lunes, 1 de noviembre de 2010

Muertos fuera de inventario


Al menos cuarenta personas han muerto y otras 57 han resultado heridas durante la liberación de los rehenes retenidos por un grupo de hombres armados en una iglesia del centro de Bagdad, según informaron fuentes policiales iraquíes.”[LD. 01/11/2010]

Que ésto se produzca en Bagdad no asombra a nadie… hace tiempo que el diablo campa a sus anchas en Irak, como lo hizo también en España durante los sangrientos años que precedieron a nuestra última guerra civil.
Lo que llama la atención de esta noticia es que de los cuarenta muertos y cincuenta y siete heridos, cinco (muertos ellos) son los causantes del desaguisado y siete (muertos también) policías irakíes que trataban de liberar a los rehenes.
Esto significa que en la fiesta murieron treinta y ocho cristianos que estaban asistiendo a misa y suponemos (por regla de tres) que de los cincuenta y siete heridos, la mayor parte serán también cristianos.
Si el secuestro se hubiese producido en un corral con cabras, tengan por seguro que se hubiesen producido menos bajas entre las cabras… y eso es así porque en la “cultura” islámica, el cristiano tiene – y no exagero un ápice - menos valor que las cabras.
Esto lo se yo desde hace mucho tiempo, pero una pléyade de idiotas que puebla España, se resiste a darse cuenta. Porque como decía Marañón (creo) en España no cabe un tonto más.
Sólo así se explica la defensa a ultranza que hacen los progres del multiculturalismo y que sean capaces de crear un “ministerio de igualdad” para luego negarse a prohibir el uso del burka en lugares públicos.
He estado recientemente en Melilla y he constatado que poco a poco los bares son sustituidos por cafeterías en las que no se sirve alcohol… básicamente porque la hostelería está en manos de los moros.
Este detalle – en una sociedad democrática – no revestiría problema alguno si no fuese porque tras esos hechos se esconde una presión religiosa que – en privado – los moritos se saltan siempre que pueden… no es extraño ver a respetables funcionarios rifeños, afincados en Nador, hincándose una botella de Vega Sicilia o cualquier otro morapio de posibles, en discretos restaurantes de Melilla donde nadie, debido a la tradición cristiana de la plaza, va a afearle la conducta.
 Nuestros gobernantes y su laica inquisición, tachan de “opresores” los preceptos de un cristianismo que a lo único que pone pegas (que es lo que en el fondo les molesta) es al despelote… pero “entienden y respetan” una religión que – además de poner pegas al mismo despelote que la cristiana – encorseta la vida del creyente, y no creyente, hasta límites intolerables.
Cuando se nace en una sociedad sin valores, y se sobrevive atendiendo a las mismas necesidades que un semoviente, es muy complicado distinguir los valores buenos de los malos… y en España, desgraciadamente y en materia de valores, nuestra juventud va pareciéndose cada vez más a un rebaño de cabras.
Tiene su lado bueno, quizá así consigamos que sólo nos maten cuando estemos gorditos.