Ayer caí en la cuenta de que llevo muchos años tras el cordón sanitario.
La primera vez que escuché ese término fue en boca de Federico Lupi, que es uno de esos argentinos que vino a España a explicarnos como tiene que ser la democracia mientras los Kirchner se lo explicaban a los argentinos.
Fue durante el "pacto del Tinell" que - en mi opinión - marca el momento histórico en el que el PSOE se echó al monte...
Sucedió en época de Zapatero, que entonces, hasta la llegada de Pedro Sanchez, ostentaba el título de peor presidente de la democracia española.
Sin entender porqué, me vi detrás de un cordón sanitario que afectaba - exclusivamente - al PP.
Durante muchos años el PP se quejó de que le mantuviesen tras ese cordón.
A un lado del mismo estaba el PP y al otro los demás... incluyendo filoterroristas, separatistas, bilduetarras, sicarios de narcoestados y socialdemócratas montaraces.
Dejando de lado la consideración de que la creación de cordones sanitarios frente a partidos que aceptan las reglas del juego es un hecho profundamente antidemocrático, forzar la aparición de políticas de bloques, fue un error del que sólo se puede culpar a Jose Luis Rodriguez Zapatero y al PSOE, un partido que incluía en sus filas como primera espada a San Alfredo Pérez Rubalcaba, que era ese señor que avisaba a la ETA de las redadas policiales.
La materialización de ese cordón sanitario que el PP denunciaba siempre que podía (mas que nada por lo que le afectaba) hizo imposible desde entonces que se pudieran llegar en España a algún acuerdo de Estado.
Para justificar la tropelía, la izquierda acusaba al PP de haberse radicalizado... pero en ello no había nada de verdad. Víctima de sus complejos, el PP no sólo no se mantuvo en su sitio sino que se lanzó a una carrera absurda para copar "el centro" esperando (sin éxito) que le levantasen el veto.
A fuerza de indignidades, de renunciar a sus principios, de ponerse en manos de los lobbies, de intentar hacerse perdonar ser un partido de derechas, los dirigentes de aquél PP de los paños calientes, alumbraron a Vox, hijo díscolo de aquella formación que una vez representó a 11 millones de españoles.
Ahora, para asombro del abajo firmante, los cordones sanitarios se han multiplicado.
Ciudadanos que en sus orígenes (y todavía en Cataluña) estaba del lado amargo del cordón, ya no recuerda la experiencia y se ha lanzado a montar el suyo propio.
Su cordón sanitario particular está entre el PP y Vox... y es el único que está dispuesto a mantener, porque el que levantó entre Ciudadanos y el PSOE "de Sánchez" mientras pedía el voto a los españoles, está a punto de venirse abajo.
Y no lo entiendo.
Porque como ya dije ayer, hay puntos en los que los de Rivera y los de Vox pueden ponerse de acuerdo.
Sin ir mas lejos, en las rebajas fiscales y en la aplicación del 155 llegado el caso...
Una negociación sobre puntos en los que se está básicamente de acuerdo, podría permitir un apoyo de Vox a la investidura de un gobierno que expulsase a la izquierda depredadora de esas instituciones que tanto desprecia.
Me niego a creer que no exista algo en lo que se puedan poner de acuerdo.
Algo que pudiera encajarse en el juego democrático de dar voz a dos millones y medio de españoles.
Pero viendo lo que veo, cada día estoy mas convencido de que los intereses de nuestra clase política van por otros derroteros.
Derroteros que poco o nada tienen que ver con mantener el barco a flote.
Y me gustaría saber quien maneja esa hoja de ruta que puso en marcha Zapatero y que en mi opinión, se está cumpliendo escrupulosamente a pesar de nuestros esfuerzos por impedirlo.
viernes, 31 de mayo de 2019
jueves, 30 de mayo de 2019
Se abre el mercado
En las ultimas divagaciones olvidé felicitarle por haber ido a votar.
Ha ido usted a votar (como yo) y ahora debe ser consciente de que su papel en esta democracia que nos hemos dado, ha terminado.
Usted ha cumplido con su deber y ha ejercido su derecho, y eso es todo lo que va a poder hacer hasta dentro de cuatro años.
Ahora, con su voto, los dirigentes de los partidos y sus planas mayores están estudiando las diferentes maneras de mercadear entre ellos.
El cambalache persigue la optimización de poltronas, porque, en lenguaje político, la poltrona es oro... así, literalmente.
De modo que cuando usted escuche al señor Valls decir que quiere pactar con Ada Colau, no debe sorprenderse... las poltronas municipales de los grandes ayuntamientos son las mas rentables.
Tiene Ciudadanos con Ada Colau menos afinidades que un huevo con una castaña, pero el señor Valls vino a Barcelona a pisar moqueta y fin de la presente historia.
Llegados a este punto, merece la pena recodar que Colau accedió al ayuntamiento de Barcelona con el apoyo de lo más granado de los antisistema, republicanos, y separatistas... algo que parece no recordar el señor Valls.
Dije ayer que Ciudadanos, al no haber alcanzado objetivos pese a sus buenos resultados, pactaría en consonancia con su necesidad de alcanzar ese poder que se le está resistiendo mas de lo previsto.
Aquello de que no pactaría con el PSOE de Sanchez, parece que se va diluyendo en las nieblas del pasado y que, en estos momentos, están deshojando la margarita y estudiando la manera de justificarlo ante su electorado.
El veto a Vox sigue en pié en todo el espectro político español.
De modo que Santiago Abascal y sus dos millones y medio de apestados van a tener que hacer encajes de bolillos para que se les escuche.
Al final supongo que cederán porque ningún elector de Vox entendería que los de Abascal permitiesen - por una cabezonada - que Carmena volviese al ayuntamiento de Madrid o que los de Gabilondo se hiciesen con la Comunidad.
La negativa a alcanzar acuerdos con Vox pone de manifiesto el talante democrático y la prioridad de intereses de los partidos "tradicionales" y "nuevos pero con experiencia".
Y siendo realistas, aunque sólo sea en materia de política nacional y fiscal (por ejemplo), los naranjas tienen mas puntos en común con Vox que con los de Colau... hay sin duda lugar para acuerdos, pero los de Albert no quieren sentarse en la mesa para que no se diga.
Les dirán que hacen las cosas por el bien de España, pero no se lo crean ustedes.
Los eternos aspirantes a poltrona están haciendo cuentas, solo eso.
Ha ido usted a votar (como yo) y ahora debe ser consciente de que su papel en esta democracia que nos hemos dado, ha terminado.
Usted ha cumplido con su deber y ha ejercido su derecho, y eso es todo lo que va a poder hacer hasta dentro de cuatro años.
Ahora, con su voto, los dirigentes de los partidos y sus planas mayores están estudiando las diferentes maneras de mercadear entre ellos.
El cambalache persigue la optimización de poltronas, porque, en lenguaje político, la poltrona es oro... así, literalmente.
De modo que cuando usted escuche al señor Valls decir que quiere pactar con Ada Colau, no debe sorprenderse... las poltronas municipales de los grandes ayuntamientos son las mas rentables.
Tiene Ciudadanos con Ada Colau menos afinidades que un huevo con una castaña, pero el señor Valls vino a Barcelona a pisar moqueta y fin de la presente historia.
Llegados a este punto, merece la pena recodar que Colau accedió al ayuntamiento de Barcelona con el apoyo de lo más granado de los antisistema, republicanos, y separatistas... algo que parece no recordar el señor Valls.
Dije ayer que Ciudadanos, al no haber alcanzado objetivos pese a sus buenos resultados, pactaría en consonancia con su necesidad de alcanzar ese poder que se le está resistiendo mas de lo previsto.
Aquello de que no pactaría con el PSOE de Sanchez, parece que se va diluyendo en las nieblas del pasado y que, en estos momentos, están deshojando la margarita y estudiando la manera de justificarlo ante su electorado.
El veto a Vox sigue en pié en todo el espectro político español.
De modo que Santiago Abascal y sus dos millones y medio de apestados van a tener que hacer encajes de bolillos para que se les escuche.
Al final supongo que cederán porque ningún elector de Vox entendería que los de Abascal permitiesen - por una cabezonada - que Carmena volviese al ayuntamiento de Madrid o que los de Gabilondo se hiciesen con la Comunidad.
La negativa a alcanzar acuerdos con Vox pone de manifiesto el talante democrático y la prioridad de intereses de los partidos "tradicionales" y "nuevos pero con experiencia".
Y siendo realistas, aunque sólo sea en materia de política nacional y fiscal (por ejemplo), los naranjas tienen mas puntos en común con Vox que con los de Colau... hay sin duda lugar para acuerdos, pero los de Albert no quieren sentarse en la mesa para que no se diga.
Les dirán que hacen las cosas por el bien de España, pero no se lo crean ustedes.
Los eternos aspirantes a poltrona están haciendo cuentas, solo eso.
martes, 28 de mayo de 2019
Analizando...
Dicen que los economistas son expertos en predecir lo que ya ha pasado.
Es una de esas maldades que expresa la dificultad de adivinar el futuro en base a los datos que arroja el presente... los mas sensatos en esto de la prospectiva se limitan a aventurar una tendencia en la evolución de los acontecimientos, porque predecir el futuro es una actividad que nos está vetada a los mortales.
Por ello, cada vez que se produce una sorpresa o los acontecimientos no responden a lo que se esperaba, aparecen montones de analistas que - a toro pasado - afirman que ellos ya se lo maliciaban.
Como yo no pertenezco al colectivo de cuentistas profesionales, no voy a decir lo mismo.
Lo acontecido en las elecciones del día 28 auguraba un resultado municipal muy poco halagüeño.
De hecho, para mantener mi salud espiritual lo mas incólume posible, la tarde del 26 de mayo hice lo que pude por no seguir la evolución de los resultados electorales y me fui a la cama tempranito con una novela de Wiliam Goldman que se dejaba leer estupendamente.
