miércoles, 25 de octubre de 2017

Butifarra Power

Al White Power y al Black Power hay que sumar ahora este extraño fenómeno que se está dando en España: el Butifarra Power.
Esta suerte de supremacismo de barretina - afincado fundamentalmente en Cataluña - comparte con el White Power y el Black Power la deficiencia mental de sus seguidores, el discurso del odio y la incapacidad de convivir (por ende) con los que no piensan (quizá me estoy excediendo en el verbo) como ellos.
Comparte el Butifarra Power con los demás supremacismos la mentira fundacional de que ellos son mejores que los demás. A partir de ahí, los derechos que amparan a los demás, son insuficientes para ellos. Porque son mejores. Son superiores.
Si los derechos les resultan insuficientes, que podemos decir de las obligaciones... de hecho, los butifarrets pueden elegir las leyes que cumplen y las que no. (¡Hasta ahí podíamos llegar!)
Para el Butifarra Power, los que no son como ellos no son catalanes.
La catalanidad no es cosa de nacimiento, es cosa de adhesión a la causa... así, un negro de mozambique, pasa, por razón de sentimiento, a ser un ario puro. Los bautizan como"nous catalans" y a otra cosa, mariposa.
El que lleva quince generaciones en Reus, si no es del Butiffarra Power, pasa a ser negro de nacimiento. Les llaman "botiflers" y - básicamente - no tienen derecho a pan ni a sal.
El mundo del supremacista es sencillo. Es un mundo de ideas simples y enunciados rotundos. No hay cabida a los grises en su paleta de colores.
Si es Español es malo, si es Catalán es bueno.
España nos roba.
España nos oprime.
Tengo un sentimiento.
Cataluña ha sido colonizada por los españoles.
Los españoles viven de mi trabajo.
Son ideas simples para gentes sencillas, frases que se pueden "sentir", que permiten justificar cualquier cosa... que hacen que uno pueda vivir en un mundo estable.
Los del Butifarra Power se unen en su causa común.
Vemos convivir a la derechona mas rancia y detestable (CiU) con la izquierda descerebrada (ERC) y el anarquismo mas disoluto (CUP)... Crean unidades de gobierno que - por razones obvias - no pueden formar gobierno, ya que en ningún aspecto de la política pueden coincidir sus puntos de vista.
El nexo común de todos ellos es la creencia de que se merecen lo que los demás, por ser inferiores, no merecemos.
Me da pena hasta llamarlos nazis... al menos los nazis tenían un contenido político, estos solo tienen la butifarra y un distanciamiento de la realidad que roza lo astronómico.
Por eso, a esta caterva de supremacistas de barretina, hay que señalarlos con el dedo.
Hay que afearles su estupidez.
Hay que hacerles entender que a veces, esas mariposas que aletean en sus estómagos, no son sentimientos, son gases.
Y hay que prohibirles que envenenen a nuestros hijos con su enfermedad mental.
Es urgente y no hay que reparar en medios. Mas vale una vez colorado que ciento amarillo.
Nos jugamos mucho.
Y ya está bien.