miércoles, 1 de enero de 2020

Manual de resistencia

Dado lo que se nos viene encima, les quiero proponer a ustedes una serie de medidas que pueden intentar poner en marcha para evitar que el aluvión de mugre les arrastre a la infelicidad mas absoluta.
En primer lugar sean conscientes de que no pueden hacer nada para evitar el desastre.
Como ya he dicho muchas veces, al final vamos a sufrir lo que la mayoría diga... y nunca las mayorías se han distinguido por su capacidad de hacer lo correcto.
Las mayorías son siempre más partidarias del "panem et circenses" que de aquello de la "sangre, sudor y lágrimas".
Pueden, eso si, en la medida de sus posibilidades, mantener la llama de la cordura y del patriotismo en su entorno inmediato.
Pueden llamar mentiroso al que mienta y sinvergüenza al que obre como tal... pero poco mas.
Pueden centrarse en su familia y amigos.
Pueden filtrar sus relaciones para ir depurando a los que se van decantando por destruir España, no pueden evitar que lo intenten, pero pueden mandarlos a freír puñetas... que al final su entorno social sea lo suficientemente confortable como para evitar las subidas de tensión arterial innecesarias.
Pueden votar... eso no se lo va a quitar nadie. Y pueden votar a quien mejor les parezca, sin complejos ni excusas.
Pueden centrarse en lo que realmente importa, hacer el bien en su entorno inmediato y progresar en su realización personal... ser mejores, más sabios, mas humildes y menos dependientes de las cosas de este mundo.
Sean conscientes - repito - de que sobre lo que sucede a su alrededor tienen poca capacidad de acción, admitan la realidad y prepárense para entrar en un selecto y pequeño grupo de inasequibles a la mentira... aunque eso suponga pasar a la clandestinidad.
Reafirmense en sus creencias, y aunque todos le digan que son malas, usted persevere... dos mil años de Historia y la experiencia de cientos de generaciones no pueden estar tan lejos de la verdad.
Apaguen la televisión, tal y como están las cosas, la televisión es un objeto tóxico metido en el salón de nuestras casas. Pueden ver series y películas, pero si desean enterarse de lo que pasa, van a tener que buscar en otros sitios. La radio e Internet siguen siendo, a día de hoy, bastiones de cordura si sabes explotarlas.
Guarden lo que puedan... es hora de hacer colchón y poner fuera de las sucias manos de los dilapidadores  del erario nuestros bienes. Estudien la forma de burlar el abusivo sistema fiscal que quieren imponernos, sin vulnerar la ley, claro está, pero dándole al Cesar exclusivamente lo que le corresponda.
Eduquen a sus hijos para que sean capaces de nadar como los salmones, contra corriente... háganlos fuertes ante las presiones sociales y conscientes de que mantenerse del lado de la razón tiene un precio que merece la pena pagar.
Transmitan a sus hijos el orgullo de pertenencia a una Nación milenaria que ha entregado a la humanidad muchísimas cosas buenas, háganles responsables de seguir aportando al mundo valores, bonhomía, nobleza y amor por la verdad.
Y cuando les falte el aliento, piensen que - al contrario que sus vecinos - Dios les ama de forma incondicional... déjense empapar por el amor de Cristo y sientan que en última instancia, Su misericordia es lo que les va solucionar la eternidad. Pues si consiguen entrar por las puertas de San Pedro... ¡que carajo importa todo lo demás!
Resistan conmigo... España seguirá siendo España cuando nuestros huesos aporten el perfume a las amapolas, no lo duden.
Feliz año nuevo.
Ah,  y ¡Viva España!... ¡Viva siempre España!