jueves, 2 de julio de 2009

El miedo de los lobos

La asociación que aúna a las clínicas abortistas en España convocó un paro de carniceros para protestar por el asesinato de otro carnicero a manos de un miembro (suponemos que no muy bien de la azotea) del "movimiento pro-vida" americano.
El paro de matarifes (unos cincuenta centros en total) ha supuesto que ese día se haya dejado de asesinar – declarado por ellos mismos - a 500 inocentes… salen a unos diez por centro de exterminio, perdón, por clínica de interrupción voluntaria de embarazos.
Si echamos un calculillo rápido 500 inocentes por 365 días vienen a ser 182.500 seres humanos (seres humanos sin base científica, claro está) troceados por estas almas de cántaro que tanto protestan.
La población de la ciudad de Leganés en enero de 2007 se cifraba en 182.431 habitantes, mas o menos los mismos habitantes que San Sebastián y aproximadamente la gente que está censada en la ciudad de Almería… así que podríamos decir que entre los cincuenta centros se apiolan al año mas o menos la población de Leganés, o, si tenemos en cuenta que en la provincia de Ávila hay censados 168.638 habitantes, estos tíos liquidan en un año a todos los abulenses y rematan la faena dejando a Medina del Campo (20.832 habitantes) lista de papeles... para completar la cifra, digo.
Pero las airadas y muy sentidas protestas deben estar plenamente justificadas porque, frente a los centros de extermino, una serie de peligrosos grupos de incontrolados “pro-vida” se dedican a arrojar violentamente padrenuestros y avemarías contra los profesionales del homicidio que ejercen pacíficamente su labor, sin meterse con nadie… con nadie que pueda quejarse, claro.
De cuando en cuando, además los insultan… no tenemos noticias de que haya habido agresiones físicas con arma blanca o similar, pero los matarifes insultados están muy asustados (o al menos eso dicen).
No sé que perfil dará el militante “pro-vida” en los EEUU, pero en España este tipo de activistas, comparado con la zarrapastra eco-roja-okupa del coctel molotov, el porro y el “calimotxo”, son absolutamente inofensivos.
A los grupos “pro-vida” que protestan en la calle (normalmente sin ensuciarla ni destrozar el mobiliario urbano) les echan a la policía para que los disuelva… La zarrapastra antes mencionada, con la actriz secundaria Barden a la cabeza o no, les organiza contra protestas, los insultan, los ridiculizan… pero generalmente la cosa no va mas allá de un cruce de insultos y el coreo de algunas consignas.
Los matarifes – preocupados por su integridad física - quieren órdenes de alejamiento contra los grupos pro-vida (500 metros mínimo), que la policía filme a los manifestantes (para represalias posteriores supongo)... que actúen contra ellos con “toda firmeza” (¿que los mochen a palos?), que se consideren “atentados” (sic) las agresiones que puedan, pudieran o pudiesen, sufrir por parte de estos adolescentes descontrolados, amas de casa furibundas y párrocos enloquecidos…
Y deben tener mucho miedo porque – según declaran - no sería la primera vez que los grupos pro-vida “ponen bombas en clínicas abortistas”… (Lo de la bomba en una clínica abortista - creo recordar - pasó en los EEUU, hace algunos años).
Tienen miedo de que un adolescente les grite a la cara que son unos asesinos.
Basan todo su negocio en el homicidio (vamos a llamar a las cosas por su nombre) y quieren, además, el reconocimiento social... nadie debe poder quejarse ni afearles el sucio trabajo con el que se enriquecen.
Mientras los grupos “pro-vida” se limiten a rezar, a sentarse en el suelo con pancartas y a gritar consignas por la calle, no veo el peligro. Creo que a eso lo llaman libertad de expresión, o algo parecido…
Si algún día estos “militantes pro-vida” empiezan a asesinar abortistas o a dar palizas a los "doctores" de esos centros de extermino, hablaremos de nuevo…
Pero me da en la nariz que eso, señores matarifes, no va a pasar nunca, así que – por favor – relájense y sigan ganando pasta.
Y a mi discúlpenme, que tengo que ir a vomitar.