domingo, 30 de agosto de 2020

El derecho a delinquir

Susana Ramos, reportera de Mediaset, ha sufrido en sus propias carnes la tolerancia gubernamental y mediática hacia el "movimiento okupa".

Esta periodista de tintes podemitas, siempre dispuesta a echar una mano a sus amos, vio "okupada" su casa y puso, inmediatamente y como debe ser, la correspondiente denuncia.

Sorprendentemente, sin dilación alguna, la policía se personó en la casa de la periodista, y - ante el aplauso de los vecinos del barrio - derribó la puerta de entrada con un mazo y desalojó a los "okupas" sin miramiento alguno.

Digo sorprendentemente, porque el mismo drama ha sido vivido por muchos españoles a quienes nadie les ha hecho el menor caso... de hecho, lo habitual es que la "okupación" de un inmueble suponga para su propietario una pesadilla kafkiana de la que sólo se puede salir aceptando la extorsión económica del "okupa" o contratando a "Desokupa", que son los únicos en España que entienden bien a estos sinvergüenzas.

La idea, simplona y falsa, que gravita sobre la "okupación" es que la Constitución Española garantiza el "derecho a la vivienda".
Una vez mas la izquierda hace de su capa un sayo y retuerce la realidad interpretando la ley a su antojo.

Porque el "derecho a la vivienda", como ya he dicho alguna vez, no significa que el Estado tenga la obligación de proporcionarme una vivienda, significa que si yo reuno las condiciones para hacerme legalmente con una vivienda, el Estado no puede oponerse a que la adquiera... porque tengo "derecho" a hacerme con una vivienda si lo hago sin infringir la ley.

Y no es lo mismo una cosa que otra.

Entrar en una propiedad que no es mia se denomina "allanamiento de morada", y se puede hacer con violencia sobre las cosas, escalo y otros agravantes.
Por otra parte, una propiedad sobre la que se paga un IBI, una hipoteca, o una factura de electricidad, no es una propiedad "abandonada". Estará vacía porque no hay nadie dentro, pero no es un inmueble abandonado.

De modo que cuando un sinvergüenza "okupa" una vivienda, no sólo no está ejerciendo un derecho, sino que está cometiendo un delito. Y eso es así independientemente de que tenga hijos o no, tenga dinero o no, sea emigrante o no, etc, etc, etc.

Para mas INRI, este verano, por eso de la pandemia, hemos presenciado no pocos casos de "okupas" que cuando buscan un techo para vivir, lo hacen en mansiones con piscina en lujosas urbanizaciones de veraneo...

Conozco el caso de uno que tiene "okupada" una casa en Sevilla (en el barrio de San Jerónimo) y en verano "okupa" un apartamento en Matalascañas... y el propietario del apartamento sevillano lleva gastado un dineral en "justicia" sin que sus denuncias hayan dado el fruto que Susana Ramos obtuvo en pocas horas.

El movimiento "okupa" es una lacra que tenemos que combatir con el convencimiento de que la ley está hecha para respetarse.

Pero en España, la izquierda descerebrada (valga la redundancia) se pone sistemáticamente del lado del delincuente... hasta que le tocan sus propiedades, claro.

Necesitamos echar del poder a esta pandilla de inútiles que con su "buenismo" mal entendido están desbaratando nuestra sociedad.

Y al que apoya al delincuente tratarlo como tal.

Porque esto está empezando a llegar a un punto en el que lo del "llanto y crujir de dientes" va a convertirse, para los "okupas", en algo literal.