martes, 19 de enero de 2010

Munilla

Como son “asín”, ahora les ha dado por el Obispo Munilla.
Si el obispo Munilla les mandase a “la motorizada” como hizo Prieto con Calvo Sotelo, no se meterían con él... sólo se meten con quien – por su condición – no puede revolverse y morderles la yugular.
Son católicos por bautismo pero abjuran de su condición. No van a misa pero les molesta que yo vaya. No se han leído el Catecismo (ni se lo van a leer) pero hablan ex-cátedra de los muchos males que aquejan a la Santa Madre Iglesia... y si se puede sacar de contexto unas declaraciones, tergiversar el significado de lo dicho y arremeter con la elegancia de un elefante borracho contra un obispo, no pierden la oportunidad.
Munilla ha entrado con mal pie.
Pero no ha sido por culpa de Munilla... ha sido por culpa de los "pastorarras" del "rebañoak", con Mao-Setién a la cabeza y Uriarte al botafumeiro, que son curas de los que “conectan” con el pueblo vasco (siempre que sean del "rebañoak"). El pobre Munilla sólo ha expresado públicamente que viene a hacer aquello por lo que un día tomó los hábitos, algo que, si me permiten el comentario, con semejantes subordinados le va a costar Dios y ayuda (nunca mejor dicho).
Pero el colmo de los colmos es lo que Elena Valenciano, dirigente de “groseras sin fronteras” (Maite Noya dixit), ha dicho de él: que su aspecto físico “desagradable”.
Comprendo que una tía (me resisto a calificar de “señora” a semejante lamelibranquio) cuyo referente estético sea la anoréxica de Moncloa o la "petronia" de la confluencia planetaria (la tere y la pajín), encuentre desagradable a un señor que se ducha por las mañanas.
Por mi parte, si me pusiese en estos momentos a expresar las sensaciones que me producen sus excesivamente bien pagadas señorías, les aseguro que el diccionario del insulto en cuatro idiomas se me quedaría pequeño... pero me abstengo porque no pertenezco a la ong de Elenita.
Munilla, por su parte, cuenta con mis simpatías y mis oraciones.
Un hombre que despierta semejantes impulsos de esta chusmaza, por fuerza tiene que estar haciéndolo bien.
¡Que el Señor le bendiga!