miércoles, 12 de diciembre de 2018

21 D

Los que estuvimos en Barcelona el 1 O y regresamos a casa el 3 O, tardando cerca de 16 horas en hacer un trayecto que se suele hacer en 7, sabemos que el 21 D va a ser un desastre.
Los que no lo saben - o no quieren saberlo - son los que acceden al poder sin pasar por las urnas y se apoyan en los que van a montarla el 21 D que, quitadas las caretas, ya nos han contado que están organizándose para empezar a matarnos "a la eslovena", es decir, de una forma muy moderna y progresista.
Algunos roedores llevamos años anunciando que esto llegaría tarde o temprano... quizá porque somos roedores catalanes y conocemos bien a esta asociación de delincuentes que se han hecho con el poder en Cataluña.
No es momento para ponerse a llorar sobre la leche derramada, todos los gobiernos de España (y cuando digo todos creo que no me dejo ninguno) han propiciado en mayor o menor medida lo que está pasando.
Por orden de culpabilidad yo podría a los tres últimos a la cabeza.
Zapatero el ignorante por poner en marcha "el proceso" (aprobaré lo que digáis), Mariano el holgazán por ignorarlo y Pedro el irresponsable por echar gasolina sobre los rescoldos... y dar amparo a los separatistas con el "quid pro quo" que se trae con ellos.
Hoy el presidente del gobierno separatista de Madrid, Pedro Sánchez, se ha descolgado en su discurso con media docena de naderías y, muy en su papel de chulo de patio de colegio, se ha dedicado a llamar inmoral e indecente a la oposición... pues según parece ha sido el JFK español (Pedro Sanchez) quien, pactando con toda la basura de España, incluyendo a todos los enemigos de la Constitución, la Monarquía y las Instituciones, quien ha restituido la decencia al Parlamento.
Tras el correspondiente rifirrafe con la oposición (PP y Cs, los demás están en el gobierno), las amenazas de los separatistas (que no han dudado en recordarle a Pedrito a quien debe su actual status), y después de soportar con paciencia el "discursi" (por lo cursi del discurso) pasado de fecha hasta la putrefacción, de ese Pablo Iglesias que ya no engaña a nadie con dos neuronas, llegamos a la conclusión de que no se va a hacer nada.
Y quizá sea lo mejor, porque mandar a la policía otra vez para dejarla con el culo al aire (como hicieron el 1 O y días sucesivos) no está bien.
¿Que tiene que pasar para que el Gobierno de España tome cartas en el asunto?, dice la oposición.
Yo le respondo señor Casado: Que se cumplan los deseos de Torra.
Así se producirá el genocidio anunciado: los partidarios de Torra matarán a unos cuantos inocentes y el resto, al ver como reaccionan ustedes, nos moriremos de la vergüenza.