Por la mañana me llevé la agradable sorpresa de que el incendio estaba mas o menos contenido y que - con toda probabilidad - no tendría que soportar más la voz de pito de Rita Maestre dándome lecciones de urbanidad.
A partir de ahí, la legión de explicadores y justificadores que contratan nuestros medios de comunicación para que nos canten milongas, se han lanzado a la vorágine de "analizar" los resultados y hacer conjeturas sobre "los pactos".
Y en lo que escucho, veo varios errores de interpretación.
El primero y mas notable es que el PP cree que ha recuperado voto... o al menos eso es lo que proclama.
Y no es así.
El PP ha recibido apoyo de muchos votantes de Vox que han visto la necesidad de sostenerlo en las municipales para que no se repitiese la debacle de las generales.
Que no ha recaudado voto de Ciudadanos se puede constatar por el crecimiento del partido de Alber Rivera... el voto lo dá el que pierde votantes, no el que los gana, y el que ha cedido el sitio ha sido Vox.
Por lo tanto, afirmar que el "éxito" (evitar la ecatombe) del PP se ha debido a su "giro al centro" y constatar que el voto se lo ha prestado Vox son afirmaciones que no pueden darse en una misma frase.
De modo que haría bien el PP en no escuchar a los amiguetes de Arriola e interpretar bien los posos del café, porque el mayor adalid del Marianismo, el señor Feijoo, ha perdido todas las capitales de Galicia, y no se puede andar sacando pecho con semejante resultado.
Así que estamos donde siempre.
Si Pablo casado quiere recuperar votantes para su partido, tiene que sustraérselos a Vox y eso le tiene que alejar forzosamente del comportamiento tradicional de lo que Abascal denomina "la derechita cobarde", que es lo que le ha hecho perder los votos.
En cuanto a Ciudadanos, ha crecido bastante y me alegro, porque aunque no son santos de mi devoción, los considero personas con las que se puede llegar a consensos.
Me ha encantado que Valls se diera el castañazo porque pienso que fue un error ficharlo y personalmente creo que es un mamarracho.
Y con Ciudadanos también estamos donde estábamos, porque - como ya ha hecho antes - dará el poder a unos y a otros en función de su conveniencia.
Meterlo en el saco de "las derechas", es un recurso retórico de la izquierda para demonizarlo y no se ajusta a la realidad programática ni de sus votantes.
Con enorme satisfacción he contemplado como Pablito Iglesias se despeñaba por el acantilado de su soberbia.
Como ya predije (esta vez si que me apunto el tanto) Podemos terminará con la cuota de votantes que le corresponde que, mas o menos, será la que tenía Izquierda Hundida antes de la irrupción de los sicarios de Maduro.
No obstante, como hasta el rabo todo es toro, hay que tener en cuenta que en el Congreso de los Diputados, Podemos mantiene una cuota de poder que, unida a los demás enemigos de España, puede darnos mas de un quebradero de cabeza.
En cuanto al PSOE, aunque ha triunfado en Extremadura y Castilla la Mancha, está también mas o menos donde estaba y, como va a ser víctima de su histórica incompetencia, en cuanto al españolito de a pie empiece a dolerle el bolsillo, volverá a perder apoyo...
Si Mariano Rajoy lo hizo mal con Cataluña, este lo va a hacer peor... porque es mas tonto y está peor asesorado.
De modo que prepárense ustedes para tardes gloriosas...
Y usted y yo, a la trinchera, a aguantar el chaparrón.
Mas tarde o mas temprano escampará... y - si Dios quiere - estaremos ahí para verlo.
Es una de esas maldades que expresa la dificultad de adivinar el futuro en base a los datos que arroja el presente... los mas sensatos en esto de la prospectiva se limitan a aventurar una tendencia en la evolución de los acontecimientos, porque predecir el futuro es una actividad que nos está vetada a los mortales.
Por ello, cada vez que se produce una sorpresa o los acontecimientos no responden a lo que se esperaba, aparecen montones de analistas que - a toro pasado - afirman que ellos ya se lo maliciaban.
Como yo no pertenezco al colectivo de cuentistas profesionales, no voy a decir lo mismo.
Lo acontecido en las elecciones del día 28 auguraba un resultado municipal muy poco halagüeño.
De hecho, para mantener mi salud espiritual lo mas incólume posible, la tarde del 26 de mayo hice lo que pude por no seguir la evolución de los resultados electorales y me fui a la cama tempranito con una novela de Wiliam Goldman que se dejaba leer estupendamente.
Por la mañana me llevé la agradable sorpresa de que el incendio estaba mas o menos contenido y que - con toda probabilidad - no tendría que soportar más la voz de pito de Rita Maestre dándome lecciones de urbanidad.
A partir de ahí, la legión de explicadores y justificadores que contratan nuestros medios de comunicación para que nos canten milongas, se han lanzado a la vorágine de "analizar" los resultados y hacer conjeturas sobre "los pactos".
Y en lo que escucho, veo varios errores de interpretación.
El primero y mas notable es que el PP cree que ha recuperado voto... o al menos eso es lo que proclama.
Y no es así.
El PP ha recibido apoyo de muchos votantes de Vox que han visto la necesidad de sostenerlo en las municipales para que no se repitiese la debacle de las generales.
Que no ha recaudado voto de Ciudadanos se puede constatar por el crecimiento del partido de Alber Rivera... el voto lo dá el que pierde votantes, no el que los gana, y el que ha cedido el sitio ha sido Vox.
Por lo tanto, afirmar que el "éxito" (evitar la ecatombe) del PP se ha debido a su "giro al centro" y constatar que el voto se lo ha prestado Vox son afirmaciones que no pueden darse en una misma frase.
De modo que haría bien el PP en no escuchar a los amiguetes de Arriola e interpretar bien los posos del café, porque el mayor adalid del Marianismo, el señor Feijoo, ha perdido todas las capitales de Galicia, y no se puede andar sacando pecho con semejante resultado.
Así que estamos donde siempre.
Si Pablo casado quiere recuperar votantes para su partido, tiene que sustraérselos a Vox y eso le tiene que alejar forzosamente del comportamiento tradicional de lo que Abascal denomina "la derechita cobarde", que es lo que le ha hecho perder los votos.
En cuanto a Ciudadanos, ha crecido bastante y me alegro, porque aunque no son santos de mi devoción, los considero personas con las que se puede llegar a consensos.
Me ha encantado que Valls se diera el castañazo porque pienso que fue un error ficharlo y personalmente creo que es un mamarracho.
Y con Ciudadanos también estamos donde estábamos, porque - como ya ha hecho antes - dará el poder a unos y a otros en función de su conveniencia.
Meterlo en el saco de "las derechas", es un recurso retórico de la izquierda para demonizarlo y no se ajusta a la realidad programática ni de sus votantes.
Con enorme satisfacción he contemplado como Pablito Iglesias se despeñaba por el acantilado de su soberbia.
Como ya predije (esta vez si que me apunto el tanto) Podemos terminará con la cuota de votantes que le corresponde que, mas o menos, será la que tenía Izquierda Hundida antes de la irrupción de los sicarios de Maduro.
No obstante, como hasta el rabo todo es toro, hay que tener en cuenta que en el Congreso de los Diputados, Podemos mantiene una cuota de poder que, unida a los demás enemigos de España, puede darnos mas de un quebradero de cabeza.
En cuanto al PSOE, aunque ha triunfado en Extremadura y Castilla la Mancha, está también mas o menos donde estaba y, como va a ser víctima de su histórica incompetencia, en cuanto al españolito de a pie empiece a dolerle el bolsillo, volverá a perder apoyo...
Si Mariano Rajoy lo hizo mal con Cataluña, este lo va a hacer peor... porque es mas tonto y está peor asesorado.
De modo que prepárense ustedes para tardes gloriosas...
Y usted y yo, a la trinchera, a aguantar el chaparrón.
Mas tarde o mas temprano escampará... y - si Dios quiere - estaremos ahí para verlo.
lunes, 27 de mayo de 2019
¿Cambia el panorama?
Los resultados de las elecciones locales y europeas ponen de manifiesto la perversidad de nuestra ley electoral.
El estado de las cosas es que en España la Izquierda tiene mayoría... como pasó en la segunda legislatura de Zapatero (cuando se negaba tozudamente la crisis), pero la diferencia es que Podemos se ha dado el batacazo municipal.
En conjunto, si leemos los resultados electorales sin matizar, resulta que los españoles solo queremos a Pablo Iglesias para fastidiar a los demás, porque en nuestra propia casa, renunciamos con entusiasmo a que nos amarguen la vida el coletas y sus desgarramantas.
Y aunque en mi divagación de ayer hablaba del voto a la persona en los municipios, no puedo entender que los que votaron para Congreso de los Diputados a la ultraizquierda desaliñada, hayan - de la noche a la mañana - cambiado su intención de voto.
Mas que nada porque la ultraizquierda española es esencialmente troglodita y defiende a ultranza las consignas cainitas de los bolivarianos de cuota... consignas que han llegado a sustituir en ellos cualquier vestigio de pensamiento racional.
De modo que no me cuadra que en las generales perdieran algo de fuelle (no mucho) y en las municipales se descalabren.
Porque el efecto Amancio Ortega algo habrá hecho, pero la vez pasada (cuando hizo lo mismo en Valencia) las mismas declaraciones no le pasáron factura al marqués de Galapagar (donde - por cierto - Vox ya tiene mas concejales que Podemos).
Y eso, como digo, solo puede explicarse con una ley electoral que deforma la realidad social en beneficio de un bipartidismo que, a día de hoy, es inexistente.
El PP, lejos de conseguir un exitazo, ha podido - al menos - salvar los muebles.
La espada de Damocles que pendía sobre Pablo Casado va a ser retirada... de momento.
