miércoles, 25 de septiembre de 2019

El discurso

Decía Chesterton que un ateo no es un señor que no cree en Dios, es un señor capaz de creer en cualquier cosa.
Así, encontrarás ateos que creen en el espiritismo, las multiples extravagancias de la new age, la cienciología, los cristales de cuarzo o la hechicería...
Porque el hombre es capaz de creer lo que le de la gana... todo es ponerse.
En Cataluña, por ejemplo, hay individuos que se creen que por haber nacido en Mataró son mejores que los que han nacido en Coria del Rio.
Creen también que comparten con los otros catalanes una cultura milenaria, cuando casi todas las tradiciones de las que hacen gala (sardana incluida) se remontan a principios del siglo XX.
En su credo figura que Cataluña fué un reino... o un imperio.
Afirman que entre los españoles y los catalanes (ellos se considéran grupo aparte) hay diferencias a nivel genético... quizá por alguna mutación producida cuando se popularizaron las mongetes amb botifarra.
Y creen, sobre todo, que "los españoles" (así nos denominan) son los culpables de todos sus males.
Defienden que los españoles colonizamos su tierra a sangre y fuego... y que hemos mantenido una ferrea opresión - que se remonta a varios siglos - sobre las dulces tierras catalanas.
Incluso tienen sesudos "doctores" que sostienen que Cervantes, Colón, Santa Teresa y Servet (entre otros) eran catalanes.
Una buena parte de estos catalanes son hijos de aragoneses, murcianos, andaluces... pero el efecto de las mongetes amb botifarra debe haber producido en ellos la deseada mutación genética que les convierte en seres especiales.
Son de la opinión de que en "España" no damos un palo a agua... que nos levantamos de la cama a las once de la mañana para irnos de cervecitas mientras ellos trabajan para mantenernos.
Y claro, están indignados... y - visto así - que quieren que les diga, yo tambien lo estaría.
Es un discurso redondo, sólido, casi pétreo, pero hace aguas en un pequeño detalle: que es mentira.
Y que existan paletos capaces de contarse películas y creerselas no es del todo grave, aunque empieza a ser peligroso cuando se dedican a la fabricación de amonal... lo verdaderamente grave es que entre los "españoles" haya quien comparta este discurso.
Y si estamos donde estamos es porque - seamos sinceros - los nazis de la terreta han sido capaces de contar con el apoyo de un montón de ilusos en la política nacional.
Algunos han sido tan tontos que han llegado a creer que un catalanista era un hombre dispuesto a conformarse con una autonomía.
Para los políticos de "Madrit", durante décadas, lo de Cataluña era una simple cuestión de dinero... se les daba dinero y se callaban, se les daba la educación y se callaban, se les daba la sanidad y se callaban, se les daba la policía y se callaban...
Pero la realidad era otra, y los que crecimos en esas tierras llevamos años diciendo que nuestros políticos estaban metiendo la pata al suponer que de un catalanista se puede obtener la mínima lealtad.... y que era un error ceder competencias.
El tiempo nos ha dado - dolorosamente - la razón.
Ya tenemos catalanes fabricando bombas, señalando a gente por la calle, pintando las fachadas de los no afectos, haciendo escraches, defendiendo a sus terroristas... con el dinero de los españoles (repartido generosamente por la Generalitat) y el apoyo silente de los Mossos d' Escuadra.
En el caso de Pablo Iglesias y sus odiadores de cuota, el apoyo al separatismo es sólo por la necesidad que tiene nuestra chusma de alinearse con cualquiera que desee dañar a España... y lo puedo entender porque el que nace lechón, muere cochino, y el olmo da lo que dá, pero que el PSOE esté compadreando con Torra y Otegui y sea la fuerza mas votada... no me entra en la cabeza.
El problema catalán tiene solución.
No es una solución fácil ni será inmediata, pero el primer paso está clarisimo: hay que combatir el discurso separatista.
Y no permitir que se gasten un duro en mantenerlo.
Y caerse del guindo, porque hay tantos políticos en el guindo que van a terminar tronchándolo.