miércoles, 25 de marzo de 2015

Resaca andaluza

Como dijo Mencken, "para cada problema complejo, existe una solución que es simple, elegante y equivocada".
No creo que el andaluz sea mas o menos tolerante a la corrupción que el catalán, el vasco o el inexistente madrileño (en Madrid todo el mundo viene de otro sitio).
En ESPAÑA hay una tolerancia enorme a la corrupción.
Sobre todo a la corrupción de izquierdas o nacionalista, ya que en ambos casos se produce una militancia, un activismo, que en la derecha (pancista y pragmática por definición), no se produce... y tanto en Andalucía como en Cataluña (por poner un ejemplo Norte-Sur) hay redes clientelares centradas en gastar el dinero público para contentar a los amiguetes, "enchufar" a familiares y personal afín a la causa y amenazar e intimidar al adversario.
En Andalucía la corrupción se disfraza de ayudas sociales y en Cataluña de apoyo a la lengua y cultura catalana… excusas para dilapidar dinero público y desviar fondos a bolsillos afines (“El dinero ni se crea ni se destruye, sólo cambia de bolsillo”).
Lo que sí tiene Andalucía que no tiene el resto de España es mucha gente y una economía deprimida producto de la subvención sistemática desarrollada en los últimos treinta años, ya que si percibes dinero por no trabajar, ¿para qué vas a trabajar?.
En Andalucía hay mucho dinero "que no es de nadie" que llega a mucha gente y – además - un componente de odio social (que no de clase) que se manifiesta en slogans tales como que el PP es el partido de los "señoritos".
Este odio presente pero inconfesable, se alimenta de cualquier slogan o argumento que tienda a ratificar la postura del votante.
Si miramos los casos de corrupción por su cuantía y por el origen del dinero (cantidad y tipo de dinero, publico o privado) todo lo robado en los casos de corrupción achacables al PP (la famosa trama Gurtel), Barcenas incluido, supone menos de un 10% de lo achacable - solamente - a lo que ya conocemos de los ERE,s fraudulentos y los casos de “Formación de parados”... y sin embargo, el machaque con Barcenas es continuo y de Griñan, Chavez, Zarrías y otros cientos de imputados en casos de fraude no se habla.
Algo parecido sucede en Cataluña.
¿Cuántos millones se han gastado en proyectos demenciales (“embajadas” por ejemplo) y en subvenciones vergonzosas a la “cultura y lengua catalana” que han servido para desviar fondos públicos (y privados) a amiguetes y correligionarios?.
Supongo que el descarado apoyo audiovisual de hasta tres cadenas de televisión estatal y unas cuantas más autonómicas a esta línea de desvío de atención hacia la derecha en un sitio y “España” en el otro, tiene bastante que ver… pero no deja de ser parte de un sistema creado para maquillar la realidad (que es lo que hace mayoritariamente la “prensa” en España) y aportar argumentos al que ya de por sí no está dispuesto a cambiar su voto.
También pesa el voto del miedo.
En Andalucía el PSOE ha aplicado el mismo formato de presión clientelar al PP y a Podemos… y le ha dado resultado, porque en Andalucía, quien garantiza la subvención sistemática e incontrolada es el tándem PSOE + IU… las demás formaciones políticas son melones por abrir.
Dicho de otro modo, en Andalucía hay una masa de ¿50 escaños? que nunca, jamás, bajo ningún concepto, cambiarán su voto y que - a lo sumo - como protesta, se abstendrán de votar.
El nacionalismo ("Espanya ens roba") se alimenta de un mecanismo similar, pero - por alguna extraña razón - relacionada sin duda con su naturaleza sentimental, pasa algo más desapercibida… y el dinero – además - llega a menos gente.
Los escaños que ha obtenido Podemos, en mi opinión, proceden de un voto sin movilizar (lo que llaman el voto “perroflauta”) y del tradicional votante de la agónica Izquierda Unida… con el apoyo de cierto número de ilusos que se han tragado eso de que estos bolivarianos de libro van a “limpiar España de la corrupción”.
Y el descalabro del PP se ha producido por la desafección de sus desilusionados votantes que, sintiéndose engañados por las políticas de ese “Gobierno Central” que dicta con mano de hierro el comportamiento de sus caciques autonómicos, han decidido o no ir a votar, votar en blanco o votar a Ciudadanos que – de momento – representa a una formación política “limpia”, dispuesta al cambio, pero no incluible entre los partidos “gamberros” o antisistema.
Se esfuerzan mucho los partidos políticos en llevar a las tertulias televisivas predicadores que defienden que los resultados andaluces “no son extrapolables”, pero sinceramente, yo creo que si lo son.
Y creo – además – que el bipolar PP de Mariano “manos-tijeras” está errando con ese discurso de “o me votáis a mí o el llegará diluvio”… porque – a la postre – y viendo como ha reaccionado ante temas como la política antiterrorista, los pulsos nacionalistas, la cuestión judicial (tasas incluidas) y el controvertido tema “pro-vida”, muchos de sus votantes están haciendo acopio de paraguas.
¿Cual es la solución?.
 Yo no la veo, pero para cambiar este “status quo”, lo que si tengo claro, es que necesitaremos un detonante, un trauma que cambie radicalmente la mentalidad de esta generación y que deshaga – por ejemplo - el insostenible y desmembrador “Estado de las Autonomías”, que es lo que ampara e impulsa la desaforada corrupción que sufrimos en España, aportando - además - un plus de odio territorial.
Habrá que hacer otras cosas, pero si me pregunta por mi solución elegante, simple y probablemente equivocada, sólo le diré que pasa por aumentar el tamaño de los presidios y deshacer - completamente - las Taifas.