lunes, 22 de febrero de 2010

Francia y la verdad

Esta divagación la escribí hace algun tiempo... pero vuelve a estar de rabiosa actualidad, así que la trancribo.

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"A finales de 1894, el Capitán del Ejército Francés Alfred Dreyfus, un ingeniero politécnico de origen judío-alsaciano, fue acusado de haber entregado a los alemanes documentos secretos.
Enjuiciado por un tribunal militar, fue condenado a prisión perpetua y desterrado en la Colonia penal de la Isla del Diablo situada a 11 km de la costa de la Guayana francesa (Sudamérica), por el delito de alta traición.
En ese momento tanto la opinión pública como la clase política francesas adoptaron una posición abiertamente en contra de Dreyfus.
Convencida de la arbitrariedad de la condena, la familia del capitán, con su hermano Mathieu al frente, intentó probar su inocencia y para ello recurrieron a los servicios del periodista Bernard Lazare.
Simultáneamente, el coronel Georges Picquart, jefe del servicio de contraespionaje comprobó, en marzo de 1896, que el verdadero traidor había sido el comandante Ferdinand Walsin Esterházy.
El Estado Mayor se negó sin embargo a reconsiderar su decisión y sacó a Picquart de Francia destinándolo al norte de África.” (Wikipedia)

Mathieu Dreyfus denunció a Esterházy ante el Ministerio de Guerra, se le hizo un consejo de guerra, y fue absuelto.
Casi al mismo tiempo Emilio Zola publicó su famoso artículo J'Accuse, en el que defendía al inocente Dreyfus y ponía en evidencia las chapuzas de los consejo de guerra, acusando de diversos delitos a los actores de esa pantomima.
Para entonces la sociedad francesa ya estaba dividida entre los que consideraban que a Dreyfus se le había hecho una enorme injusticia y los que defendían la postura “oficial” del Estado Francés.
A todo este marasmo se unió el hecho de que Dreyfus era de origen judío y salió a flote el antisemitismo de la sociedad francesa de la época… hubo disturbios antisemitas en mas de veinte ciudades y hasta algunos muertos en Argél.
En 1898 el Tribunal Supremo reabrió el caso Dreyfus, al año siguiente anuló la sentencia que condenó a Dreyfus, y ordenó realizar un nuevo Consejo de Guerra.
Para entonces hacía cinco años que el capitán Dreyfus estaba cumpliendo condena.
Por sorprendente que parezca, Dreyfus fue condenado de nuevo (a diez años de trabajos forzados), si bien el tribunal admitíó ciertas «circunstancias atenuantes».
Diez días después de su segunda condena, y atendiendo a lamentable estado físico que presentaba, fue indultado por el presidente Émile Loubet.
En 1906 su inocencia fue reconocida oficialmente y se decidió rehabilitar al Capitán Dreyfus, que se reincorporó al ejército con el grado de Comandante.
Entre otras cosas, el "Affaire Dreyfus" tuvo como consecuencia que Theodor Herzl se lanzase a fundar la Organización Sionista Mundial… origen de eso que terminaría con la creación del Estado de Israel.
En el caso Dreyfus se interpretaron mal (de forma deliberada) pruebas circunstanciales que podrían haber absuelto al inocente Capitán Dreyfus.
La mas escandalosa fue la de cierta lista manuscrita –claramente incriminatoria – que fue analizada por un perito calígrafo que, ante la presión social y del Estado Mayor del Ejército francés, y no pudiendo afirmar que la letra era de Dreyfus, asentó la teoría de que Dreyfus había “disfrazado” su propia letra…
En Dreyfus había un culpable “conveniente” y se hizo todo lo posible por negarle la inocencia.

Hoy hace cinco años que un atentado monstruoso cambió el gobierno de España y nuestro destino, quizá para siempre y de forma irreversible… y al igual que en la Francia de Dreyfus hay partidarios y detractores de la “versión oficial” con la que se ha cerrado uno de los juicios mas controvertidos (por usar un calificativo misericorde) de los últimos cincuenta o cien años.
Precedido de una "comisión de investigación", el caso se instruye chapuceramente y llega a juicio con una cantidad sorprendente de lagunas… sin autor "intelectual", sin saber a ciencia cierta que tipo de explosivo se ha usado, habiendo destruido las pruebas, con testigos que contradicen sus declaraciones iniciales… ante una fiscalía mas preocupada de cerrar el juicio que de saber la verdad ("Es goma-2 eco y ¡vale ya!"), y sale del juicio con unos cuantos condenados que se dicen inocentes y el firme propósito de los medios de comunicación y los detentadores del poder, de que no se hable mas del asunto.
La máxima de "Una mentira dicha mil veces se convierte en una verdad", que parece servir de guía a una buena parte de los "medios de comunicación" de nuestro país, no se cumple siempre, porque de cuando en cuando – gracias a Dios – surge un Emilio Zola y una sociedad dispuesta a escucharle…
Nosotros tenemos unos cuantos Zolas, pero…
¿Está nuestra sociedad dispuesta a escucharlos?

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Ha pasado un año y estamos como entonces... ¿Cuanto mas tendremos que esperar para saber la verdad?