no deja de ser otra cosa que la herramienta propagandística de nuestra lamentable y berreona izquierda.
Y encima nos cuesta una pasta.
Señor Rajoy... habida cuenta que haga lo que haga lo van a poner a parir en los "Premios Goya", háganos un favor a todos y deje de subvencionar a estos jetas.
Quien sabe, quizá de ese modo se animen a hacer cine de verdad... por aquello de ganarse la vida con el sudor de su frente, como los demás mortales.

domingo, 6 de enero de 2013

Si oviesse buen señor...


Los esfuerzos desmesurados que nuestros medios de comunicación están haciendo por salvar las cenizas de nuestra monarquía llegan – como siempre – mal y tarde.
Sucede, además, que los mimbres del canasto no son como para tirar cohetes... y estos mimbres en concreto llevan muchos años haciendo el cimbel.
No percibo a su Majestad como el servidor público que dice ser.
Es mas, si fuese un funcionario como los demás lo habrían expedientado una docena de veces... y eso, pese al excelente trabajo que la Casa Real ha hecho a la hora de ocultar los deslices, tanto financieros como amorosos, del sucesor de Franco.
Inmersos en el cieno de esta corrupta cleptocrácia, tenemos que escuchar continuamente que la parte del león de todo esto se lo debemos a Don Juan Carlos.... que sin él, ahora no tendríamos “democracia” (porque los cleptócratas, a esta cosa que sufrimos, la llaman “democracia”).
Se le engalana con una intervención que nos cuentan que hizo un lejano 23 de Febrero... pero poco a poco – debido a la flotabilidad de la mierda – vamos sabiendo hasta que punto eso tampoco fue para concederle un premio Nobel.
El papel que se dio a si mismo cuando se podía haber dado el papel que quisiese, fue el de diplomático distinguido... y se dedicó a amasar una fortuna de la mano de Adolfo Suarez, Felipe Gonzalez y otros comisionistas ilustres.
Sus leales han ido entrando en la trena en fila india, y ahora, la excelente actuación de su hija y su yerno (el hijo del peneuvista), amenaza no ya con salpicarle, sino con sumergirle en el pozo de corrupción que con tanto esmero han ido construyendo en España durante estos años.
Lo de dedicarse a amasar una fortuna soy capaz de entenderlo. Fue un príncipe pobre (que debe ser algo difícil de sobrellevar) y – además - la tradición en España es patearle el culo a sus monarcas, razón por la cual es preciso tener el “plan B” perfectamente pergeñado... pero que quieren que les diga, el “primer soldado de España” no debería haber entrado al trapo de según que cosas.
Como vertebrador de nuestra unidad nacional tampoco es que haya hecho un trabajo excelente... su papel de árbitro de la “casta política” (como gusta llamarlos ahora) no parece haber sido muy brillante.
En el último cuarto de siglo de su vida ha visto despedazarse la nación que recibió de manos de quien quiso ponerlo ahí... ese mismo que ahora le podría decir: “¿No te leíste mi testamento?... mira que te lo dije clarito: [No olvidéis que los enemigos de España y de la civilización cristiana están alerta. Velad también vosotros y para ello deponed frente a los supremos intereses de la patria y del pueblo español toda mira personal. No cejéis en alcanzar la justicia social y la cultura para todos los hombres de España y haced de ello vuestro primordial objetivo. Mantened la unidad de las tierras de España, exaltando la rica multiplicidad de sus regiones como fuente de la fortaleza de la unidad de la patria.]... ¿A quien crees que me refería cuando escribí esto?”
En cuanto a la laxitud de la bragueta, tampoco ha sido muy diferente a sus ancestros ni ha desentonado con las demás monarquías europeas (ejemplo de decadencia donde los haya)... pero, personalmente me hubiese gustado que fuese mas discreto, dado que “nos representa”, papel que – maldita sea – tampoco ha bordado.
Así que ahora, cuando aparece en la televisión recibiendo los lametones de los periodistas, cambio de canal.
Y lo peor de todo esto es, debo confesarlo, que a mi lo que me pide el cuerpo es ser monárquico... pero Don Juan Carlos y su atribulada prole, me lo ponen muy difícil.
“Dios, qué buen vasallo, si oviesse buen señor”.

viernes, 4 de enero de 2013

Melancolía


Hace poco leía un artículo – magnífico por cierto – en el que Carlos Esteban se lamentaba de no ser rojo... lo hacía comentando un artículo de una tal Maruja Torres, de profesión sus venenos, famosa por no ducharse con frecuencia para ahorrar agua.
Lo transcribo porque difícilmente voy a poder expresarlo con tanta claridad.

Más de una vez en esta sección he expresado mi melancolía por no ser rojo. Es un dolor casi físico no poder sentir esa dicha de sentirme tan bueno, tan listo, tan puro, tan del lado de los ángeles.
A un rojo no se le piden detalles. ni que piense en las consecuencias no pretendidas, ni se le hace responsable de todo lo que salga horriblemente mal con sus recetas ni se arredra ante lo imposible.

Estos párrafos, dignos de ser escritos en piedra, los suscribo con entusiasmo.
Porque la izquierda, en España, no es que haya perdido el norte... es que está para que la encierren en un frenopático.
Sólo así se explica que arremeta en “Madrit” contra el referéndum secesionista y lo apoye en Barcelona, que declare inadmisibles sus propios pactos con el PP en las vascongadas, que esté a la vez a favor y en contra de los recortes (votando una cosa y pregonando otra), que se moleste porque en Granada se celebra la expulsión de Boabdil el Chico, hecho histórico que da fin a la Reconquista (esto último lo aclaro por si algún alumno de la LOGSE lo está leyendo) o que, con la que está cayendo en la Complutense (al borde de la quiebra) su rector, hijo de un famoso genocida, tenga como única preocupación cerrar las capillas del campus...
Yo no sé de donde sacan tantísimo descerebrado, pero me resulta más incomprensible que los onerosos rebuznos que emiten por esas boquitas de piñón, sean aplaudidos por la densa y consistente masa izquierdosa... con “El País” (ese periódico que no quiere que se investigue a los Pujol) al frente de las huestes (of course).
Y lo mejor de todo lo descrito, es que hagan lo que hagan, hoy blanco, mañana negro, siguen los progres dándonos lecciones e iluminando nuestras opacas mentes con su sabiduría, bondad y sentido de la justicia.
Siguen diciéndonos como debemos pensar, lo que debemos comer, lo que debemos decir, lo que es democrático y lo que no... y nos llaman la atención en público cuando cometemos alguna incorrección. La Libertad de Expresión tiene sus límites, y éstos dependen – básicamente - de lo que diga "El País" en cada momento.
El "Partido Segun-sopla-el-viento Opino Esto" (PSOE) se está cubriendo de gloria últimamente, pues para recuperar la pérdida de confianza que el españolito medio (a cuenta de los casi ocho años de gobierno del inútil mas grande que ha parido madre) tiene en su eficacia como gestor, se apunta a cualquier cosa que flote en el ambiente.
Y lo hace sin sopesar las consecuencias.
¿Porqué, se preguntará usted?
Yo se lo digo: porque son rojos y son buenos, listos, puros y están siempre, hagan lo que hagan, del lado de los ángeles.
Por eso, entre otras cosas, no tenemos arreglo.