domingo, 3 de junio de 2018

Legalidad, moralidad, legitimidad

Lo sucedido con la moción de censura al PP debe llevarnos a una reflexión.
Parto de la base de que todo lo que ha sucedido es absolutamente legal... al contrario de lo que sucedió en Cataluña, en este caso no se le ha retorcido el brazo a la legalidad vigente.
Sin embargo, si quiero hacer unas puntualizaciones que - a mi juicio - explican como se ha podido dar esta situación.
En primer lugar quiero reseñar que Unidos Podemos no es un partido político, es la unión de 16 formaciones políticas que, si se presentasen por separado, casi ninguna tendría representación parlamentaria.
Estimo que si las 16 formaciones se presentasen por separado, entre todas obtendrían 5 o 6 escaños a lo sumo, dado que individualmente sólo unas cuantas superarían el límite establecido por la ley D'hont... actualmente poseen en conjunto 76 escaños.
Y no lo digo por decir, "Barcelona en Comú", "Anova", "Mareas", "Equo", "Por un mundo mas justo", "ICV", "EUiA", "Compromís"... forman parte de este extraño club que dice ser un partido político.
Podemos es un mecanismo para que accedan al poder los grupos residuales... no es un partido al uso.
Juega con una ventaja que nuestra imperfecta ley electoral les otorga por defecto de redacción, es un abuso de ley.
Y digo que es un abuso de ley, porque la ley electoral en España persigue (entre otras cosas) que las formaciones políticas sin el respaldo de un suficiente numero de votantes, no tengan representación parlamentaria... y Podemos - sin saltarse la ley - burla esta finalidad.
Los partidos separatistas sólo recogen votos en sus circunscripciones.
El porcentaje obtenido por ERC (que es el partido separatista con mas votos en las últimas elecciones) en el contexto del total de los votos válidos emitidos en España fue de 2,6%... no llega al 3% que exigen los cálculos de la ley D'hont.
Y si esto es así, ¿cómo es que tiene 9 escaños?, pues muy sencillo, porque la famosa ley d´hont se aplica por circunscripciones, y en Cataluña ERC obtuvo el 7,8%.
Si ERC se hubiese presentado en igualdad de condiciones con - por ejemplo - Ciudadanos, es decir, en toda España, ahora no tendría representación parlamentaria... Tampoco tendrían escaños CDC (2%), PNV (1,2%), BILDU (0,7%) y Coalición Canaria (0,3%)... el último partido en superar el listón hubiese sido Ciudadanos con un 13%.
Y eso nos hubiera dado otro escenario, pues los votos de estos partidos "regionales" se habrían ido a otros partidos "nacionales" o se habrían quedado en casa.
En cuanto a la moralidad, el dilema se centra en el respeto al votante.
Partiendo de la base de que cada partido acudía a las urnas con un programa electoral concreto y la promesa de realizar determinadas políticas, los resultados obtenidos fueron los que fueron.
El PP le sacó al segundo partido mas votado (PSOE) 52 escaños. (Para ilustrarlo un poco mejor diré que el PSOE obtuvo el 62% de los escaños del PP, algo mas de la mitad).
Es cierto que la suma de Podemos y PSOE aventajaba al PP en escaños y votos, pero unos españoles votaron el programa y las políticas del PSOE y otros españoles votaron el programa y las políticas de Podemos... usar los votos de Podemos como si fuesen votos del PSOE es moralmente rechazable, pues los votantes de podemos no votaron al PSOE.
Otra cosa hubiese sido que se presentasen como, verbigracia, el GPIE (Gran Partido de la Izquierda Española), con un programa y la promesa de hacer unas políticas concretas, pues lo que hubiesen recaudado de este modo, suyo sería.
Las coaliciones de los partidos minoritarios se pueden entender en el contexto de aprobar o no una ley, nunca en el de formar gobierno... eso es un fraude al electorado.
Y en cuanto a la legitimidad vuelvo a lo mismo.
La legitimidad para formar gobierno en España, emana de las urnas.
En una democracia debe gobernar el que mas votos obtenga, y ya está.
¿Porqué?, porque recauda más legitimidad... así de simple.
Luego, para sacar adelante las leyes y las reformas, se verá forzado a dialogar, negociar y pactar con quien haga falta... pero decir que un partido pierde la legitimidad porque a Zaplana (¿recuerdan ustedes quien era?) le han pillado con el carrito del helado, o porque hace 17 años (en época de Aznar) se cobraban comisiones para financiar al partido, me parece un chiste.
Y mas cuando el contexto de corrupción afecta también a los que asaltan el poder con malas (aunque legales) artes.
Será legal, pero es inmoral e ilegítimo.
Y el congreso de los diputados en su conjunto se está cachondeando de España, de la democracia y de los españoles...
No me representan... o peor aún, no quieren representarme.

