Por mas vueltas que le doy, no consigo encontrar argumentos a favor del Estado de las Autonomías.
Dentro de los diferentes modelos de estado, el que tenemos en España está mas cerca del feudalismo medieval que de los estados modernos.
Algunos ilusos dicen que este paradigma "autonómico" acerca "al ciudadano" la "administración del Estado", lo cual, en la era pre-internet, cuando los papeles tenían que viajar de un sitio a otro y ser sellados por distintos organismos, podría tener ciertos visos de verdad... hoy en día esto no se puede sostener sin que a uno se le escape la risa.
El modelo autonómico, lejos de "simplificar y hacer mas asequible", incrementa la presión estatal sobre el ciudadano... creando nuevas e imaginativas normas en parlamentos locales que - casi siempre - terminan aumentando la presión fiscal sobre el sufrido contribuyente.
La delegación de "competencias" obliga a la creación de nuevos organismos que (en mi opinión) no hacen ninguna falta y consumen recursos valiosos.
Como estos nuevos organismos tienen que justificar su actividad, se dedican a desarrollar normativa de aplicación territorial que, a la postre, a lo único que contribuye es a que lo que es de aplicación a un ciudadano en una autonomía, no lo sea en otra.
Diferentes impuestos, diferentes estudios, diferente sanidad (¿han intentado usar su tarjeta sanitaria en otra autonomía?), diferentes trámites burocráticos...
La igualdad de los ciudadanos dentro de España es dinamitada a capricho de los caciquillos de las diferentes taifas.
Y no crean que es poco lo que invertimos en mantener esta sinrazón, este lujo innecesario y absurdo.
Porque las "autonomías", lejos de ser entes subordinados al Estado común, están desde hace muchos años tratando de constituirse en estados propios.
Para ello mantienen carísimos medios de comunicación y destinan subvenciones millonarias a expandir su influencia en los territorios adyacentes.
En el colmo de la ridiculez, estamos ya hablando de pancatalanismo en Valencia o euskalización de Navarra... eso sin contar las "embajadas" autonómicas en el extranjero.
Alimentado por una clase política que ve en este orden de las cosas una oportunidad de ir medrando de un destino a otro, alcanzando distintas cuotas de poder, el "estado de las autonomías" es intocable.
Sencillamente no se puede hablar de él porque ir en su contra es inconstitucional.
No resulta inconstitucional sin embargo hablar de Repúblicas o de Federalismo, algo que por mas que busco, no consigo encontrar en nuestra norma capital... quizá porque no soy capaz de leer "entre lineas" o porque no soy de izquierdas y por lo tanto, carezco de bula para interpretarla a mi antojo.
Poco a poco vamos derivando hacia una extraña forma de federación.
Y digo extraña porque - hasta donde yo se - todas las federaciones que conozco lo que hacen es renunciar a competencias en bien de la federación. De hecho, los estados federales lo que hacen es sufragar la federación. Los incrementos de impuestos locales no persiguen otra cosa que aportar mas recursos al común... y no me parece que eso sea lo que se pretende en España.
A base de buenismo, estupidez e hipocresía hemos alcanzado un estado del arte en el que un ciudadano de Jaén tiene, de facto, diferentes derechos y deberes que uno de Valladolid.
Derivado de ello, y por la natural deslealtad subyacente en los clanes mafiosos que gobiernan las autonomías, hemos conseguido que se considere "indigno" que Albert Ribera dé un "miting" en las vascongadas o de mal gusto que el Rey viaje a Gerona.
La Generalitat ha recaudado una cifra obscena de dinero multando a comercios que no "rotulan en catalán"... y esto ha sucedido en un país donde la lengua oficial (co-oficial en Cataluña) es el español.
Se nos ha ido de las manos.
Y que quieren que les diga, lo siento muchísimo, les aseguro que me gustaría que no fuese así, pero en este aspecto, me declaro profundamente anticonstitucional.
Y si alguien quiere cambiar esto, por los cauces legales, no quemando contenedores de basura y amenazando a los vecinos, tendrá mi voto.
Necesitamos ser un estado moderno y no una mala caricatura de los reinos medievales... aunque sólo sea porque sale mas barato.