Ciudadanos no ha revalidado... ¿otro extraño efecto?
Mas coherente ha sido lo de Cataluña que como era de prever ha entrado en fase balcánica aguda.
A Carlitos primero del pelucón le ha correspondido un euro-escaño cuya acta tendrá que recoger en Madrid... estoy deseando ver como se las apaña el marido de Begoña para hacerle llegar el acta de eurodiputado al delincuente fugado sin que nos enteremos los españoles. Porque si el guapito de cara se atiene a la ley (algo que, seamos sinceros, no parece importarle demasiado) en cuanto "puchi" pise España hay que acompañarlo a Soto del Real.
Admito que en mi natural pesimismo (fruto de una larga experiencia como español) esperaba un resultado mas deprimente.
Quizá no esté todo perdido.
Bueno, Cadiz si... con "el kichi" al timón, en cuatro años habrá que declararla zona catastrófica.
Por lo demás, todo apunta a que queda mucho partido.
Que la crisis económica que se avecina se llevará por delante al PSOE, no me cabe duda... lo que me preocupa es saber si el "centroderecha" ha aprendido la lección y está dispuesto a presentar batalla y a poner las cosas en su sitio cuando tengamos que recomponer los destrozos.
Porque si se vuelve a marcar un Rajoy... me marcho de España.
El estado de las cosas es que en España la Izquierda tiene mayoría... como pasó en la segunda legislatura de Zapatero (cuando se negaba tozudamente la crisis), pero la diferencia es que Podemos se ha dado el batacazo municipal.
En conjunto, si leemos los resultados electorales sin matizar, resulta que los españoles solo queremos a Pablo Iglesias para fastidiar a los demás, porque en nuestra propia casa, renunciamos con entusiasmo a que nos amarguen la vida el coletas y sus desgarramantas.
Y aunque en mi divagación de ayer hablaba del voto a la persona en los municipios, no puedo entender que los que votaron para Congreso de los Diputados a la ultraizquierda desaliñada, hayan - de la noche a la mañana - cambiado su intención de voto.
Mas que nada porque la ultraizquierda española es esencialmente troglodita y defiende a ultranza las consignas cainitas de los bolivarianos de cuota... consignas que han llegado a sustituir en ellos cualquier vestigio de pensamiento racional.
De modo que no me cuadra que en las generales perdieran algo de fuelle (no mucho) y en las municipales se descalabren.
Porque el efecto Amancio Ortega algo habrá hecho, pero la vez pasada (cuando hizo lo mismo en Valencia) las mismas declaraciones no le pasáron factura al marqués de Galapagar (donde - por cierto - Vox ya tiene mas concejales que Podemos).
Y eso, como digo, solo puede explicarse con una ley electoral que deforma la realidad social en beneficio de un bipartidismo que, a día de hoy, es inexistente.
El PP, lejos de conseguir un exitazo, ha podido - al menos - salvar los muebles.
La espada de Damocles que pendía sobre Pablo Casado va a ser retirada... de momento.
Ciudadanos no ha revalidado... ¿otro extraño efecto?
Mas coherente ha sido lo de Cataluña que como era de prever ha entrado en fase balcánica aguda.
A Carlitos primero del pelucón le ha correspondido un euro-escaño cuya acta tendrá que recoger en Madrid... estoy deseando ver como se las apaña el marido de Begoña para hacerle llegar el acta de eurodiputado al delincuente fugado sin que nos enteremos los españoles. Porque si el guapito de cara se atiene a la ley (algo que, seamos sinceros, no parece importarle demasiado) en cuanto "puchi" pise España hay que acompañarlo a Soto del Real.
Admito que en mi natural pesimismo (fruto de una larga experiencia como español) esperaba un resultado mas deprimente.
Quizá no esté todo perdido.
Bueno, Cadiz si... con "el kichi" al timón, en cuatro años habrá que declararla zona catastrófica.
Por lo demás, todo apunta a que queda mucho partido.
Que la crisis económica que se avecina se llevará por delante al PSOE, no me cabe duda... lo que me preocupa es saber si el "centroderecha" ha aprendido la lección y está dispuesto a presentar batalla y a poner las cosas en su sitio cuando tengamos que recomponer los destrozos.
Porque si se vuelve a marcar un Rajoy... me marcho de España.
sábado, 25 de mayo de 2019
Reflexionando
Mañana acudiré una vez mas a las urnas.
No lo haré con ilusión y espectativas de cambio como la última vez... el decepcionante resultado del 28-A actua como inmunodepresor en mi salud democrática, pero iré en cumplimiento de mi deber.
Dado que no soy de izquierdas, es decir, que no soy un hooligan de mi equipo, me plantéo que podría votar a diferentes partidos en las diferentes elecciones.
Porque está claro que no es lo mismo elegir a tu alcalde que a un eurodiputado.
De hecho, la influencia que en tu vida cotidiana va a tener tu alcalde, está a años luz de la que va a tener un eurodiputado.
Para la alcaldía, está justificado votar mirando a la persona mas que al partido al que pertenece... siempre dentro de unos márgenes, claro.
En mi caso concreto, el alcalde que pertenece al partido que me pide el cuerpo votar, no es santo de mi devoción.
De hecho, no me gusta nada... de modo que, en las municipales, votaré a otro.
Y lo haré porque creo que será bueno para mi municipio, pues los políticos y los pañales de los niños deben cambiarse con frecuencia y por las mismas razones.
En las autonómicas podría plantearme un voto estratégico... tener un jefe de taifa de otro signo que el caudillo nacional podría ser ventajoso - sobre todo - a efectos fiscales.
Para las europeas si que tengo clarisimo a quien debo votar.
Lo de la Unión Europea, aunque hace ya muchos años que creo que solo sirve para que Alemania venda coches, me parece una idea defendible.
Tener una moneda común es una ventaja porque impide a los de siempre meternos en una inflación monstruosa cada vez que se hacen con el poder... y en cierto modo, someterse a unas directrices comunes, cataliza las estupideces económicas a las que se arroja la izquierda con entusiasmo a costa - claro está - de nuestros bolsillos.
Pero quitando estos aspectos, desde el punto de vista ideológico y moral, someterse a la podrida burocracia européa en materia de justicia o a los designios del club Bieldberg (promotora del abyecto "nuevo orden mundial") sin presentar batalla, no me parece adecuado.
De modo que mi voto no será para los que quieren una Europa fuerte sobre una España débil, al servicio de vaya usted a saber qué.
Hay para reflexionar.
Mañana vaya usted a votar (no lo deje) y vote como mejor le parezca.
Si coincide con mi forma de ver las cosas, le aconsejo que no encienda despues la tele... salga a dar un paseo, tomése un aperitivo con los amigos, lea esa novela que hace tanto tiempo está deseando abrir y mañana, cuando vea los resultados, no se disguste.
Cumpla con su obigación y conténtese con sentir la satisfacción del deber cumplido.
Al fin y al cabo, sucederá lo que quieran sus vecinos, usted solo puede aportar su granito de arena.
Pero no deje de aportarlo, porque si lo hace, nos vamos a hartar de cal.
No lo haré con ilusión y espectativas de cambio como la última vez... el decepcionante resultado del 28-A actua como inmunodepresor en mi salud democrática, pero iré en cumplimiento de mi deber.
Dado que no soy de izquierdas, es decir, que no soy un hooligan de mi equipo, me plantéo que podría votar a diferentes partidos en las diferentes elecciones.
Porque está claro que no es lo mismo elegir a tu alcalde que a un eurodiputado.
De hecho, la influencia que en tu vida cotidiana va a tener tu alcalde, está a años luz de la que va a tener un eurodiputado.
Para la alcaldía, está justificado votar mirando a la persona mas que al partido al que pertenece... siempre dentro de unos márgenes, claro.
En mi caso concreto, el alcalde que pertenece al partido que me pide el cuerpo votar, no es santo de mi devoción.
De hecho, no me gusta nada... de modo que, en las municipales, votaré a otro.
Y lo haré porque creo que será bueno para mi municipio, pues los políticos y los pañales de los niños deben cambiarse con frecuencia y por las mismas razones.
En las autonómicas podría plantearme un voto estratégico... tener un jefe de taifa de otro signo que el caudillo nacional podría ser ventajoso - sobre todo - a efectos fiscales.
Para las europeas si que tengo clarisimo a quien debo votar.
Lo de la Unión Europea, aunque hace ya muchos años que creo que solo sirve para que Alemania venda coches, me parece una idea defendible.
Tener una moneda común es una ventaja porque impide a los de siempre meternos en una inflación monstruosa cada vez que se hacen con el poder... y en cierto modo, someterse a unas directrices comunes, cataliza las estupideces económicas a las que se arroja la izquierda con entusiasmo a costa - claro está - de nuestros bolsillos.
Pero quitando estos aspectos, desde el punto de vista ideológico y moral, someterse a la podrida burocracia européa en materia de justicia o a los designios del club Bieldberg (promotora del abyecto "nuevo orden mundial") sin presentar batalla, no me parece adecuado.
De modo que mi voto no será para los que quieren una Europa fuerte sobre una España débil, al servicio de vaya usted a saber qué.
Hay para reflexionar.
Mañana vaya usted a votar (no lo deje) y vote como mejor le parezca.
Si coincide con mi forma de ver las cosas, le aconsejo que no encienda despues la tele... salga a dar un paseo, tomése un aperitivo con los amigos, lea esa novela que hace tanto tiempo está deseando abrir y mañana, cuando vea los resultados, no se disguste.
Cumpla con su obigación y conténtese con sentir la satisfacción del deber cumplido.
Al fin y al cabo, sucederá lo que quieran sus vecinos, usted solo puede aportar su granito de arena.
Pero no deje de aportarlo, porque si lo hace, nos vamos a hartar de cal.
viernes, 24 de mayo de 2019
El modelo territorial
Por mas vueltas que le doy, no consigo encontrar argumentos a favor del Estado de las Autonomías.
