martes, 8 de septiembre de 2009

A vueltas con el 8

Ayer empezó a emitir "esRadio"… con ella el equipo de Libertad Digital entra en "las ondas" y nos proporciona una nueva emisora que escuchar.
A petición de los oyentes (en la primera emisión) se ha descolgado hoy el GEES (Grupo de Estudios Estratégicos) con un informe denominado "Articulo 8: normalidad y excepcionalidad".
Este artículo pueden ustedes leerlo integro pinchando en este enlace, y en general está bien planteado, pero dice algunas cosas con las que no estoy de acuerdo y que – en mi opinión – son una deformación de la realidad o lo que yo denomino un "pago de peaje" al pensamiento universal vigente.
La primera imprecisión viene cuando el articulista dice:

"Estados Unidos despliega la Guardia Nacional cuando el orden federal está en peligro, e incluso en España, la UME, la "División ZP", constituye una utilización del Ejército para solucionar cuestiones internas."

Esta comparación no es correcta.
La UME (Unidad Militar de Emergencias) no es la Guardia Nacional americana… es una Brigada de militares dedicados a labores humanitarias. Puestos a hacer comparaciones, la "División ZP", como dice el articulista, podría ser un equivalente a los regimientos de bomberos franceses.
Es una unidad militar muy en línea con el pensamiento progre… militares de ONG, y – como ya nos tiene acostumbrado este gobierno – es una unidad militar que no hacía ninguna falta crear, pues las labores que realiza las podría realizar, básicamente, una Brigada de Ingenieros con unos cuantos apoyos externos (por aquello de los hidroaviones).
La UME es la materialización de lo que entienden estos tontainas por "ejercito"… y una estructura propia de Protección Civil, pero mas barata y sometida al régimen disciplinario militar, que, dada la sociedad en que vivimos, es siempre una ventaja.
El artículo, tras un acertado análisis acerca de la voluntad del ejecutivo por transgredir la legalidad vigente y los métodos de subversión que emplea contra su propio ejército, termina concluyendo el artículo que en caso de que el ejecutivo no diese la orden, el ejército no estaría autorizado a defender la integridad territorial de España.

"Dicho esto, es legítimo plantearse, en el caso de que las autoridades catalanas proclamasen la independencia de su región y el Estado lo tolerara sin recurrir a los medios de que dispone para impedirlo, si el Ejército podría, dentro de la legalidad constitucional, actuar por sí mismo o bajo otra autoridad diferente de la del Gobierno ya que el artículo 8 dice textualmente: "Las Fuerzas Armadas (...) tienen como misión (...) defender su [la de España] integridad territorial". La respuesta debe ser negativa. Aunque la Constitución encomienda al Ejército esta misión, éste no puede cumplirla sin el sometimiento al Gobierno, pues lo que no puede estar dentro de la Constitución es la intervención de las Fuerzas Armadas contra la voluntad del Ejecutivo. Interpretar otra cosa sería tanto como imponer a los altos mandos militares la obligación de interpretar cuando la situación exige o no que el Ejército intervenga al margen de lo que opinen las autoridades políticas."

Y aquí es donde discrepo.
Si en julio del 36 los militares no hubiesen actuado como debían, ahora España tendría un nivel de desarrollo similar al de Rumanía.
Y eso es fácil de predecir, porque el Frente Popular lo que quería para España – y no lo ocultó en ningún momento – no era una república burguesa, era una república socialista… socialista soviética, para ser mas exactos, y a lo largo del siglo veinte hemos visto en que depararon todas y cada una de las repúblicas socialistas soviéticas, a saber: sangre, miseria, atraso económico y – en la actualidad – gobierno de las mafias.
En aquel momento, el ejecutivo estaba por la labor de convertir la segunda república en una dictadura…
Para los desmemoriados reproducimos unas hermosas frases que escribió el propio Largo Caballero tras la muerte de Calvo Sotelo en un panfleto (algo parecido al diario "Publico") que se llamaba "Clarín": “La lógica histórica aconseja soluciones más drásticas. Si el estado de alarma no puede someter a las derechas, venga, cuanto antes, la dictadura del Frente Popular. Dictadura por dictadura, la de izquierdas. ¿No quiere el Gobierno? Pues sustitúyale por un Gobierno dictatorial de izquierdas… ¿No quiere la paz civil? Pues sea la guerra civil a fondo. Todo menos el retorno de las derechas.
Hecho este comentario – por aquello de la memoria histórica – cabe reseñar que la Constitución, en mi humilde opinión, está por encima de Zapatero, Rubalcaba, Blanco, e incluso, con fundamento científico o no, de Bibiana.
Porque el ciudadano (elemento del que emana el poder en una democracia) ha puesto al gobierno para que gestione la democracia, no para que la dinamite.
Si una partida de descerebrados decide ponerse por montera la norma que han querido darse los quince millones de votantes que la refrendaron en nombre de todos los españoles, el ciudadano tiene el derecho inalienable de darle una potente patada en el culo al gobierno.
En España, ZP y sus secuaces están por la labor de zelayearnos la democracia. Y lo quieren hacer sin consultarnos... acceden al poder mintiendo (con unas promesas electorales que luego no cumplen) y una vez instalados en la poltrona, hacen lo que les viene en gana.
Eso se llama estafa, no gobierno.
Si van a romper España, primero tienen que preguntarme… si no lo hacen, considero al Ejército Español completamente autorizado a cumplir con su obligación y obedecer las órdenes que – no lo olviden – le han dado los españoles en el artículo 8 de la Ley de leyes.
Porque si en aplicación del artículo 8 el ejército le da una sonora bofetada con la mano abierta a los chulos de barraca que quieren destrozar el chiringuito, está cumpliendo mis órdenes, las del ciudadano que paga el despilfarro de estos inútiles que nos gobiernan y el sueldo de nuestros soldados.
Lo demás, si me lo permiten, son discusiones bizantinas.