En las ultimas divagaciones olvidé felicitarle por haber ido a votar.
Ha ido usted a votar (como yo) y ahora debe ser consciente de que su papel en esta democracia que nos hemos dado, ha terminado.
Usted ha cumplido con su deber y ha ejercido su derecho, y eso es todo lo que va a poder hacer hasta dentro de cuatro años.
Ahora, con su voto, los dirigentes de los partidos y sus planas mayores están estudiando las diferentes maneras de mercadear entre ellos.
El cambalache persigue la optimización de poltronas, porque, en lenguaje político, la poltrona es oro... así, literalmente.
De modo que cuando usted escuche al señor Valls decir que quiere pactar con Ada Colau, no debe sorprenderse... las poltronas municipales de los grandes ayuntamientos son las mas rentables.
Tiene Ciudadanos con Ada Colau menos afinidades que un huevo con una castaña, pero el señor Valls vino a Barcelona a pisar moqueta y fin de la presente historia.
Llegados a este punto, merece la pena recodar que Colau accedió al ayuntamiento de Barcelona con el apoyo de lo más granado de los antisistema, republicanos, y separatistas... algo que parece no recordar el señor Valls.
Dije ayer que Ciudadanos, al no haber alcanzado objetivos pese a sus buenos resultados, pactaría en consonancia con su necesidad de alcanzar ese poder que se le está resistiendo mas de lo previsto.
Aquello de que no pactaría con el PSOE de Sanchez, parece que se va diluyendo en las nieblas del pasado y que, en estos momentos, están deshojando la margarita y estudiando la manera de justificarlo ante su electorado.
El veto a Vox sigue en pié en todo el espectro político español.
De modo que Santiago Abascal y sus dos millones y medio de apestados van a tener que hacer encajes de bolillos para que se les escuche.
Al final supongo que cederán porque ningún elector de Vox entendería que los de Abascal permitiesen - por una cabezonada - que Carmena volviese al ayuntamiento de Madrid o que los de Gabilondo se hiciesen con la Comunidad.
La negativa a alcanzar acuerdos con Vox pone de manifiesto el talante democrático y la prioridad de intereses de los partidos "tradicionales" y "nuevos pero con experiencia".
Y siendo realistas, aunque sólo sea en materia de política nacional y fiscal (por ejemplo), los naranjas tienen mas puntos en común con Vox que con los de Colau... hay sin duda lugar para acuerdos, pero los de Albert no quieren sentarse en la mesa para que no se diga.
Les dirán que hacen las cosas por el bien de España, pero no se lo crean ustedes.
Los eternos aspirantes a poltrona están haciendo cuentas, solo eso.