Dentro de los diferentes modelos de estado, el que tenemos en España está mas cerca del feudalismo medieval que de los estados modernos.
Algunos ilusos dicen que este paradigma "autonómico" acerca "al ciudadano" la "administración del Estado", lo cual, en la era pre-internet, cuando los papeles tenían que viajar de un sitio a otro y ser sellados por distintos organismos, podría tener ciertos visos de verdad... hoy en día esto no se puede sostener sin que a uno se le escape la risa.
El modelo autonómico, lejos de "simplificar y hacer mas asequible", incrementa la presión estatal sobre el ciudadano... creando nuevas e imaginativas normas en parlamentos locales que - casi siempre - terminan aumentando la presión fiscal sobre el sufrido contribuyente.
La delegación de "competencias" obliga a la creación de nuevos organismos que (en mi opinión) no hacen ninguna falta y consumen recursos valiosos.
Como estos nuevos organismos tienen que justificar su actividad, se dedican a desarrollar normativa de aplicación territorial que, a la postre, a lo único que contribuye es a que lo que es de aplicación a un ciudadano en una autonomía, no lo sea en otra.
Diferentes impuestos, diferentes estudios, diferente sanidad (¿han intentado usar su tarjeta sanitaria en otra autonomía?), diferentes trámites burocráticos...
La igualdad de los ciudadanos dentro de España es dinamitada a capricho de los caciquillos de las diferentes taifas.
Y no crean que es poco lo que invertimos en mantener esta sinrazón, este lujo innecesario y absurdo.
Porque las "autonomías", lejos de ser entes subordinados al Estado común, están desde hace muchos años tratando de constituirse en estados propios.
Para ello mantienen carísimos medios de comunicación y destinan subvenciones millonarias a expandir su influencia en los territorios adyacentes.
En el colmo de la ridiculez, estamos ya hablando de pancatalanismo en Valencia o euskalización de Navarra... eso sin contar las "embajadas" autonómicas en el extranjero.
Alimentado por una clase política que ve en este orden de las cosas una oportunidad de ir medrando de un destino a otro, alcanzando distintas cuotas de poder, el "estado de las autonomías" es intocable.
Sencillamente no se puede hablar de él porque ir en su contra es inconstitucional.
No resulta inconstitucional sin embargo hablar de Repúblicas o de Federalismo, algo que por mas que busco, no consigo encontrar en nuestra norma capital... quizá porque no soy capaz de leer "entre lineas" o porque no soy de izquierdas y por lo tanto, carezco de bula para interpretarla a mi antojo.
Poco a poco vamos derivando hacia una extraña forma de federación.
Y digo extraña porque - hasta donde yo se - todas las federaciones que conozco lo que hacen es renunciar a competencias en bien de la federación. De hecho, los estados federales lo que hacen es sufragar la federación. Los incrementos de impuestos locales no persiguen otra cosa que aportar mas recursos al común... y no me parece que eso sea lo que se pretende en España.
A base de buenismo, estupidez e hipocresía hemos alcanzado un estado del arte en el que un ciudadano de Jaén tiene, de facto, diferentes derechos y deberes que uno de Valladolid.
Derivado de ello, y por la natural deslealtad subyacente en los clanes mafiosos que gobiernan las autonomías, hemos conseguido que se considere "indigno" que Albert Ribera dé un "miting" en las vascongadas o de mal gusto que el Rey viaje a Gerona.
La Generalitat ha recaudado una cifra obscena de dinero multando a comercios que no "rotulan en catalán"... y esto ha sucedido en un país donde la lengua oficial (co-oficial en Cataluña) es el español.
Se nos ha ido de las manos.
Y que quieren que les diga, lo siento muchísimo, les aseguro que me gustaría que no fuese así, pero en este aspecto, me declaro profundamente anticonstitucional.
Y si alguien quiere cambiar esto, por los cauces legales, no quemando contenedores de basura y amenazando a los vecinos, tendrá mi voto.
Necesitamos ser un estado moderno y no una mala caricatura de los reinos medievales... aunque sólo sea porque sale mas barato.
Dentro de los diferentes modelos de estado, el que tenemos en España está mas cerca del feudalismo medieval que de los estados modernos.
Algunos ilusos dicen que este paradigma "autonómico" acerca "al ciudadano" la "administración del Estado", lo cual, en la era pre-internet, cuando los papeles tenían que viajar de un sitio a otro y ser sellados por distintos organismos, podría tener ciertos visos de verdad... hoy en día esto no se puede sostener sin que a uno se le escape la risa.
El modelo autonómico, lejos de "simplificar y hacer mas asequible", incrementa la presión estatal sobre el ciudadano... creando nuevas e imaginativas normas en parlamentos locales que - casi siempre - terminan aumentando la presión fiscal sobre el sufrido contribuyente.
La delegación de "competencias" obliga a la creación de nuevos organismos que (en mi opinión) no hacen ninguna falta y consumen recursos valiosos.
Como estos nuevos organismos tienen que justificar su actividad, se dedican a desarrollar normativa de aplicación territorial que, a la postre, a lo único que contribuye es a que lo que es de aplicación a un ciudadano en una autonomía, no lo sea en otra.
Diferentes impuestos, diferentes estudios, diferente sanidad (¿han intentado usar su tarjeta sanitaria en otra autonomía?), diferentes trámites burocráticos...
La igualdad de los ciudadanos dentro de España es dinamitada a capricho de los caciquillos de las diferentes taifas.
Y no crean que es poco lo que invertimos en mantener esta sinrazón, este lujo innecesario y absurdo.
Porque las "autonomías", lejos de ser entes subordinados al Estado común, están desde hace muchos años tratando de constituirse en estados propios.
Para ello mantienen carísimos medios de comunicación y destinan subvenciones millonarias a expandir su influencia en los territorios adyacentes.
En el colmo de la ridiculez, estamos ya hablando de pancatalanismo en Valencia o euskalización de Navarra... eso sin contar las "embajadas" autonómicas en el extranjero.
Alimentado por una clase política que ve en este orden de las cosas una oportunidad de ir medrando de un destino a otro, alcanzando distintas cuotas de poder, el "estado de las autonomías" es intocable.
Sencillamente no se puede hablar de él porque ir en su contra es inconstitucional.
No resulta inconstitucional sin embargo hablar de Repúblicas o de Federalismo, algo que por mas que busco, no consigo encontrar en nuestra norma capital... quizá porque no soy capaz de leer "entre lineas" o porque no soy de izquierdas y por lo tanto, carezco de bula para interpretarla a mi antojo.
Poco a poco vamos derivando hacia una extraña forma de federación.
Y digo extraña porque - hasta donde yo se - todas las federaciones que conozco lo que hacen es renunciar a competencias en bien de la federación. De hecho, los estados federales lo que hacen es sufragar la federación. Los incrementos de impuestos locales no persiguen otra cosa que aportar mas recursos al común... y no me parece que eso sea lo que se pretende en España.
A base de buenismo, estupidez e hipocresía hemos alcanzado un estado del arte en el que un ciudadano de Jaén tiene, de facto, diferentes derechos y deberes que uno de Valladolid.
Derivado de ello, y por la natural deslealtad subyacente en los clanes mafiosos que gobiernan las autonomías, hemos conseguido que se considere "indigno" que Albert Ribera dé un "miting" en las vascongadas o de mal gusto que el Rey viaje a Gerona.
La Generalitat ha recaudado una cifra obscena de dinero multando a comercios que no "rotulan en catalán"... y esto ha sucedido en un país donde la lengua oficial (co-oficial en Cataluña) es el español.
Se nos ha ido de las manos.
Y que quieren que les diga, lo siento muchísimo, les aseguro que me gustaría que no fuese así, pero en este aspecto, me declaro profundamente anticonstitucional.
Y si alguien quiere cambiar esto, por los cauces legales, no quemando contenedores de basura y amenazando a los vecinos, tendrá mi voto.
Necesitamos ser un estado moderno y no una mala caricatura de los reinos medievales... aunque sólo sea porque sale mas barato.
jueves, 23 de mayo de 2019
Ilona
Ilona Staller, una mujer nacida en Budapest en 1951, tras una vida más que azarosa, alcanzó la ciudadanía italiana al casarse con Salvatore Martini, cliente de un hotel donde Ilona trabajaba para los servicios de inteligencia húngaros.
El trabajo que hacía Ilona era acostarse con turistas y empresarios americanos para hacerles hablar y fotografiar la información que llevaban en sus maletines o dejarse retratar con ellos en situaciones muy explícitas para después chantajearlos.
Adquirida la ciudadanía italiana, conoció a un productor de cine llamado Ricardo Schicchi con el que - allá por 1973 - condujo un programa de radio que se llamaba "Voulez-vous coucher avec moi?" que significa ¿Quieres acostarse conmigo?... la naturaleza del programa de radio se describe en su título y fue una emisión que tuvo relativo éxito por lo novedoso y la forma desinhibida con la que se respondía a las llamadas de los radiollentes.
Allí es donde Ilona adquirió el nombre con el que usted la conoce y con el que haría después algunas incursiones en el cine (de temática pornográfica).
Siendo ya conocida como Cicciolina se presentó al Congreso Italiano por el Partido Radical y obtuvo un escaño.
Montó algunos numeritos en los que casi siempre se despechugaba y aportó mas bien poco a la política italiana.
Probablemente su acción política mas llamativa fue - en plena guerra del Golfo - la oferta de acostarse con Saddam Hussein a cambio de la paz en la región... pero no tengo noticias de que Saddam se lo tomase en serio.
Terminada esa legislatura dejó el Partido Radical para fundar el "Partito dell'Amore" junto con Ricardo Schicchi pero, esta vez, al presentarse bajo esas siglas, no obtuvo escaño.
