jueves, 22 de abril de 2010

La voluntad del pueblo


Dentro de la escalada de declaraciones desde Cataluña sobre el Tribunal Constitucional, el líder de CiU, Artur Mas, se ha desmarcado este jueves con la propuesta de dejar sin funciones al organismo. La razón, que, según él, lo que vota el pueblo "tiene que ir a misa".” [LD. 21/04/2010]

No deja de tener cierta gracia que el heredero de Pujol se tire a la piscina con tanta despreocupación.
Los catalanes, conocidos antaño por su sentido común, han perdido el oremus de la mano de estos personajes que como Arturito, están a todas luces más próximos al guiñol que a un parlamento.
El Estatuto de Cataluña, esa cosa que han perpetrado para sumergir a una región española en un régimen feudal, y que – por cierto – tiene de constitucional lo que yo de progre, fue votado por tres de cada diez catalanes con derecho a voto.
Digamos que el treinta por ciento de los catalanes con derecho a voto expresaron su conformidad con un texto que – seguramente – ni habían leído, porque en España lo de leer está muy pasado de moda.
El setenta por ciento restante o votó que no, o votó en blanco, o se fue a la playa para no tener nada que ver con ese deshecho legislativo.
Sucede además que a mí – que también soy pueblo y tengo voto – nadie me ha consultado sobre una cosa que se financia con mis impuestos. Sin contar además que mi condición de Español me da derecho a opinar sobre las cosas que pasan en España. ¿O eso era antes?
Para estos palurdos recién afeitados, el pueblo tiene derecho a hacer lo que le venga en gana, siempre y cuando, claro está, le venga en gana hacer lo que ellos dicen.
En caso contrario ni son pueblo ni su opinión cuenta.
¿Hacemos un referéndum a nivel nacional para ver que pasa con el “Pastatut”?
¿A que no hay?