jueves, 7 de enero de 2010

Poly-glotta

Creo que fue Unamuno el que dijo que un tonto políglota podía decir estupideces en varios idiomas... no seré yo quien ponga en duda la conveniencia de hablar varias lenguas, pero en esta España del esperpento continuo, en lo de las lenguas, también estamos perdiendo los papeles.
Por supuesto la culpa es nuestra por dar nuestro voto a esta pandilla de gandules incompetentes que, en listas cerradas, se hacen – cada cuatro años - con patentes de corso... vivir en una cleptocrácia bananera es lo que tiene.
En las zonas de España donde se hablan derivados del latín, léase Galicia y Cataluña, y en aquellas otras donde apenas se habla una cosa que – según dicen los expertos – tiene similitudes sorprendentes con alguna lengua norteafricana, las vascongadas, la “política lingüística” se ha convertido en la ultima obsesión de estos tocapelotas que nos gobiernan.
Ya me resulta doloroso que den la matraca con el inglés, anteponiendo el conocimiento del idioma al de la materia impartida en dicha lengua, pero que hagan lo propio con el esukera, catalán o gallego, me resulta insoportable.
En España, la LOGSE, la LOE y todas las iniciativas que en materia educativa han estado tomando los herederos del maldito mayo del 68 ("menos latín y mas deporte") han conducido progresivamente a la obtención de una masa juvenil universitaria que, en otro tiempo, no hubiese superado una reválida de cuarto de bachillerato.
Su vocabulario es limitado, redactan mal, cometen faltas de ortografía que en mi infancia se traducían en instantáneas collejas... pero chamullan inglés.
No son capaces de expresarse en su lengua materna, son unos completos ignorantes en muchos campos, pero pueden manifestar su incompetencia en varias lenguas.
Ahora Feijó, el que accedió al poder diciendo que modificaría las leyes de exclusión del castellano, ha optado por desarrollar un arabesco barroco en forma de decreto que, cargado de complejos (son así, que le vamos a hacer), vuelve a atentar contra el derecho de que en España se estudie en español.
Cuando esto es muy fácil...
Señores del gobierno:
Ante todo, quiero que mi hijo aprenda a hablar y a escribir, con la corrección necesaria, en Español, lengua que compartimos con trescientos millones de seres humanos científicamente comprobados.
Seguidamente, espero que sus políticas educativas consigan formar a mis hijos en cosas tales como matemáticas, física, química, filosofía, latín, geografía e historia, y que el nivel que alcancen les faculte para algo más que ver en la tele el “gran hermano”.
Si tras alcanzar esos objetivos mis hijos son capaces de hablar una segunda lengua, incluso una tercera, estupendo... si no son capaces de asentar conocimientos en lo anteriormente expuesto, tengan la bondad de meterse el inglés, el gallego, el catalán y el euskera por donde amargan los pepinos.
¿Y saben porqué digo esto?
Porque si mis hijos son capaces de alcanzar una formación completa en los ámbitos expuestos, el conocimiento del idioma les llegará por si sólo, porque ya se preocuparán ellos de alcanzar el nivel que precisen... no hará falta – se lo aseguro – que nadie les obligue a ello.
Y tengan un poquito mas de respeto por el español... que es nuestra lengua común.
¿O es eso lo que les molesta?