martes, 17 de enero de 2012

Uno de los nuestros


Gaspar Llamazares y los amigos de las dictaduras (siempre que sean marxistas) se han manifestado frente al TS en apoyo de ese juez que – por lo visto – puede pasarse la ley por el forro de la toga sin perder la popularidad ni la inocencia.
Lo que hoy ha dicho Gasparín es como para que el TS se arremangue y le dé un susto, porque frente a los micrófonos ha acusado al Alto Tribunal de prevaricación dolosa. Y lo ha hecho de una forma tan contundente que no cabe interpretación benevola.
La mafia progre defiende a Garzón porque es “uno de los nuestros”, razón – para mi - más que suficiente para quitarle la toga y ponerlo a trabajar en otra cosa.
El desasosiego que invade de forma tan llamativa a la zarrapastra, se justifica en el hecho de que “uno de los nuestros” se siente en el banquillo de los acusados... porque a la izquierda en España (desde su más tierna infancia) lo del Estado de Derecho le incomoda enormemente. La ley, al fin y al cabo, es para “los otros”, ellos están por encima de estas fruslerías.
Y es que Baltasar Garzón, desde que decidió servir a la causa de los choricetes de la revancha, allá por las postrimerías de Felipe González, con quien se presentó (por cierto) a unas elecciones, ha vulnerado unas cuantas leyes en la inteligencia – es un suponer - de que se saldría con la suya.
Entre ellas, con la complicidad de la Fiscalía, la de hacer una charranada digna de Fidel Castro al ordenar la grabación de las conversaciones de los implicados en el caso Gürtel con sus abogados, que es el caso que nos ocupa y no otro.
Si el juez ordenante de las escuchas hubiese sido un tal Pepe Pérez, ya estaría de patitas en la calle sin que a progre alguno le pareciese mal la sentencia, pero como es Baltasar Garzón (“uno de los nuestros”) el belén está montado.
Y por eso, por hacer una cosa que a cualquier otro le hubiese costado la carrera, ahora está Garzón sentadito en el banquillo.
No por perseguir la corrupción, como dice la Chacón, sino por ejecerla.
Garzón pertenece a esa pandilla de letrados que cimentan la convicción de que en España la ley no funciona... y no se engañen, a Garzón la ley le trae al paido. A Garzón, sólo le importa Garzón.
Tengo, sin embargo, una duda al respecto de todo lo que está pasando...
Ahora que Gasparín y sus secuaces se han despachado a gusto con el Tribunal Supremo, ¿emitirá el Alto Tribunal un comunicado similar al que hemos tenido que escuchar referido a los padres de Marta del Castillo?
¿Usted que cree?