La actriz de "Las pícaras aventuras de Drácula" fue - durante toda una legislatura - representante del pueblo italiano.
Y en España, por aquel entonces, nos partíamos de risa cada vez que Cicciolina hacía una de las suyas y nos decíamos que esas cosas sólo pueden pasar en Italia.
Ahora, cuando veo en que nos hemos convertido, cuando veo el nivel intelectual y moral de nuestros diputados, cuando enciendo la tele y escucho las tertulias, cuando leo los tweets de nuestros políticos, me pregunto si no hemos alcanzado ya como pueblo la "madurez" necesaria para llevar a nuestro Congreso de los Diputados a Maria Lapiedra o, salvando las distancias, a Belen Esteban.
Porque probablemente lo que llevó a Cicciolina a su escaño fue la perdida absoluta de confianza del pueblo italiano en su clase política... un número significativo de italianos mandó un claro mensaje: "para lo que estáis haciendo... mejor ponemos a una que nos divierta".
Y no me malinterpreten, no estoy pidiendo que nuestro parlamento tome al italiano como ejemplo, Dios nos libre, pero que quieren que les diga, por lo menos Cicciolina no estaba por la labor de destruir Italia.
Nosotros no podemos decir lo mismo de muchos de nuestros diputados.
El trabajo que hacía Ilona era acostarse con turistas y empresarios americanos para hacerles hablar y fotografiar la información que llevaban en sus maletines o dejarse retratar con ellos en situaciones muy explícitas para después chantajearlos.
Adquirida la ciudadanía italiana, conoció a un productor de cine llamado Ricardo Schicchi con el que - allá por 1973 - condujo un programa de radio que se llamaba "Voulez-vous coucher avec moi?" que significa ¿Quieres acostarse conmigo?... la naturaleza del programa de radio se describe en su título y fue una emisión que tuvo relativo éxito por lo novedoso y la forma desinhibida con la que se respondía a las llamadas de los radiollentes.
Allí es donde Ilona adquirió el nombre con el que usted la conoce y con el que haría después algunas incursiones en el cine (de temática pornográfica).
Siendo ya conocida como Cicciolina se presentó al Congreso Italiano por el Partido Radical y obtuvo un escaño.
Montó algunos numeritos en los que casi siempre se despechugaba y aportó mas bien poco a la política italiana.
Probablemente su acción política mas llamativa fue - en plena guerra del Golfo - la oferta de acostarse con Saddam Hussein a cambio de la paz en la región... pero no tengo noticias de que Saddam se lo tomase en serio.
Terminada esa legislatura dejó el Partido Radical para fundar el "Partito dell'Amore" junto con Ricardo Schicchi pero, esta vez, al presentarse bajo esas siglas, no obtuvo escaño.
La actriz de "Las pícaras aventuras de Drácula" fue - durante toda una legislatura - representante del pueblo italiano.
Y en España, por aquel entonces, nos partíamos de risa cada vez que Cicciolina hacía una de las suyas y nos decíamos que esas cosas sólo pueden pasar en Italia.
Ahora, cuando veo en que nos hemos convertido, cuando veo el nivel intelectual y moral de nuestros diputados, cuando enciendo la tele y escucho las tertulias, cuando leo los tweets de nuestros políticos, me pregunto si no hemos alcanzado ya como pueblo la "madurez" necesaria para llevar a nuestro Congreso de los Diputados a Maria Lapiedra o, salvando las distancias, a Belen Esteban.
Porque probablemente lo que llevó a Cicciolina a su escaño fue la perdida absoluta de confianza del pueblo italiano en su clase política... un número significativo de italianos mandó un claro mensaje: "para lo que estáis haciendo... mejor ponemos a una que nos divierta".
Y no me malinterpreten, no estoy pidiendo que nuestro parlamento tome al italiano como ejemplo, Dios nos libre, pero que quieren que les diga, por lo menos Cicciolina no estaba por la labor de destruir Italia.
Nosotros no podemos decir lo mismo de muchos de nuestros diputados.
miércoles, 22 de mayo de 2019
De vergüenza
Hace ya mucho tiempo que a nuestra clase política se le presupone falta de honestidad.
Como toda generalización, es injusta.
Hay políticos buenos, malos y regulares... en todo colectivo humano, existe un porcentaje de manzanas podridas que, generalmente, es pequeño pero hace un ruido enorme.
Ese ruido hace que la labor callada y responsable del resto pase absolutamente desapercibida, y es - a la postre - lo que dá la mala fama al colectivo.
En la clase política el nivel de corrupción es superior a la media... pero no es algo que deba extrañarnos porque la política trata de "poder" y el poder - como decía Séneca - corrompe.
La única manera de conseguir algo de buena fama es tener la capacidad de expulsar del grupo a los que se desvían de la virtud... una selección previa hace mucho, pero no garantiza que el paso del tiempo haga lo suyo por corromper al seleccionado.
De modo, que si no seleccionamos meticulosamente a los componentes del equipo, permitiendo que cualquiera, con cualquier pasado, con cualquier formación (incluso sin ella) forme parte del conjunto, pero además, no articulamos los mecanismos necesarios para expulsar al que demuestra no ser digno del colectivo... acabamos adquiriendo la fama que merecemos.
Ayer, en el Congreso de los Diputados, pudimos contemplar el efecto de de haber consentido que nuestra clase política se componga de cualquier cosa.
Convertido en un circo, el hemiciclo albergó ayer un numero notorio de chusma que no era capaz (ni siquiera) de vestirse correctamente para la ocasión... pero lo peor fue que permitió que en sus bancos se sentasen - directamente - delincuentes en proceso de condena.
Ya sé que eso se debió a algún extraño vacío legal en nuestro elefantiásico (pero inútil) sistema jurídico, pero lo cierto es que de la prisión, pasaron a los sillones del Congreso.
Pero además, en un ejercicio de indignidad, se vio a los componentes de otras formaciones tratarlos como amigos e iguales, e incluso se les permitió recitar una fórmula esotérica que dejaba de lado la obediencia debida a nuestro ordenamiento jurídico, para - a continuación - otorgarles el cargo.
La presidenta del Congreso, puesta ahí para lo que está puesta, permitió la payasada sin expulsarlos de la sala... porque - es preciso reconocerlo - el comportamiento del colectivo político lleva ya muchos años siendo de todo menos ejemplar.
Lo acaecido ayer es una prueba irrefutable de la falta de respeto y consideración que nuestra clase política tiene hacia los españoles y hacia si misma.
Tenemos que asumir de una vez que no podemos dejar las decisiones mas importantes de nuestro futuro en manos de indocumentados a quienes - con toda probabilidad - no les dejaríamos administrar ni la Comunidad de Propietarios de nuestro bloque.
Y hay que hacerles ver que no pueden hacer lo que les de la gana, cuando les de la gana y según les parezca...
Representan a todos los españoles... no lo saben o no lo quieren saber, pero para eso les pagamos un sueldo.
Y están ahí para procurar el bien común.
Sobran payasos y delincuentes.
Como toda generalización, es injusta.
Hay políticos buenos, malos y regulares... en todo colectivo humano, existe un porcentaje de manzanas podridas que, generalmente, es pequeño pero hace un ruido enorme.
Ese ruido hace que la labor callada y responsable del resto pase absolutamente desapercibida, y es - a la postre - lo que dá la mala fama al colectivo.
En la clase política el nivel de corrupción es superior a la media... pero no es algo que deba extrañarnos porque la política trata de "poder" y el poder - como decía Séneca - corrompe.
La única manera de conseguir algo de buena fama es tener la capacidad de expulsar del grupo a los que se desvían de la virtud... una selección previa hace mucho, pero no garantiza que el paso del tiempo haga lo suyo por corromper al seleccionado.
De modo, que si no seleccionamos meticulosamente a los componentes del equipo, permitiendo que cualquiera, con cualquier pasado, con cualquier formación (incluso sin ella) forme parte del conjunto, pero además, no articulamos los mecanismos necesarios para expulsar al que demuestra no ser digno del colectivo... acabamos adquiriendo la fama que merecemos.
Ayer, en el Congreso de los Diputados, pudimos contemplar el efecto de de haber consentido que nuestra clase política se componga de cualquier cosa.
Convertido en un circo, el hemiciclo albergó ayer un numero notorio de chusma que no era capaz (ni siquiera) de vestirse correctamente para la ocasión... pero lo peor fue que permitió que en sus bancos se sentasen - directamente - delincuentes en proceso de condena.
Ya sé que eso se debió a algún extraño vacío legal en nuestro elefantiásico (pero inútil) sistema jurídico, pero lo cierto es que de la prisión, pasaron a los sillones del Congreso.
Pero además, en un ejercicio de indignidad, se vio a los componentes de otras formaciones tratarlos como amigos e iguales, e incluso se les permitió recitar una fórmula esotérica que dejaba de lado la obediencia debida a nuestro ordenamiento jurídico, para - a continuación - otorgarles el cargo.
La presidenta del Congreso, puesta ahí para lo que está puesta, permitió la payasada sin expulsarlos de la sala... porque - es preciso reconocerlo - el comportamiento del colectivo político lleva ya muchos años siendo de todo menos ejemplar.
Lo acaecido ayer es una prueba irrefutable de la falta de respeto y consideración que nuestra clase política tiene hacia los españoles y hacia si misma.
Tenemos que asumir de una vez que no podemos dejar las decisiones mas importantes de nuestro futuro en manos de indocumentados a quienes - con toda probabilidad - no les dejaríamos administrar ni la Comunidad de Propietarios de nuestro bloque.
Y hay que hacerles ver que no pueden hacer lo que les de la gana, cuando les de la gana y según les parezca...
Representan a todos los españoles... no lo saben o no lo quieren saber, pero para eso les pagamos un sueldo.
Y están ahí para procurar el bien común.
