lunes, 10 de noviembre de 2014

El butifarrendum

No había censo, no había ley, no estaban llamados a votar todos… ha sido una payasada de dimensiones bíblicas. 
Se ha gastado un dineral en hacer “una encuesta” para que al final – siempre según los organizadores – dos de seis millones de catalanes escenifiquen una especie de plebiscito a la nigeriana… sin consecuencias, sin valor legal, sin trascendencia y sin sentido. 
Un mero divertimento. 
De los votantes – si hemos de creer a los organizadores de esta patochada – un millón ochocientos mil catalanes han votado que querían ser independientes. 
Pienso que los interesados en acudir a este ejercicio de política-ficción eran precisamente ellos, los que querían votar "si" y "si", y creo que no me equivoco si digo que – por fin – tenemos una idea de cuantos separatistas hay en Cataluña: un millón ochocientos mil.
Después de dar la matraca durante meses con esta historia, Arturito y sus proscritos han conseguido movilizar algo a sí como a una cuarta parte de los catalanes. 
Son muchos, es verdad, casi dos millones de catalanes son muchos, pero en el contexto de la propia Cataluña son sólo uno de cada cuatro… si extrapolamos a la población de España, 46.704.314 habitantes (en 2013), los separatistas terminan siendo 4 de cada 100.
Y estas son las cifras. 
Un catalán de cada cuatro llama democracia a imponer su voluntad sobre los otros tres… y cuatro españoles de cada cien, llaman democracia a imponer su voluntad sobre los otros noventa y seis.
Lo peor de todo esto es que la izquierda española, siempre dispuesta a hundir a España, ya ha empezado a tragarse la rueda de molino de que el futuro de Cataluña atañe sólo a los catalanes… como si el resto de los españoles no tuviésemos nada que decir al respecto. 
Los bellos próceres del socialismo en peligro de extinción nos proponen un Estado Federal como solución al problema catalán… quizá a estas alturas no se han enterado todavía que los separatistas lo que quieren es ver a Cataluña separada de España. 
Lo único que puede contentarles es que se les conceda eso. Y si no quieren un Estado Federal ¿para qué se lo ofreces?... ¿como punto intermedio para luego regalarles la independencia? 
Por otra parte dice Mariano "el silente" que está dispuesto a hablar… 
Yo no sé que querrá hablar el crustáceo de la Moncloa con los separatistas, ni a que clase de acuerdo cree que se puede llegar con unos tíos que quieren segregar Cataluña de España, pero en vista de las solidas decisiones que está tomando en ninguna cosa, y dado su empeño en no cumplir con su programa electoral, no puedo menos que sentir cierta inquietud espiritual. 
Mientras tanto, me asola el convencimiento de que vivimos al oeste del rio Pecos… y ni siquiera tenemos un Roy Bean que echarnos a la boca.