viernes, 1 de junio de 2018

El bien común

En las últimas horas he podido constatar algo que me venía maliciando desde hace años... que nuestros políticos viven en una realidad paralela.
Estoy dispuesto a admitir que en todos los subconjuntos sociales se producen distorsiones de la realidad, debido - principalmente - a la realimentación que el grupo produce sobre el individuo.
Para ilustrar esta afirmación les contaré un chascarrillo que solía contar mi padre y que (como muchos chistes) encierra una gran sabiduría.
En un colegio carísimo, de esos que solo están al alcance de millonarios, el profesor de lengua les puso como deberes a los niños que hiciesen una redacción sobre la pobreza. 
Al día siguiente, al azar, el profesor fue pidiendo a algunos niños que se pusieran de pié y leyesen su redacción en voz alta. Las redacciones eran todas bastante parecidas... hasta que se levantó una niña a leer la suya. 
La redacción empezaba así: "Era una familia tan pobre, tan pobre, tan pobre, que el mayordomo era pobre, la cocinera era pobre, el chófer era pobre, el jardinero era pobre..."
A nuestros políticos les pasa algo parecido.
Y yo lo entiendo perfectamente, no me gusta pero lo entiendo.
Para empezar los políticos en España (mire usted) salen de entre los españoles.
Quiero decir con esto que pertenecen a un pueblo capaz de asumir que sus representantes roben, mientan y cometan delitos.
Y cuando digo que somos un pueblo capaz de asumir esto, no estoy hablando de resignarse al hecho de que la carne es débil y sufrir silentes la naturaleza humana de nuestros representantes, estoy hablando de - a sabiendas de ello - votarles reiteradamente.
Dirá usted que simplifico mucho el problema, y probablemente tendrá razón, pero no puedo negar esta evidencia.
Mientras a Bill Clinton le montaban la internacional porque se dejaba querer por una becaria entradita en carnes, en España, Alfonso Guerra empleaba el jet de presidencia para ir a ver a su amante los fines de semana... y no pasaba nada.
Su majestad el Rey emérito - tan campechano él - se ha llevado décadas protagonizando escándalos de diversos tipos... y nunca ha pasado nada.
Felipe González - mister X para los amigos - las hizo de todos los colores y se fue del Gobierno de España (acosado por la corrupción) siendo multimillonario... y ahí lo tienen.
De los Gobiernos del PP y sus relaciones con la mafia de los Pujol (que ya con el caso Banca Catalana tenían que haber pasado por Estremera) no necesito contarles mucho... y no pasó nada.
Malaya, ERES, EDU, Campeón, Gürtel, 3%, Palau... es evidente que en el entorno "politico" nuestros representantes han obrado durante años en la creencia (fundamentada en las urnas) de que gozaban de impunidad absoluta.
También es preciso reseñar que una importante parte de ellos carecen de experiencia laboral.
En muchos casos su "trabajo" ha sido siempre la política.
Ingresan muy jóvenes en las estructuras de los partidos y van medrando en ellas hasta que alcanzan el escaño... no conocen otro mundo.
Como su capacidad de análisis está seriamente mermada por el hecho de que han estudiado poquito (la política es muy exigente y deja poco tiempo a los libros) necesitan cohortes de asesores... que además, por norma general, son elegidos en base a parentesco,  relaciones de amistad o adhesión a la causa.
Y no se que es peor, que necesiten asesores (algo que puedo entender) o que el asesor precise a su vez que le asesoren porque su condición de familiar, amigo o correligionario no le faculta para el puesto.
Con todo esto quiero decir que cuando un político se ve forzado a dejar su poltrona, o ejerce de florero en algún consejo de administración (de esas empresas que obtienen ventajas económicas por avenirse a la colocación de sus señorías), o se come los mocos en el mercado laboral.
Son "profesionales" de la política... pero en el sentido peyorativo de la expresión.
Prueba de la anterior afirmación es la sorprendente cantidad de ellos que podrían militar en un partido u otro sin que causase la menor sorpresa al respetable...
A lo largo de los años, la política en España se ha ido convirtiendo en refugio de francotiradores y maleantes... de hecho es una de las "profesiones" peor valoradas en las encuestas.
Este es el entorno... en él se desenvuelven, este es el ambiente que genera la distorsión.
El ejercicio de la política es un servicio a la sociedad, no tiene otra finalidad que buscar el bien común... y es dolorosamente evidente que en nuestra clase política no se toma en serio esta afirmación.
El bien común ha pasado en España a segundo o tercer plano hace ya mucho tiempo. Vivimos en un país en el que los intereses bastardos de sus señorías están muy por encima del servicio a España.
Mariano se aferra al poder con una terquedad inexplicable, Pedro es esclavo de su ambición personal hasta lo ridículo, Albert ya ha perdido la noción del numero de barajas con las que juega, Pablo está dispuesto a cualquier cosa con tal de pisar moqueta... De los nazis catalanes y vascos que gracias al exceso de representación parlamentaria, viven exclusivamente de la extorsión desde hace décadas prefiero no hablar...
El espectáculo que hemos presenciado con esta moción de censura es para salir corriendo de España.
¿Que se ha buscado con esta moción de censura?, yo se lo digo, cualquier cosa menos el bien común.
Desde que desenterraron a Dalí, todo se ha vuelto surrealista.
¡Que Dios proteja a España!, porque lo que tienen que protegerla no están por la labor.