viernes, 21 de junio de 2019

Manadas y manadillas

Tras un montón de años (tres al menos) la famosa "manada" de los sanfermines ha sido condenada a 15 años de cárcel.
No voy a ser yo quien defienda las abominables prácticas de estos desgraciados, pero creo que debido a la presión de los grupos feministas, se les ha sometido a una sobre-exposición mediática que no se aplica a otros grupos con delitos similares o peores.
En el caso de "la manada", la mayor parte del tiempo se estuvo tratando de dirimir si el delito cometido era abuso o agresión... básicamente porque es muy distinto que sea una cosa u otra y porque, parece ser, había indicios que apuntaban a que - hasta cierto punto - la muchacha colaboró con los desaprensivos.
Como no sé hasta que punto fue una cosa u otra, dado que no vi las pruebas ni pude estar presente en el juicio, doy por bueno lo que los jueces han dictaminado... pero una cosa es cierta: en este caso ha habido división de opiniones desde el principio.
No sucede lo mismo con los MENAS (menores no acompañados) que saliendo del centro de acogida se dedicaron a violar a una muchacha tras meterle una paliza de muerte a su novio (en el metro de Barcelona, ¿recuerdan?)... aquí no hubo alcohol ni ambiente festivo, no cabía duda sobre si el delito era abuso o agresión, pero de esta manada marroquí, no se ha hablado apenas.
Y no ha sido un hecho aislado, esto mismo se ha repetido ya en varias ocasiones, en diferentes lugares de España, durante festejos populares o no, desde que saltó a la luz lo de la manada... con un denominador común: inmigrantes y silencio mediático.
No ha habido manifestaciones de feministas ni amenazas a jueces, no ha habido tertulianos diciendo las habituales estupideces o repitiendo machaconamente las consignas... como son inmigrantes no se puede hablar mal de ellos bajo pena de ser tildado de racista, xenófobo o cualquier otra lindeza.
Y no, no soy racista ni xenófobo, si los agresores son gitanos, marroquíes, ecuatorianos o del barrio de Salamanca, blancos, negros, cristianos, musulmanes o budistas me da igual... sobre los responsables de un hecho tan abominable debe caer todo el peso de la ley y hacerlo sin miramientos.
Es así de simple.
Porque "la inmigración" - aunque ustedes no lo crean - no existe.
La inmigración no es un ente que se pueda tratar en su conjunto.
Existen "los inmigrantes", uno a uno, caso a caso.
Existen personas buenas, malas y regulares y su existencia no depende del lugar donde nacieron, el color de su piel o la religión que profesen...
Y si que quiero hacer una reflexión con la que probablemente usted estará de acuerdo: en España tenemos ya demasiados animales como para importarlos de otros países.
Nunca me ha molestado "la inmigración".
En un país con déficit de natalidad desde hace décadas, recibir inmigrantes no solo es bueno, es necesario... pero tenemos que controlar lo que importamos.
Todo el que venga a ganarse el pan debe ser bien recibido, pero siempre que se lo gane como nos lo ganamos los demás, los que llevamos cincuenta años creando las condiciones necesarias para que ahora, el recién llegado, se beneficie de lo que hemos levantado con nuestro esfuerzo y nuestros impuestos.
Si vienes a vivir de la subvención sin aportar nada a la sociedad que te acoge, a crear ghetos, a rechazar las oportunidades que se te ofrecen o a delinquir: lo siento mucho, pero no te queremos aquí.
Es así de fácil.
Harían muy bien los tontainas del buenismo en entender que lo que produce el rechazo al inmigrante es precisamente este tipo de inmigrante.
Devolver a los criminales a sus países de origen no es xenofobia, es sentido común.
Sólo lamento que no podamos hacer algo parecido con los criminales autóctonos.