martes, 14 de junio de 2011

Los renunciantes

Andan los medios muy preocupados porque en “el Constitucional” tres magistrados han presentado su renuncia.
Uno de ellos es “conservador” y los otros dos “progresistas”… es decir, que a uno lo ha nombrado Mariano y a los otros dos ZP, uno es del PP y dos del PSOE.
El del PP, al menos, es juez, algo que no podemos decir de los “progresistas”… porque el “progreso” según ZP es - entre otras cosas - dinamitar el mérito en el acceso a cargos públicos.
Sospecho que la crisis del Constitucional va a durar mucho.
Y va a durar mucho porque como el Tribunal Constitucional es una herramienta para legalizar marranadas, los partidos políticos se preocupan una barbaridad de nombrar a sus esbirros y vetar los del contrario, pues el que tenga el poder en “el Constitucional” se puede pasar por el forro el marco legal español, como ya se ha demostrado en repetidas ocasiones.
La última y muy sonada traición de este tribunal que se supone debe defender los intereses de España ha sido la legalización, por orden de ZP y suponemos que presionados por Rubalcaba, de Bildu.
Digo “suponemos” porque de los magistrados “progresistas” cabe esperar que el delito se cometa por afinidad con quien les ha nombrado, sin presion aparente.
Dado el nivel de mérito que exige, al PSOE le sobran aspirantes a magistrado del Constitucional… tiene en la cantera, por ejemplo, a Bibiana Aido o a Leire Pajín para sustituir a la “miembra” renunciante y a Zerolo o a José Blanco para sustituir al miembro renunciador.
De ese modo “el equilibrio de poder” se mantendría y podrían decidir si es constitucional – por ejemplo -.un eclipse de luna o los idus de marzo.
Mitad PP y mitad PSOE… equilibrado, independiente (del estado de las mareas) y – sobre todo – operativo (3 años para metérnosla doblada con el Pastatut de Cataluña).
Si Montesquieu levantase la cabeza, se pegaba un tiro.
Porque acepto como inevitable que los magistrados tengan ideología política, pero que hagan uso de ella en el ejercicio de sus funciones es lamentable.
Y eso es lo que nos está pasando en España: que la “justicia” para sus “altos tribunales”, es lo de menos.
Una vez escuché a mi padre que hay dos formas de legislar: “de acuerdo a derecho” y “políticamente”. Cuando se legisla “de acuerdo a derecho”, la ley sobrevive a varias generaciones de ciudadanos. Si se hace “políticamente” su derogación es inevitable en un breve plazo de tiempo… causando injusticia, agravios comparativos y levantando, generalmente, aluviones de recursos.
Por mi, al tribunal Constitucional, que lo disuelvan… sólo sirven para avalar fechorías.