miércoles, 19 de agosto de 2009

Otra de nicotina

"Parece que el Gobierno piensa declararle la guerra total al tabaco. La ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, ha señalado esta mañana que la sociedad española "está madura" para que se pueda decidir una prohibición total del tabaco en todos los lugares públicos.
"En este momento, con la información que disponemos, con la evaluación que estamos haciendo de la actual ley, creo que la sociedad está madura, y por tanto las autoridades sanitarias quisiéramos actuar en consecuencia de tomar una decisión de prohibir fumar en todos los lugares públicos", manifestó en una entrevista en la cadena SER."[El Confidencial, 18/08/2009]


Hace diecinueve años que dejé de fumar. Los mismos que tiene mi primogénito, pues dejé de fumar al enterarme de que mi mujer estaba embarazada de él. Ella también dejó el tabaco en ese momento y hasta la fecha no hemos vuelto a recaer, aunque un purito de cuando en cuando, tras una cena entre amigos, disfrutando de una copa y una conversación animada, si que cae.
No pertenezco al grupo de los talibanes anti-tabaco que - tras dejar el vicio - se dedican a perseguir a todo el que trata de encender un cigarrillo... aunque me desagrade el olor, sobre todo en sitios cerrados.
Pero el tema de esta noticia es otro. Esto se trata - una vez mas - de tomar decisiones por nosotros.
Nuevamente, una buena intención se lleva a cabo de la peor forma posible.
Y eso sucede porque todo lo que hace este gobierno de impulsos erráticos, apesta a demagogia barata y buenismo progre.
Dejar de fumar es bueno (no cabe duda), y también lo es que los chavales no cojan la cogorza del milenio cada vez que salen con los amigos... el botellón, es tan malo como el tabaco, y si contamos los accidentes de tráfico y los problemas sanitarios derivados del alcoholismo, yo diría que casi peor.
¿Fumar porros cuenta como fumar?, porque estoy cansado de ver a estos "modernísimos" idiotas permitir, cuando no defender, el consumo de marihuana (incluso apoyando su legalización).
Las píldoras del día después - tan generosamente repartidas a cargo de nuestros bolsillos - ¿son adecuadas para la salud de una adolescente?
Cualquier cosa, pasada por el tamíz de estos malabaristas de la política, acaba siendo mentira o totalitarismo.
Siempre digo que me hastía que me digan lo que tengo que pensar, como tengo que vestir, lo que puedo o no decir, lo que debo comer... como si uno no fuese ya mayorcito para tomar sus decisiones.
Nuestros muy bienintencionados gobernantes se levantan por las mañanas dispuestos a alegrarnos el día, a sorprendernos... pero casi siempre la sorpresa consiste en una colleja inesperada (son así de traviesillos).
Si en vez de centrarse en fastidiar al contribuyente con prohibiciones de todo tipo se dedicasen a trabajar para sacar el país adelante, otro gallo nos cantaría... pero esta izquierda cutre que nos ha tocado en suerte, no puede sustraerse a la erótica de la prohibición ("payload" del marxismo).
Y ya que estamos, también me gustaría saber como la Trini ha llegado la conclusión de que la sociedad está madura... porque desde mi punto de vista, lo que está nuestra sociedad es macerada, que es algo ligeramente distinto.
Por cierto, los dueños de cafeterías y restaurantes que hace no mucho tiempo se vieron obligados a reformar sus locales para adaptarlos a la nueva normativa de acoso y derribo del fumador ¿recuperarán el dinero invertido?
Y cuando la sociedad esté suficientemente madura, ¿me prohibirán andar descalzo por mi casa?