domingo, 11 de enero de 2015

Sospechas...

El repentino suicidio del subdirector de la Policía judicial de Limoges, de 44 años de edad, involucrado en la investigación del atentado a la redacción de Charlie Hebdo, el hecho de que no haya quedado vivo ningun terrorista al que interrogar y la estrambótica aparición de los documentos de identidad de los terroristas en el coche robado, alimentan la teoría de que los islamistas pudieran haber sido manejados por algún servicio secreto interesado en provocar una reacción favorable a la intervención activa de Europa contra el ISIS.
Parece claro que Charie Hebdo era el objetivo razonable por su beligerancia en el tema de las caricaturas de Mahoma y Francia, una nación donde hay un porcentaje muy grande de población musulmana, con una creciente desconfianza hacia este sector de la población y una innegable influencia en las decisiones de Europa, el país perfecto. 
Elegir a tres fanáticos, proporcionarles las armas, darles la información necesaria y lanzarlos contra un objetivo preseleccionado es una forma de actuar (bastante común) de los servicios secretos de muchos países. 
El éxito de estas operaciones se basa en que el terrorista crea que actúa en nombre de quien cree actuar y que no sobreviva al atentado, para que interrogatorios posteriores no pongan de manifiesto inconsistencias en el relato o permitan conectar con inoportunos inductores. 
Con todo, lo mas raro es que un terrorista que va a cometer un atentado lleve la documentación encima y - además - se la deje olvidada en el coche tras la huida... pues parece ser que eso fué lo que permitió identificar a los asesinos cuando apenas se había empezado con la investigación. 
En el video difundido con las imágenes de los terroristas saliendo de la redacción, se ve que los asesinos estaban encapuchados, por lo que no parece sensato creer que pudiera haberse producido una descripción de los testigos que condujése a los dos hermanos... sin esa oportuna documentación abandonada en un coche robado, el tiempo disponible para la huida de los asesinos hubiera sido mucho mayor y el desenlace - seguramente - otro.
Un coche con pruebas que dirigen en un sentido inequívoco la investigación, un policía involucrado en la investigación que se quita la vida (o se la quitan), la muerte de todos los terroristas terminando con cualquier investigación posterior... recuerda a cosas que ya hemos visto en España. 
Lo que describo podrían ser un conjunto de deducciones erroneas, propias de una paranoia injustificada y montadas sobre unos hechos fortuitos... tal vez la explicación es mucho mas simple y todo esto ha sido la acción irracional de tres fanáticos que - además - iban por libre, pero no me negarán que es un argumento estupendo para una novela de intriga.