Sobran payasos y delincuentes.
martes, 21 de mayo de 2019
Tumores de odio
Tenía yo alrededor de trece o catorce años cuando un primo mio murió de cáncer.
Desde entonces, esta enfermedad se ha llevado por delante a unos cuantos seres queridos.
A día de hoy no lo padezco, pero como usted, estoy en el saco de los que, en cualquier momento, pueden desarrollar un tumor... porque los motivos por lo que se produce el cáncer aún no están muy claros y no es fácil detectarlo con la antelación suficiente para anular su desarrollo.
La ciencia hace lo que puede (que no es poco) y muchos de estos cánceres que antaño te llevaban irremisiblemente a la tumba, se curan o - cuando menos - se mantienen bajo control durante largos periodos de tiempo.
La lucha contra el cáncer es una carrera contra reloj en la que el tiempo y la investigación juegan a nuestro favor.
Todo aquel que haya tenido algo que ver con la investigación o el desarrollo de algo nuevo, sabrá que obtener un avance significativo en cualquier cosa es un camino repleto de fracasos.
El numero de terapias inútiles que se han investigado para erradicar esta enfermedad es muy grande... pero se sigue investigando, probando cosas nuevas, desarrollando carísima tecnología que permita aplicar los escasos éxitos obtenidos en esas investigaciones.
Y como la tecnología es cara, no está al alcance de todo el mundo.
Los presupuestos de los Hospitales (incluso el de los pocos que están correctamente gestionados) no dán para adquirir determinada maquinaria.
Y aquí entra Amancio Ortega.
Sin que nadie se lo pida, Amancio, que es uno de los hombres mas ricos del mundo, ha donado unas cuantas máquinas que permiten elevar el listón en la lucha contra el cáncer de - al menos - tres hospitales públicos.
Y yo se lo agradezco.
Las máquinas donadas son un bien en si mismo.
Esas máquinas detectarán y combatirán enfermedades sin mirar el origen, sexo, ideología política, religión o poder adquisitivo del enfermo... para cualquier departamento de oncología son un regalo caído del cielo, y para los enfermos que se puedan curar gracias - en parte - a uso de estas máquinas, una bendición.
Pero a Pablo Iglesias y a su grupo de cabreados "ad nausea" no les gusta.
El partido del matrimonio Iglesias lleva una semana intentando que las máquinas donadas se devuelvan al destinatario aunque eso suponga - sobre todo para los futuros pacientes - un mal en si mismo.
Oponerse a una donación que puede salvar vidas no es justificable bajo ningún concepto.
Sólo se entiende en aquellos en los que la razón ha sido sustituida por el odio.
Una vez mas - con esta actitud - se pone de manifiesto el valor que dan los comunistas a la vida humana.
Son malos.
Son malas personas.
Carecen de piedad y de empatía.
Están enfermos de odio.
Y en Pablo Iglesias, que es un ser tan abyecto como ellos, han encontrado el catalizador de su miseria.
Las cosas por su nombre.
Gracias Amancio, si algún día tengo que usar una de las máquinas que has donado, te deberé una.
Bueno, en realidad ya te la debo... yo y todos los españoles.
Desde entonces, esta enfermedad se ha llevado por delante a unos cuantos seres queridos.
A día de hoy no lo padezco, pero como usted, estoy en el saco de los que, en cualquier momento, pueden desarrollar un tumor... porque los motivos por lo que se produce el cáncer aún no están muy claros y no es fácil detectarlo con la antelación suficiente para anular su desarrollo.
La ciencia hace lo que puede (que no es poco) y muchos de estos cánceres que antaño te llevaban irremisiblemente a la tumba, se curan o - cuando menos - se mantienen bajo control durante largos periodos de tiempo.
La lucha contra el cáncer es una carrera contra reloj en la que el tiempo y la investigación juegan a nuestro favor.
Todo aquel que haya tenido algo que ver con la investigación o el desarrollo de algo nuevo, sabrá que obtener un avance significativo en cualquier cosa es un camino repleto de fracasos.
El numero de terapias inútiles que se han investigado para erradicar esta enfermedad es muy grande... pero se sigue investigando, probando cosas nuevas, desarrollando carísima tecnología que permita aplicar los escasos éxitos obtenidos en esas investigaciones.
Y como la tecnología es cara, no está al alcance de todo el mundo.
Los presupuestos de los Hospitales (incluso el de los pocos que están correctamente gestionados) no dán para adquirir determinada maquinaria.
Y aquí entra Amancio Ortega.
Sin que nadie se lo pida, Amancio, que es uno de los hombres mas ricos del mundo, ha donado unas cuantas máquinas que permiten elevar el listón en la lucha contra el cáncer de - al menos - tres hospitales públicos.
Y yo se lo agradezco.
Las máquinas donadas son un bien en si mismo.
Esas máquinas detectarán y combatirán enfermedades sin mirar el origen, sexo, ideología política, religión o poder adquisitivo del enfermo... para cualquier departamento de oncología son un regalo caído del cielo, y para los enfermos que se puedan curar gracias - en parte - a uso de estas máquinas, una bendición.
Pero a Pablo Iglesias y a su grupo de cabreados "ad nausea" no les gusta.
El partido del matrimonio Iglesias lleva una semana intentando que las máquinas donadas se devuelvan al destinatario aunque eso suponga - sobre todo para los futuros pacientes - un mal en si mismo.
Oponerse a una donación que puede salvar vidas no es justificable bajo ningún concepto.
Sólo se entiende en aquellos en los que la razón ha sido sustituida por el odio.
Una vez mas - con esta actitud - se pone de manifiesto el valor que dan los comunistas a la vida humana.
Son malos.
Son malas personas.
Carecen de piedad y de empatía.
Están enfermos de odio.
Y en Pablo Iglesias, que es un ser tan abyecto como ellos, han encontrado el catalizador de su miseria.
Las cosas por su nombre.
Gracias Amancio, si algún día tengo que usar una de las máquinas que has donado, te deberé una.
Bueno, en realidad ya te la debo... yo y todos los españoles.
lunes, 20 de mayo de 2019
Ante el desánimo
A la vista de lo que tenemos encima, la tentación de caer en el desánimo es grande.
No se a ustedes, pero a mi me produce una enorme frustración ver como la sociedad que me ha tocado en suerte se dirije, alegre e inconscientemente, hacia lo que creo que va a ser su destrucción.
Me duele ver como los enemigos de todo aquello que considéro bueno o sagrado, ganan sistemáticamente terreno.
Me tortura constatar que, incluso aquellos en quienes he depositado mi confianza, van asumiendo poco a poco las tesis que conducen inevitablemente a expulsar del contexto social los valores que siempre han cimentado mi existencia.
Como la lluvia fina, bajo el aplastante influjo del rodillo mediático, la frívola corrección política va sustituyendo los valores medulares... dejándonos una sociedad tan vacía de contenido que resulta hasta dificil justificar su existencia.
La tentación de tirar la toalla, de recluirse en uno mismo, de abandonarse a la melancolía es grande... pero no podemos caer en ella.
Es hora de tirar de corazón.
Porque lo único que hace falta para que el mal triunfe, es que los buenos no hagan nada.
Y mucho o poco, algo podremos hacer... y hay que hacerlo.
No le de usted mas vueltas.
Si cree usted en Dios y en la Verdad revelada tiene ya mucho ganado, porque los que creemos que el premio se alcanza sólo al final del camino, podemos centrar nuestros actos en lo que es verdaderamente importante: ir al cielo.
Si no cree usted en Dios, al menos estudie Historia, porque así se dará cuenta que España a sobrevivido a cosas peores que Pedro Sánchez y en peores condiciones... y si esos españoles pudieron hacerlo (quizá porque no tenian otra opción) nosotros tambien podremos.
Centrese en la familia y en sus allegados. La unión hace la fuerza y si el resto del personal quiere hundirse en el barro, que se hunda, usted intente mantener a su gente lejos de los charcos.
Apague la tele.
Si desea entretenimiento puede ver series policíacas o dramas judiciales, si desea información tendrá que buscarla en otro sitio, porque en España la tele es una máquina de manipular la realidad.
Busque a los que son como usted y disfrute de su compañía... si algun conocido le da lecciones acerca de lo que debe decir o como debe pensar, expulselo de su circulo de amistades... ya es bastante duro que lo sermoneen a uno desde un púlpito como para aguantar que lo hagan en una cafetería.
Y vote usted.
Vote a quien le parezca mejor, pero no deje de hacerlo.
Yo, como ya he dicho muchas veces, lo haré por y segun mis ideas porque ya no concibo otra forma de voto, pero de ninguna manera le voy a decir a usted lo que debe hacer... ya somos mayorcitos.
Coma sano, haga deporte y si cree en ello, rece.
Haga lo que pueda, no está obligado a mas.
Y no se olvide que tenemos menos escaños, pero somos mas.
Y somos mejores.
No se a ustedes, pero a mi me produce una enorme frustración ver como la sociedad que me ha tocado en suerte se dirije, alegre e inconscientemente, hacia lo que creo que va a ser su destrucción.
Me duele ver como los enemigos de todo aquello que considéro bueno o sagrado, ganan sistemáticamente terreno.
Me tortura constatar que, incluso aquellos en quienes he depositado mi confianza, van asumiendo poco a poco las tesis que conducen inevitablemente a expulsar del contexto social los valores que siempre han cimentado mi existencia.
Como la lluvia fina, bajo el aplastante influjo del rodillo mediático, la frívola corrección política va sustituyendo los valores medulares... dejándonos una sociedad tan vacía de contenido que resulta hasta dificil justificar su existencia.
La tentación de tirar la toalla, de recluirse en uno mismo, de abandonarse a la melancolía es grande... pero no podemos caer en ella.
Es hora de tirar de corazón.
Porque lo único que hace falta para que el mal triunfe, es que los buenos no hagan nada.
