viernes, 29 de enero de 2010

Jubilación

Suena el teléfono.
La adolescente de la casa, siempre dispuesta a echar unas horitas al aparato, lo coge antes de cante por tercera vez...
Niña - ¿Digamé?... un momentito, que lo pregunto... (a voces) ¡Papá!, ¿Está el abuelo?
Voz (desde el otro lado de la casa) - No, no ha llegado aún...
Niña - No ha llegado aún de trabajar... si, es que se queda hasta tarde para poder acompañar a su padre, que está un poco mayor... si, los dos trabajan en lo mismo, pero el bisabuelo hace horas extras... si yo se lo diré... de nada.
Cuelga el teléfono.
Canturreando se acerca a la salita donde su padre, pegado al ordenador, teclea furiosamente alguna cosa...
Niña - ¿Te queda mucho papi?
Padre - Un rato, tengo que terminar este informe para mañana y voy mas o menos por la mitad... ¿qué quieres?
Niña - Es que necesitaría que me explicases un poco de mates...
Padre - Espera a que llegue tu madre y le preguntas, que yo ando muy liado hoy.
Niña - ¿Y sabes si mamá tardará mucho hoy?
Padre - No sé, ya sabes que el taxi es muy esclavo... y si no ha hecho las carreras suficientes suele quedarse un poco mas. Pero no creo que tarde mucho.
En ese momento suena la cerradura de la puerta de entrada... se abre la puerta y entran dos ancianos, uno de ellos mucho mas mayor y estropeado que el otro.
Anciano 1 - ¡Que ganas tengo de jubilarme!... ¡Estoy de Martinez hasta la coronilla!
Anciano 2 - ¡No te pongas así!, al fin y al cabo sólo se le va la cabeza un poco... la mayor parte del día está normal...
Anciano 1 - Si, pero desde que ha cumplido los noventa y cinco está insoportable.
Anciano 2 - Ahí te doy la razón.. pero no te quejes que a tí sólo te quedan tres años para jubilarte
Anciano 1 - Hombre pichín, que tengo ya noventa y cuatro... creo que ya me toca.
Anciano 2 - Claro que sí, papá, si yo no digo nada... y no me llames pichín que ya he pasado de los setenta.
Anciano 1 - Para mí siempre serás pichín... ya lo sabes.
Entra la niña en la habitación como un torbellino.
Niña - ¡Abuelo!, ¡Bisabuelo!... ¡Que alegría que ya esteis aquí!
Anciano 1 - Hola sandrita, ¿que tal en el cole?
Niña - Muy bien, hoy me han puesto un examen de lengua y casi lo apruebo.
Anciaño 2 - Así me gusta hija, que casi apruebes las asignaturas... tu padre - que siempre ha sido un poco ceporro - no aprobaba ni a capones.
Voz (desde el otro lado de la casa) - ¡Papá!... ¡Que te estoy oyendo!
Niña - Ya me lo has contado abuelo... por cierto, te ha llamado un señor... Vicente, creo.
Anciano 2 - ¿Vicente?, ¿Estas segura?...
Niña - Creo que sí, ha dicho que llamará luego.
Anciano 2 (dirigiendose a Anciano 1) - ¿Habrá pasado algo con nuestro plan de pensiones?
Anciano 1 - Espero que no... será para otra cosa... como cambian las leyes a diario, seguro que hay que mandar algun papel a algun sitio y llama para avisarnos.
Anciano 2 - ¡Dios te oiga!... porque este sólo llama para dar disgustos.
Anciano 1 - ¡No hombre! Ahora que estamos ya casi saliendo de la crisis...
Anciano 2 - Eso dijéron en el veintiseis y ya estamos en el cincuenta y cuatro... ¡Que asco de políticos!, ¡Como vuelvan a retrasarnos la jubilación, te juro que la monto!
Anciano 1 - Esa boca, ¿Cuantas veces tengo que decirte que no jures?
Anciano 2 - ¡Es que me sacan de quicio!
Anciano 1 - Bueno, cálmate y vamos a preparar algo para la cena... que las chicas estárán a punto de llegar y vendrán cansadas.
Hacen mutis por el foro.