lunes, 19 de abril de 2010

Zapatitos azules y felicidad


Alexander McCall Smith nació en Zimbaue y estudió tanto allí como en Escocia. Fue profesor en la Universidad de Edimburgo y – como tal – regresó a Africa para trabajar en Botswana y Suazilandia. En el 2005 se retiró a escribir y ya ha publicado más de sesenta libros en varios idiomas.
Yo lo he conocido por casualidad, en la Biblioteca Municipal de mi pueblo, a donde acudo con cierta frecuencia a recoger hijos estudiantes.
El libro en cuestión se llama “Zapatitos azules y felicidad” y se editó en junio de 2009.
Ha sido una experiencia refrescante.
Mma Ramotswe y su ayudante Mma Makutsi forman junto con el señor Polopetsi una entrañable agencia de detectives, la primera y mas famosa Agencia de Mujeres Detectives de Botswana.
La Agencia, sita junto al taller mecánico del señor J. L. B. Matekoni, conyuge de Mma Ramotswe, se funda sobre la base de las sabias enseñanzas del libro “Principios básicos para detectives privados” de Clovis Andersen, único activo de la Agencia en el momento de su fundación.


Phuti sonrió.
- Bueno, supongo que Mma Ramotswe tendrá cosas mas importantes de que ocuparse, grandes crímenes que resolver…
No era la primera vez que Mma Makutsi oía a alguien expresar esta idea errónea. Era halagüeño pensar que la reputación de la primera Agencia de Mujeres Detectives rayara tan alto, pero no podía permitir que su propio prometido estuviera en la inopia respecto de lo que allí se hacía.
- No – dijo – En realidad Mma Ramotswe no resuelve crímenes. Se ocupa de pequeñeces. - Para dar una idea de ello juntó el pulgar y el índice hasta casi tocarse - Pero, de todos modos – añadió -, para la gente son cosas importantes. Mma Ramotswe dice a menudo que la vida está hecha de cosas pequeñas. Y yo creo que tiene razón.


Es un libro delicioso que nos recuerda los valores que la vieja Europa ha ido dejando por el camino. No induce a la carcajada, pero mantiene en tu boca una sonrisa desde los primeros párrafos hasta que la terminas…
Lo leí en una tarde de sábado y – seguramente – no será lo único que lea de este autor.