domingo, 17 de enero de 2016

La voluntad popular

Pedro el guapo ha cedido “prestados” cuatro senadores a los independentistas para que puedan formar “grupo”.
No me entra en la cabeza que un senador se pueda “ceder” como el que presta una corbata a un colega para que asista a una fiesta, pero si el préstamo es – además - para obtener una representatividad política que el pueblo soberano a negado a los prestatarios, lo entiendo todavía menos.
¿Los señores que votaron a esos senadores del PSOE sabían que estaban dándole su voto a la Esquerra o a Convergencia?
Yo creo que no.
De modo que cuando Pedrito el bello hace tamaña fechoría, lo que está haciendo – básicamente – es pasarse la voluntad popular por forro de sus ambiciones.
Y el problema está en eso.
Nuestra clase política va a su bola y administra los votos obtenidos como si fuese su propio patrimonio.
Lo hizo Rajoy el silente cuando dilapidó su mayoría absoluta, y lo hace Pedro el inconsistente cuando administra el peor resultado electoral que el PSOE ha tenido nunca.
No todos nuestros políticas son iguales, unos son incontestablemente peores que otros, pero – en general – lo que hay es para echarse a llorar.
En España la voluntad popular – por mor del “sistema” y la calidad del personal - es un hecho al margen de la política.

jueves, 14 de enero de 2016

Ducha y corbata

Desde pequeño he podido constatar la animadversión ideológica que la izquierda radical (por ponerle un adjetivo a la izquierda) tiene hacia la chaqueta y la corbata y, en muchas ocasiones, al agua y el jabón.
Si bien hace un siglo disponer de un traje en condiciones era algo que no estaba al alcance de cualquiera, desde hace ya muchos años eso no es así… la irrupción del “pret-a-porter” ha obrado el milagro. 
De hecho, vestir como un mendigo o como un leñador de Canadá es mucho mas caro que llevar el tradicional traje con corbata… otra cosa es que uno parezca un fantoche o que tenga un gusto atroz para combinar camisas y corbatas, pero la excusa de precio (dense una vuelta por Primark) ya no existe.
Sucede además que la indumentaria tiene un significado social.
Cuando se acude a una fiesta, a una boda o a un acto relevante, lo correcto es que uno vista de forma adecuada, es decir, un poco mas “elegante” que cuando se va a ver el futbol en un bar.
Lo mismo sucede cuando se va a alguna parte “en representación de”… por deferencia a los representados, el representante debe esmerarse en cuidar su higiene y su indumentaria. Es una cuestión de respeto.
Por eso, cuando veo a nuestros diputados (generalmente de izquierda bolivariana, maoísta, neoestalinista o – directamente - ácrata) aparecer por el Congreso en bicicleta, vestidos de ir al Carrefour y con aspecto de no haber visto una ducha en tres días, no me queda otra que concluir que su desaliñado aspecto se debe a algún complejo ideológico o a alguna declaración de principios relacionada con los palominos de los gallumbos.
En cualquier caso, esos representantes del pueblo español (que lo son aunque no entiendan lo que ello significa) deberían, por respeto a sus votantes y al sueldazo que se les paga, pasarse por el Corte Inglés y hacerse con un par de equipamientos acordes a la “dignidad” del cargo que detentan.
El espectáculo lamentable que dieron estos populistas hipócritas, convirtiendo la Cámara Baja en el Rastro un viernes por la tarde, pone de vistoso manifiesto la clase de mendrugos impresentables que el pueblo soberano ha “decidido” que hay poner al frente de su destino.
Poner al frente de los designios del Estado a un pollo que no sabe hacerse el nudo de la corbata o que parece que acaba de bajarse de un andamio, no puede traer nada bueno… porque si son así en lo pequeño, ¿cómo serán en lo grande?

