martes, 7 de octubre de 2014

Emergencia sanitaria

Estamos, Sr Rajoy, ante una alarma médica de dimensiones bíblicas.
El virus ebola no es ninguna tontería, y su propagación podría tener efectos dantescos.
Para mas INRI, con esto de los recortes, nuestra sanidad se ha visto seriamente dañada, lo que la hace especialmente vulnerable a la propagación de una epidemia.
Yo le insto Sr. Rajoy a que se tome en serio esto e inyecte lo antes posible una importante cantidad de millones de euros a nuestra sanidad, de manera similar a como ya hizo con nuestros saneados bancos.
No obstante, consciente de que el dinero, al igual que la energía, ni se crea ni se destruye (en esta caso solo cambia de bolsillos), le propongo que retire fondos de otras partidas con carácter de urgencia y se lo dé a nuestra sanidad.
Podría, por ejemplo, retirar las subvenciones a los sindicatos de gañote ancho, partidos políticos y asociaciones exóticas… de ahí saldrían - seguro - algunos eurillos.
Luego, podría decirle a los reyezuelos de nuestras taifas que cerrasen las embajadas que han ido abriendo por ahí porque, habiendo embajadas españolas, las de las Comunidades Autónomas no son necesarias.
También podría dedicar una parte importante de esos gastos de representación que se asignan ustedes, a reforzar y mejorar la infraestructura de nuestros hospitales… y eliminar gastos superfluos como coches oficiales, complementos de alojamiento a políticos que tienen piso en Madrid, los cheques del pienso de los señores diputados, algunos cargos inútiles y vitalicios que están ocupando ex-presidentes del gobierno y de las Comunidades Autónomas… usted ya me entiende.
Si no pudiese recaudar lo suficiente, podría meter en la cárcel a la familia Pujol al completo y ponerles una multa por - digamos - el treinta por ciento de lo que han mangado en los últimos veinte años… y si esto no fuese suficiente, podría hacer lo propio con Urdangarines, Blesas, Roldanes y otros muchos murcianos (del verbo murciar) que han empleado un encomiable numero de horas a sustraer dinero de donde han tenido oportunidad.
Si eso no proporcionase lo necesario, podría suspender las Autonomías que no han cumplido con los objetivos de déficit, intervenir sus administraciones y cerrar todos aquellos chiringuitos deficitarios a los que no están dispuestos a renunciar: canales de televisión al servicio del separatismo, periódicos que nadie lee, emisoras de radio sin oyentes, asesorías compuestas por familiares del político de turno, asociaciones y asambleas dedicadas a saltarse la ley (cuyos componentes podrían ingresar también en prisión), etc, etc, etc.
Es una emergencia, Sr. Presidente.
Cualquier español de bien entendería que usted hiciese estas cosas.
Y muchos, además, se lo agradeceríamos.