miércoles, 18 de agosto de 2010

De lluvias y lodos


Siempre he mantenido que una de las cosas inteligentes que hizo Aznar fue – precisamente – hacerse amigo de Bush.
Al personal le han explicado que el 11-M fue el resultado de esa amistad, pero a estas alturas esa versión “oficial” que nada explica, se la creen sólo los que quieren creerla... y los que cobran por difundirla.
No quiero decir con ello que ser aliado de los Estados Unidos de América sea una bicoca. Como buen aliado, los Estados Unidos lo son hasta que sus intereses les aconsejan lo contrario... pero en eso no se diferencian, por ejemplo de Francia o de Inglaterra.
La alianza entre Bush y Aznar le reportó a España una serie de beneficios entre los cuales  podemos enumerar una incuestionable ayuda en la lucha contra ETA (que en tiempos de Aznar llegó a ser una banda mafiosa prácticamente inoperante), el apoyo internacional a la hora de declarar a los batasunos movimiento terrorista, el respaldo de la sexta flota (creo que es la sexta la que opera en Europa) en lo de Perejil, un apoyo económico que provocó no pocas susceptibilidades entre alemanes y franceses, y en general un posicionamiento diplomático de España, un peso internacional – a la sombra de la Nación mas poderosa del mundo, claro está – que indudablemente, no nos correspondía.
Mientras España fue “aliado preferente” de los EEUU nuestros vecinos del sur se limitaron a resolver sus cuitas con Mauritania y a evitar darle al Sahara lo que le corresponde. 
Cuando el tonto mas grande de Europa se hizo con el poder (sobre unos centenares de muertos) en España, lo primero que hizo fue deshacer el trabajo diplomático de Aznar y enemistarse con los EEUU.
Esta inteligente medida produjo, por ejemplo y como primer fruto, que el mantenimiento de la sexta flota (unos cuantos barcos) que tenía que centralizarse en astilleros españoles, migrase a astilleros italianos... creando un importante problema en una zona de España ya de por sí bastante deprimida.
La segunda consecuencia importante de esta hábil decisión del fénix de los ingenios leoneses, fue que en el Mediterráneo, el aliado preferente de los EEUU pasó a ser Marruecos... porque, convendrán conmigo, en la puerta de este mar tiene que haber un portero y si el portero español se despide con cajas destempladas, la vacante la ocupa el que está mas cerca.
Como el sectarismo y la estulticia suelen ser compañeros de viaje, la política exterior de esta caterva de inútiles nos ha alineado con los gamberros de la clase. Nuestros aliados son – por mor de esa estupidez de la alianza de las civilizaciones – aquellos de quienes no se fía nadie y cuyos intereses chocan con frecuencia (y de modo frontal) con los nuestros.
De esas aguas, no les quepa duda, vienen estos lodos.
Ahora, ese reino que no hace ni un siglo que existe, se permite hacernos un bloqueo ante la pasividad de nuestro gobierno y de toda la comunidad internacional.
Lo que acontezca en España a nadie le importa una higa... pues lo nuestro – en diplomacia – es anorexia galopante.
Esta conjura de los necios que padecemos en nuestras carnes debido a la incapacidad del españolito para distinguir un chorizo de un avión de pasajeros, va a reportarnos lustros de alegrías... y de desconfianza internacional.
De aliado preferente de los EEUU a culo del mundo en dos legislaturas.
Todo un record.