lunes, 8 de marzo de 2010

Las cuitas de Baltasar

A Baltasar lo están persiguiendo los malos.
Parece ser que lo que sufre es un “acoso” por parte de esa derchona cavernaria que tanto le odia.
Sus actos, inmaculados desde el punto de vista jurídico, no pueden ser la causa de las tres (de momento) querellas que se han interpuesto contra él.
Debe ser, sin duda, la maldad inherente a los militantes del PP lo que ha conducido a situación tan desagradable.
Baltasar que ve amanecer cuando se levanta de la cama, recusa a algunos de sus juzgadores, a quienes atribuye – y no le falta razón – ideología política.
Quizá el problema está ahí.
Entre sus juzgadores hay quien tiene, como él, bandera política y – miren por donde – Baltasar no los considera aptos para juzgarle.
Eso no quita, por supuesto, para que él, que tambien tiene una conocida inclinación política, si que se vea capacitado para juzgar al lucero del alba... en su caso, la profesionalidad es absoluta, cosa que no sucede (a juicio del montero sin licencia) con los demás jueces.
Pero lo peor - con todo ésto - es el aluvión (admitamos que no demasiado numeroso) de apoyos que ha recibido de lo mas granado de nuestra zarrapastra.
El último apoyo, abrazo de oso donde los haya, lo ha recibido del mismísimo ZetaPé, su jefe espiritual.
No ha calculado bien Baltasar en este lance.
Si el progenitor de las góticas, gafe en ejercicio, lo apoya públicamente, ya puede echarse a temblar... no va a pasarle nada bueno.
Que se lo pregunten a Segoléne o al socialdemócrata alemán... ese que estaba antes de la Merkel y que no ha entrado en la cárcel porque Dios es misericordioso hasta con los ladrones.
El apoyo de ZP es un cris envenenado.
Y además, como juez, es un desastre.
Si lo inhabilitan por su mala cabeza, tal véz podra ejercer de diputado del PSOE, papel en el que, convendrán conmigo, se moverá con soltura.
¡Viva la independencia del poder judicial!