Y mucho o poco, algo podremos hacer... y hay que hacerlo.
No le de usted mas vueltas.
Si cree usted en Dios y en la Verdad revelada tiene ya mucho ganado, porque los que creemos que el premio se alcanza sólo al final del camino, podemos centrar nuestros actos en lo que es verdaderamente importante: ir al cielo.
Si no cree usted en Dios, al menos estudie Historia, porque así se dará cuenta que España a sobrevivido a cosas peores que Pedro Sánchez y en peores condiciones... y si esos españoles pudieron hacerlo (quizá porque no tenian otra opción) nosotros tambien podremos.
Centrese en la familia y en sus allegados. La unión hace la fuerza y si el resto del personal quiere hundirse en el barro, que se hunda, usted intente mantener a su gente lejos de los charcos.
Apague la tele.
Si desea entretenimiento puede ver series policíacas o dramas judiciales, si desea información tendrá que buscarla en otro sitio, porque en España la tele es una máquina de manipular la realidad.
Busque a los que son como usted y disfrute de su compañía... si algun conocido le da lecciones acerca de lo que debe decir o como debe pensar, expulselo de su circulo de amistades... ya es bastante duro que lo sermoneen a uno desde un púlpito como para aguantar que lo hagan en una cafetería.
Y vote usted.
Vote a quien le parezca mejor, pero no deje de hacerlo.
Yo, como ya he dicho muchas veces, lo haré por y segun mis ideas porque ya no concibo otra forma de voto, pero de ninguna manera le voy a decir a usted lo que debe hacer... ya somos mayorcitos.
Coma sano, haga deporte y si cree en ello, rece.
Haga lo que pueda, no está obligado a mas.
Y no se olvide que tenemos menos escaños, pero somos mas.
Y somos mejores.
miércoles, 15 de mayo de 2019
A merced de los vientos
Yo no se ustedes, pero yo, desde hace unos cuantos años, tengo la sensación de que a este barco se le averió el timón y navegamos a merced de los vientos.
Quizá es que me voy haciendo mayor, pero nunca como en los últimos tiempos he sentido que la administración de Justicia en España está sumida en el caos.
Admito que en materia de leyes soy un ignorante.
Estoy dispuesto a aceptar que la naturaleza de la Justicia se puede ver distorsionada por la aplicación de tecnicismos interpretativos... y que la ley en España es garantista hasta el ridículo, pero de un tiempo a esta parte, la justicia y el sentido común parecen haberse vuelto enemigos irreconciliables.
Crecí bajo el lema de "el que la hace, la paga", y ese convencimiento me salvó de perpetrar muchas insensateces... sobre todo en mi alocada adolescencia, una época de mi vida en la que mis hormonas superaban en gran número a mis neuronas.
He sido testigo (y usted también) de cómo se arrestaba a individuos que habían cometido delitos en decenas de ocasiones sin haber entrado nunca en chirona... de como se prevaricaba en política sin consecuencias penales, de como se usaba una vara de medir diferente cuando la falta - la mismo falta - la cometía un ciudadano común o un cargo político.
He visto - y usted también - a jueces dictar sentencias abyectas (o dejar morir denuncias en cajones) sin perder por ello otra cosa que la vergüenza... y he visto también lapidar a jueces que cumplían escrupulosamente su misión.
Y ahora, cuando se encuentra en mínimos históricos mi fe en que la Justicia llegue a imperar en España por encima de todo, veo como el poder legislativo cae en manos de hooligans de izquierdas que, ya lo están anunciando, están dispuestos a publicar en el BOE toda clase de tropelías.
Tras el entierro de Montesquieu (Guerra dixit), nos sumimos en una ciénaga que nos está pasando una factura enorme... y ya nadie sabe como recuperar sus huesos.
Y no es lo peor.
Como éramos pocos, entramos en Europa... y a la confusión legislativa nacional, se unió otro maremagnum generado por la masoquista burocracia centroeuropea.
Así, un juez de pueblo de tercera (en Alemania) puede enmendarle la plana a un Juez del Tribunal Supremo español... y una euro-orden emitida por un país de pleno derecho, puede ser procesada por el arco del triunfo de los tribunales de otro.
Lo que estoy presenciando con "el problema catalán" me lleva a preguntarme si pertenecer a la zona Schengen tiene algún sentido... porque me da la sensación de que nuestros socios - y a las pruebas me remito - no creen que en España se disfrute de un Estado de Derecho.
Permitir la libre circulación de personas debería llevar parejo el deber de extraditar a los delincuentes... vamos, digo yo.
De las naranjas, las mandarinas y el aceite, mejor no hablamos.
¿Será que me estoy volviendo "euro-escéptico", que es un vocablo similar a "facha" pero de uso universal?
Parece que desde el 11-M sólo recibimos palos.
En cualquier caso, y hasta que pase la marejada, les recomiendo que se atrincheren.
Porque va a llover a cántaros.
Quizá es que me voy haciendo mayor, pero nunca como en los últimos tiempos he sentido que la administración de Justicia en España está sumida en el caos.
Admito que en materia de leyes soy un ignorante.
Estoy dispuesto a aceptar que la naturaleza de la Justicia se puede ver distorsionada por la aplicación de tecnicismos interpretativos... y que la ley en España es garantista hasta el ridículo, pero de un tiempo a esta parte, la justicia y el sentido común parecen haberse vuelto enemigos irreconciliables.
Crecí bajo el lema de "el que la hace, la paga", y ese convencimiento me salvó de perpetrar muchas insensateces... sobre todo en mi alocada adolescencia, una época de mi vida en la que mis hormonas superaban en gran número a mis neuronas.
He sido testigo (y usted también) de cómo se arrestaba a individuos que habían cometido delitos en decenas de ocasiones sin haber entrado nunca en chirona... de como se prevaricaba en política sin consecuencias penales, de como se usaba una vara de medir diferente cuando la falta - la mismo falta - la cometía un ciudadano común o un cargo político.
He visto - y usted también - a jueces dictar sentencias abyectas (o dejar morir denuncias en cajones) sin perder por ello otra cosa que la vergüenza... y he visto también lapidar a jueces que cumplían escrupulosamente su misión.
Y ahora, cuando se encuentra en mínimos históricos mi fe en que la Justicia llegue a imperar en España por encima de todo, veo como el poder legislativo cae en manos de hooligans de izquierdas que, ya lo están anunciando, están dispuestos a publicar en el BOE toda clase de tropelías.
Tras el entierro de Montesquieu (Guerra dixit), nos sumimos en una ciénaga que nos está pasando una factura enorme... y ya nadie sabe como recuperar sus huesos.
Y no es lo peor.
Como éramos pocos, entramos en Europa... y a la confusión legislativa nacional, se unió otro maremagnum generado por la masoquista burocracia centroeuropea.
Así, un juez de pueblo de tercera (en Alemania) puede enmendarle la plana a un Juez del Tribunal Supremo español... y una euro-orden emitida por un país de pleno derecho, puede ser procesada por el arco del triunfo de los tribunales de otro.
Lo que estoy presenciando con "el problema catalán" me lleva a preguntarme si pertenecer a la zona Schengen tiene algún sentido... porque me da la sensación de que nuestros socios - y a las pruebas me remito - no creen que en España se disfrute de un Estado de Derecho.
Permitir la libre circulación de personas debería llevar parejo el deber de extraditar a los delincuentes... vamos, digo yo.
De las naranjas, las mandarinas y el aceite, mejor no hablamos.
¿Será que me estoy volviendo "euro-escéptico", que es un vocablo similar a "facha" pero de uso universal?
Parece que desde el 11-M sólo recibimos palos.
En cualquier caso, y hasta que pase la marejada, les recomiendo que se atrincheren.
Porque va a llover a cántaros.
lunes, 13 de mayo de 2019
Similitudes o diferencias
No es el votante lo que divide a la derecha... son sus representantes.
La diferencia entre la izquierda y la derecha, y ha sido siempre así, es que la izquierda no tiene izquierda.
Al PSOE no le da asquito tratar con terroristas, anti-sistema, anarquistas, maoistas, stalinistas, trostkistas, separatistas, supremacistas... a la izquierda del PSOE no hay una "ultraizquierda" a la que vetar.
Propone el chulo de la piscina que el bailarín con sobrepeso presida el senado y a ERC le cuesta cuarenta y ocho horas pasar de "no" al "si".
A Pedrito y su banda les acusas de apoyar y blanquear terroristas y les entra por un oido y les sale por el otro.
Les acusas de asociarse con corruptos y les importa una higa... nadie es suficientemente feo para ellos.
Y en eso radica su éxito.
La derecha no es así... y la prueba es Vox.
Nadie que haya tenido la honestidad de leerse el programa de Vox (sin buscarle tres pies al gato) puede decir que Vox es un partido semejante a los tarados holandeses que apoyan (por cierto) a Puigdemont... o que tiene mas similitudes con Marine Le Pen que con Pablo Casado.
Nada hay en el programa de Vox (a excepción de su deseo de aniquilar el costosisimo "estado de las autonotaifas") que pueda considerarse "inconstitucional".
Y, en cualquier caso, dado que España es el país de los suicidas, las aspiraciones de Vox no podrían considerarse mas inconstitucionales que las de los podemitas que quieren ser una república o las de los separatistas catalanes que quieren ser un estado aparte...
Incluso en las formas Vox es mas moderado que Podemos, la CUP, ERC, Bildu y toda la basura que apoya a Pedro Sánchez... que apoya al PSOE o que se apoya en el PSOE, que parece igual pero no es lo mismo.
Pero al PP y - sobre todo - a Ciudadanos, les dá asquito Vox.
Lo considéran su derecha... la derecha a la derecha de la derecha.
Y como viven el el temor a que les llamen fachas, hacen enormes aspavientos cuando les preguntan al respecto de posibles pactos.
Sin embargo, a mi entender, el problema es otro.