sábado, 9 de enero de 2016

Los violadores de Mahoma

No es la primera vez que escucho que a una “occidental” la acorralan y violan un grupo de valientes musulmanes durante un evento multitudinario.
Amparados en la masa, estos bastardos del Corán, aprovechan el descontrol para saciar sus instintos mas bajos con lo que para ellos, y para la mayor parte de los musulmanes es un ser humano de segundo orden.
Y quiero hacer hincapié en que “para la mayor parte” de los musulmanes la mujer es un ente que vale – exactamente – la mitad que un hombre. 
Incluso los musulmanes moderados y civilizados aceptan de buen grado todos esos usos que obligan a la mujer a permanecer apartadas de los hombres, a llevar velo o cualquier otra prenda que cubra la melena, y consideran que la igualdad que se propugna en occidente es una costumbre nefasta.
La mujer en el mundo islámico son los negros de Alabama a finales del siglo XIX, entes sin derechos y sujetos a la propiedad de sus dueños.
Educadas en ello desde pequeñas, las mujeres interiorizan su condición y sobreviven (algunas mejor que otras) en unas sociedades adulteradas por la irracionalidad coránica.
Los emigrantes procedentes de países islámicos, vienen a Occidente a mejorar sus condiciones de vida y a esquilmar las ayudas que los distintos países de Europa diseñaron para atender las necesidades de los europeos, desestabilizando el equilibrio social y reclamando derechos y subvenciones que en sus países de origen – simplemente – no existen.
Lejos de integrarse, crean estados propios dentro del estado que los acoge… se rigen por sus estrafalarias leyes coránicas y presionan a los que desean abandonar las costumbres medievales de sus taifas de origen.
Y no hay que darle vueltas. 
La inmigración no es ni buena ni mala, es un hecho inevitable… pero como todo hecho inevitable tiene repercusiones buenas y malas.
Tenemos la obligación de potenciar las buenas y minimizar las malas.
¿Y como lo hacemos?
Yo lo tengo muy claro: controlando la inmigración tanto en cantidad como en calidad.
Lo de la calidad creo que es indiscutible. En ninguna parte dice que sea obligación de las democracias occidentales hacerse cargo de la basura que expulsan de los demás países… es decir, que tengamos obligación de mantener entre nosotros a violadores, delincuentes, psicópatas y otra suerte de tarados, coránicos o no coránicos, por el mero hecho de ser “refugiados” o “inmigrantes”.
Lo de la cantidad tiene mas detractores, pero como – siendo sensatos – es necesario admitir que aunque el porcentaje de indeseables en una muestra cualquiera sea el mismo siempre, el numero de indeseables aumenta con el crecimiento de la muestra.
Suponiendo que el porcentaje de islamistas radicales sea un 0,5% de la población musulmana (algo que no parece a priori un numero descabellado), si en nuestra vieja piel de toro contásemos con – por ejemplo - cien mil “fieles” al ISLAM, el numero de terroristas en potencia o de facto sería de 500, el equivalente a un batallón de infantería. 
Teniendo en cuenta que basta con que se reúnan doce hijos de puta para que París arda por los cuatro costados… pues ya me dirán ustedes.
O empezamos a quitarnos de encima la tontería y a aplicar mano dura donde hay que aplicarla o nos van a comer por las patas.
¿Tan difícil es entenderlo?

jueves, 7 de enero de 2016

Papel higiénico

Al cumplirse el primer aniversario del asesinato de los dibujantes del semanario “Charlie Hedbo”, el panfleto se ha descolgado con una portada (ofensiva como no puede ser de otra manera), en la que se muestra una representación de Dios a la carrera, con un subfusil a la espalda y manchas de sangre en la túnica… el titulo dice algo así como “El asesino sigue suelto”.
No voy a entrar a valorar lo que esta piara edita en su revista, pero si deseo hacer una reflexión acerca de cómo, para la izquierda descerebrada, el responsable directo de las matanzas es Dios… y ojo, que no estoy hablando de Alá, en cuyo nombre se vaciaron los cargadores de los kalasnikov que segaron la vida de esos desgraciados, hablo de Dios, el Dios de Israel, el Dios de los cristianos, el Dios de la mayoría católica francesa, que es a quien representan en la portada.
Admito que podría responsabilizarse a Alá (pobre Alá) que es quien – teóricamente – guiaba la mano de los musulmanes que cometieron la tropelía… quizá podrían haber caricaturizado a Mahoma, profeta, guía espiritual y modelo a seguir de los asesinos…  pero han optado por señalar a la primera persona de la Santísima Trinidad como responsable de los atentados. 
Y lo hacen así porque como todos los chulos de barraca, son unos cobardes… ofenden a quien saben que no va a defenderse, porque la comunidad cristiana, por mucho que le ofenda la portadita, no va a mandar a tres tarados con un fusil de asalto a lavar la afrenta.
El equipo de Charlie Hedbó es el paradigma de la mierda humana con la que tenemos que lidiar desde que el marxismo (esa ideología que ha inducido a cometer mas de cien millones de asesinatos) se implantó en las sociedades burguesas como “modelo” social… desde que se decidió que la responsabilidad de las propias miserias debían hacerse recaer siempre sobre terceros.
Abusan de la Libertad de Expresión interpretándola como el derecho a la ofensa… un derecho que – en una sociedad civilizada – no existe, o no debería existir.
Al final siempre termino reafirmándome en el hecho evidente de que yo nunca – ni de coña – soy o seré Charlie Hedbó… eso se lo dejo a los que no saben lo que dicen o – lo que es peor – a los que si lo saben.