Ilona Staller, una mujer nacida en Budapest en 1951, tras una vida más que azarosa, alcanzó la ciudadanía italiana al casarse con Salvatore Martini, cliente de un hotel donde Ilona trabajaba para los servicios de inteligencia húngaros.
El trabajo que hacía Ilona era acostarse con turistas y empresarios americanos para hacerles hablar y fotografiar la información que llevaban en sus maletines o dejarse retratar con ellos en situaciones muy explícitas para después chantajearlos.
Adquirida la ciudadanía italiana, conoció a un productor de cine llamado Ricardo Schicchi con el que - allá por 1973 - condujo un programa de radio que se llamaba "Voulez-vous coucher avec moi?" que significa ¿Quieres acostarse conmigo?... la naturaleza del programa de radio se describe en su título y fue una emisión que tuvo relativo éxito por lo novedoso y la forma desinhibida con la que se respondía a las llamadas de los radiollentes.
Allí es donde Ilona adquirió el nombre con el que usted la conoce y con el que haría después algunas incursiones en el cine (de temática pornográfica).
Siendo ya conocida como Cicciolina se presentó al Congreso Italiano por el Partido Radical y obtuvo un escaño.
Montó algunos numeritos en los que casi siempre se despechugaba y aportó mas bien poco a la política italiana.
Probablemente su acción política mas llamativa fue - en plena guerra del Golfo - la oferta de acostarse con Saddam Hussein a cambio de la paz en la región... pero no tengo noticias de que Saddam se lo tomase en serio.
Terminada esa legislatura dejó el Partido Radical para fundar el "Partito dell'Amore" junto con Ricardo Schicchi pero, esta vez, al presentarse bajo esas siglas, no obtuvo escaño.
La actriz de "Las pícaras aventuras de Drácula" fue - durante toda una legislatura - representante del pueblo italiano.
Y en España, por aquel entonces, nos partíamos de risa cada vez que Cicciolina hacía una de las suyas y nos decíamos que esas cosas sólo pueden pasar en Italia.
Ahora, cuando veo en que nos hemos convertido, cuando veo el nivel intelectual y moral de nuestros diputados, cuando enciendo la tele y escucho las tertulias, cuando leo los tweets de nuestros políticos, me pregunto si no hemos alcanzado ya como pueblo la "madurez" necesaria para llevar a nuestro Congreso de los Diputados a Maria Lapiedra o, salvando las distancias, a Belen Esteban.
Porque probablemente lo que llevó a Cicciolina a su escaño fue la perdida absoluta de confianza del pueblo italiano en su clase política... un número significativo de italianos mandó un claro mensaje: "para lo que estáis haciendo... mejor ponemos a una que nos divierta".
Y no me malinterpreten, no estoy pidiendo que nuestro parlamento tome al italiano como ejemplo, Dios nos libre, pero que quieren que les diga, por lo menos Cicciolina no estaba por la labor de destruir Italia.
Nosotros no podemos decir lo mismo de muchos de nuestros diputados.