Los resultados de las elecciones locales y europeas ponen de manifiesto la perversidad de nuestra ley electoral.
El estado de las cosas es que en España la Izquierda tiene mayoría... como pasó en la segunda legislatura de Zapatero (cuando se negaba tozudamente la crisis), pero la diferencia es que Podemos se ha dado el batacazo municipal.
En conjunto, si leemos los resultados electorales sin matizar, resulta que los españoles solo queremos a Pablo Iglesias para fastidiar a los demás, porque en nuestra propia casa, renunciamos con entusiasmo a que nos amarguen la vida el coletas y sus desgarramantas.
Y aunque en mi divagación de ayer hablaba del voto a la persona en los municipios, no puedo entender que los que votaron para Congreso de los Diputados a la ultraizquierda desaliñada, hayan - de la noche a la mañana - cambiado su intención de voto.
Mas que nada porque la ultraizquierda española es esencialmente troglodita y defiende a ultranza las consignas cainitas de los bolivarianos de cuota... consignas que han llegado a sustituir en ellos cualquier vestigio de pensamiento racional.
De modo que no me cuadra que en las generales perdieran algo de fuelle (no mucho) y en las municipales se descalabren.
Porque el efecto Amancio Ortega algo habrá hecho, pero la vez pasada (cuando hizo lo mismo en Valencia) las mismas declaraciones no le pasáron factura al marqués de Galapagar (donde - por cierto - Vox ya tiene mas concejales que Podemos).
Y eso, como digo, solo puede explicarse con una ley electoral que deforma la realidad social en beneficio de un bipartidismo que, a día de hoy, es inexistente.
El PP, lejos de conseguir un exitazo, ha podido - al menos - salvar los muebles.
La espada de Damocles que pendía sobre Pablo Casado va a ser retirada... de momento.
Ciudadanos no ha revalidado... ¿otro extraño efecto?
Mas coherente ha sido lo de Cataluña que como era de prever ha entrado en fase balcánica aguda.
A Carlitos primero del pelucón le ha correspondido un euro-escaño cuya acta tendrá que recoger en Madrid... estoy deseando ver como se las apaña el marido de Begoña para hacerle llegar el acta de eurodiputado al delincuente fugado sin que nos enteremos los españoles. Porque si el guapito de cara se atiene a la ley (algo que, seamos sinceros, no parece importarle demasiado) en cuanto "puchi" pise España hay que acompañarlo a Soto del Real.
Admito que en mi natural pesimismo (fruto de una larga experiencia como español) esperaba un resultado mas deprimente.
Quizá no esté todo perdido.
Bueno, Cadiz si... con "el kichi" al timón, en cuatro años habrá que declararla zona catastrófica.
Por lo demás, todo apunta a que queda mucho partido.
Que la crisis económica que se avecina se llevará por delante al PSOE, no me cabe duda... lo que me preocupa es saber si el "centroderecha" ha aprendido la lección y está dispuesto a presentar batalla y a poner las cosas en su sitio cuando tengamos que recomponer los destrozos.
Porque si se vuelve a marcar un Rajoy... me marcho de España.