domingo, 30 de junio de 2019

Detrás del orgullo

Lo del día del orgullo gay, que pasó a ser semana del orgullo gay y lleva camino de convertirse en mes del orgullo gay, me ha parecido siempre un despropósito.
Los colectivos LGTB que son esas asociaciones hiper-subvencionadas para actuar como ariete de la izquierda, dicen defender unos derechos que en España, de facto, ya tienen los homosexuales.
En España, desde hace mucho tiempo, un homosexual tiene los mismos derechos que un heterosexual... básicamente porque nuestra Constitución contempla al ciudadano con independencia de su orientación sexual.
No sucede así en Irán, Arabia Saudita o Cuba, pero esa es otra historia.
Llevan un montón de tiempo dando la matraca para que "aceptemos" sus imposiciones sin rechistar... en esto - hay que reconocerlo - son casi tan pesados como los cansinos de Torra y su república imaginaria.
Y por poner un ejemplo, hablaré del derecho a a la adopción.
El "derecho" a adoptar niños por parte de parejas de homosexuales, lamento decírselo, no existe... y no existe para parejas homosexuales ni para parejas heterosexuales, porque la adopción es un derecho del niño, no de los padres adoptivos.
Y la obligación del Estado, en este caso, es garantizar que el niño se va a criar en un ambiente adecuado, estable, etc... independientemente de que los que quieren adoptar al niño sean homosexuales o no.
Se ha generalizado el argumento de que en una pareja de homosexuales pueden darse las condiciones necesarias de estabilidad y cariño para que el adoptado sea feliz... y yo no voy a oponerme a este argumento si usted me acepta que también pueden no darse.
Porque la condición de homosexual no lleva implícita la bondad, aunque entre ellos (igual que entre los que no lo son) encontremos bellísimas personas.
No se si sabe que en America del Norte, que fue pionera en estas historias, hay ya un nutrido colectivo de damnificados por la adopción por parte de parejas homosexuales... asociaciones silenciadas sistemáticamente por el lobby rosa y sus palmeros.
Al igual que sucede con las "feministas", que es un adjetivo que todos quieren ponerse (ellos y ellas), lo que piden estos cuentistas de los "colectivos" con sus actos de presión social es discriminación positiva.
Y a la discriminación positiva le pasa que en castellano tiene otro nombre: privilegios.
De modo que esto del "orgullo", en España, por mucho que nos lo cuenten, no es un tema de defensa de derechos, es una cosa de obtención de privilegios.
Y si no te avienes a sus caprichos, eres un homófobo.
Porque para estos jetas que viven del cuento y de nuestros impuestos, cualquier discrepancia es homofobia.
Y luego viene la segunda parte...
Montarse en una carroza con un tanga de leopardo y una corona de plumas por toda indumentaria le aproxima a uno mucho mas a un evento carnavalesco que a un acto de reivindicación de derechos... y desde luego no favorece a la opinión que los demás podamos tener de ese colectivo.
Para mi - que quieren que les diga - es mas un problema de mal gusto que otra cosa... por muy bonito que lo quieran pintar.
Se da el caso de que de un tiempo a esta parte, estos colectivos de hooligans de la orientación sexual, han empezado a repartir carnets de demócrata...y nuestros políticos - para mi asombro - han empezado a comprarlos.
Los organizadores del "orgullo" no sólo se ofenden si no pones el trapito de colores en la fachada del ayuntamiento de Madrid, sino que además quieren que sustituya a la bandera de España... que según dicen, está ahí porque lo ha impuesto Vox.(????)
A Ciudadanos, porque no pacta con el PSOE y admite los votos de Vox le han vetado la carroza en Madrid, y en Valencia se la han pintarrajeado... porque los de la dictadura rosa son lo que son: una partida de energúmenos al servicio de la izquierda.
Y hasta que los demás partidos no asuman esto, hasta que PP y Ciudadanos dejen de consentir que les roben la cartera, de apoyar estas estupideces, tendrán bien merecido el veto.
A mi no me tienen que vetar, me veto yo solo, porque con esta chusma no quiero ir ni a recoger una herencia... y no es homofobia, es discrepancia (un ejercicio de libertad ¿recuerdan?)
Y dejen ya de subvencionarlos... que las juergas heterófobas se las paguen ellos.
Un poquito de respeto a nuestros bolsillos.