El problema es que nuestros políticos en general, pero sobre todo los de derechas, han perdido el norte, la dirección, el objetivo.
El "norte", es el bienestar de los españoles, la convivencia pacifica, la seguridad, el paro, la igualdad de los españoles ante la ley, la integridad territorial de España... no que gobierne uno o gobierne otro.
El sistema de partidos se ha convertido en algo endogámico que sólo sirve a la causa del poder.
España ha pasado a tercer plano y los españoles, en su conjunto, a cuarto o quinto lugar.
Conscientes de que no van a cumplir sus promesas, prometen lo que haga falta, pues la finalidad no es la promesa, la promesa es el medio para alcanzar la moqueta... nada importa mas que eso.
Eso es así porque la supervivencia de un partido, en España, depende directamente de los escaños que obtiene... y eso produce efectos no deseables, sobre todo en la defensa de posiciones ideológicas.
La izquierda busca la posición comun, la derecha se centra en sus diferencias...
Y mientras tanto, a España que le vayan dando.
Y la culpa, como no, es del votante.
La diferencia entre la izquierda y la derecha, y ha sido siempre así, es que la izquierda no tiene izquierda.
Al PSOE no le da asquito tratar con terroristas, anti-sistema, anarquistas, maoistas, stalinistas, trostkistas, separatistas, supremacistas... a la izquierda del PSOE no hay una "ultraizquierda" a la que vetar.
Propone el chulo de la piscina que el bailarín con sobrepeso presida el senado y a ERC le cuesta cuarenta y ocho horas pasar de "no" al "si".
A Pedrito y su banda les acusas de apoyar y blanquear terroristas y les entra por un oido y les sale por el otro.
Les acusas de asociarse con corruptos y les importa una higa... nadie es suficientemente feo para ellos.
Y en eso radica su éxito.
La derecha no es así... y la prueba es Vox.
Nadie que haya tenido la honestidad de leerse el programa de Vox (sin buscarle tres pies al gato) puede decir que Vox es un partido semejante a los tarados holandeses que apoyan (por cierto) a Puigdemont... o que tiene mas similitudes con Marine Le Pen que con Pablo Casado.
Nada hay en el programa de Vox (a excepción de su deseo de aniquilar el costosisimo "estado de las autonotaifas") que pueda considerarse "inconstitucional".
Y, en cualquier caso, dado que España es el país de los suicidas, las aspiraciones de Vox no podrían considerarse mas inconstitucionales que las de los podemitas que quieren ser una república o las de los separatistas catalanes que quieren ser un estado aparte...
Incluso en las formas Vox es mas moderado que Podemos, la CUP, ERC, Bildu y toda la basura que apoya a Pedro Sánchez... que apoya al PSOE o que se apoya en el PSOE, que parece igual pero no es lo mismo.
Pero al PP y - sobre todo - a Ciudadanos, les dá asquito Vox.
Lo considéran su derecha... la derecha a la derecha de la derecha.
Y como viven el el temor a que les llamen fachas, hacen enormes aspavientos cuando les preguntan al respecto de posibles pactos.
Sin embargo, a mi entender, el problema es otro.
El problema es que nuestros políticos en general, pero sobre todo los de derechas, han perdido el norte, la dirección, el objetivo.
El "norte", es el bienestar de los españoles, la convivencia pacifica, la seguridad, el paro, la igualdad de los españoles ante la ley, la integridad territorial de España... no que gobierne uno o gobierne otro.
El sistema de partidos se ha convertido en algo endogámico que sólo sirve a la causa del poder.
España ha pasado a tercer plano y los españoles, en su conjunto, a cuarto o quinto lugar.
Conscientes de que no van a cumplir sus promesas, prometen lo que haga falta, pues la finalidad no es la promesa, la promesa es el medio para alcanzar la moqueta... nada importa mas que eso.
Eso es así porque la supervivencia de un partido, en España, depende directamente de los escaños que obtiene... y eso produce efectos no deseables, sobre todo en la defensa de posiciones ideológicas.
La izquierda busca la posición comun, la derecha se centra en sus diferencias...
Y mientras tanto, a España que le vayan dando.
Y la culpa, como no, es del votante.
domingo, 12 de mayo de 2019
El señor Pérez
Como lo que nos gusta a los españoles son los excesos de todo tipo, llevo dos días contemplando atónito la beatificación mediática del señor Pérez.
Como dice Federico, en España hay una norma no escrita que reza que no se debe hablar mal de los muertos, siempre que sean de izquierdas... si son de derechas se puede hablar mal de ellos los siguientes setenta años sin que eso pueda ser censurado.
No me alegro de la muerte de nadie (con excepción de los asesinos de masas) y mando desde esta blog mi mas sentido pésame a su familia que, estoy seguro, estará pasando el mal rato que corresponde a la pérdida de un ser querido.
Al no haberlo conocido personalmente, no me atrevo a opinar acerca de sus virtudes y defectos, pero lo que si puedo afirmar con rotundidad es que de tonto no tenía un pelo.
Lo que no comparto en absoluto es la opinión de que fue un gran político o un "hombre de estado".
En especial, no comparto esto último.
Alfredo fue un hombre del PSOE, para el PSOE y por el PSOE... y a lo largo de su vida se involucró en episodios muy, pero que muy, poco edificantes.
Montó, desarrolló y gobernó con mano de hierro las cloacas del Estado durante décadas.
Dejó en herencia a Rajoy esa infraestructura policial ponzoñosa que, a dia de hoy, y por no haber hecho nada el sesteante Mariano, sobrevive sin pasar por Alcalá Meco o Soto del Real.
Intervino activamente - sin duda como cerebro - en la asquerosa manipulación del atentado del 11-M que condujo a Zapatero al poder... y fue su hombre en la sombra, porque el bobo de solemnidad era - y sigue siendo - incapaz de hacer la "o" con un canuto.
Estuvo metido en todos los fregados en los que el PSOE podía sacar ventaja y dentro del partido era un hombre mas temido que admirado.
Como tantas otras cosas, no se puede decir que lo del "caso faisan" lo hiciese en beneficio de España.
Es verdad que intelectualmente estaba a años luz de las últimas cosechas de dirigentes del PSOE y - al perder las elecciones intentando parar sin éxito la sangría de voto de la segunda legislatura de Zapatero - tuvo la decencia de retirarse a sus cuarteles de invierno.
El señor Rubalcaba encarnó como pocos el arquetipo de político español al servicio del Estado, siempre que este estuviese en manos del PSOE y teniendo en cuenta lo que nuestros miserables políticos entienden por "Estado".
Ahora recibe las condolencias hipócritas de aquellos a quienes amenazó - incluso en sede parlamentaria - con "dossieres" comprometedores.
Tuvo una parte (a veces grande) de responsabilidad en los acontecimientos que nos han conducido al lugar en que nos encontramos.
Ha sido una gran pérdida para el PSOE que, sin hombres como él susurrando a los caballos, pierde consistencia política a toneladas... las comparaciones personales son odiosas.
No me alegro de su muerte, pero desde luego, me opongo a su beatificación.
Quizá porque España, no se merecía un gobierno que le mintiese.
¿O si?
Descanse en paz.
Como dice Federico, en España hay una norma no escrita que reza que no se debe hablar mal de los muertos, siempre que sean de izquierdas... si son de derechas se puede hablar mal de ellos los siguientes setenta años sin que eso pueda ser censurado.
No me alegro de la muerte de nadie (con excepción de los asesinos de masas) y mando desde esta blog mi mas sentido pésame a su familia que, estoy seguro, estará pasando el mal rato que corresponde a la pérdida de un ser querido.
Al no haberlo conocido personalmente, no me atrevo a opinar acerca de sus virtudes y defectos, pero lo que si puedo afirmar con rotundidad es que de tonto no tenía un pelo.
Lo que no comparto en absoluto es la opinión de que fue un gran político o un "hombre de estado".
En especial, no comparto esto último.
Alfredo fue un hombre del PSOE, para el PSOE y por el PSOE... y a lo largo de su vida se involucró en episodios muy, pero que muy, poco edificantes.
Montó, desarrolló y gobernó con mano de hierro las cloacas del Estado durante décadas.
Dejó en herencia a Rajoy esa infraestructura policial ponzoñosa que, a dia de hoy, y por no haber hecho nada el sesteante Mariano, sobrevive sin pasar por Alcalá Meco o Soto del Real.
Intervino activamente - sin duda como cerebro - en la asquerosa manipulación del atentado del 11-M que condujo a Zapatero al poder... y fue su hombre en la sombra, porque el bobo de solemnidad era - y sigue siendo - incapaz de hacer la "o" con un canuto.
Estuvo metido en todos los fregados en los que el PSOE podía sacar ventaja y dentro del partido era un hombre mas temido que admirado.
Como tantas otras cosas, no se puede decir que lo del "caso faisan" lo hiciese en beneficio de España.
Es verdad que intelectualmente estaba a años luz de las últimas cosechas de dirigentes del PSOE y - al perder las elecciones intentando parar sin éxito la sangría de voto de la segunda legislatura de Zapatero - tuvo la decencia de retirarse a sus cuarteles de invierno.
El señor Rubalcaba encarnó como pocos el arquetipo de político español al servicio del Estado, siempre que este estuviese en manos del PSOE y teniendo en cuenta lo que nuestros miserables políticos entienden por "Estado".
Ahora recibe las condolencias hipócritas de aquellos a quienes amenazó - incluso en sede parlamentaria - con "dossieres" comprometedores.
Tuvo una parte (a veces grande) de responsabilidad en los acontecimientos que nos han conducido al lugar en que nos encontramos.
Ha sido una gran pérdida para el PSOE que, sin hombres como él susurrando a los caballos, pierde consistencia política a toneladas... las comparaciones personales son odiosas.
No me alegro de su muerte, pero desde luego, me opongo a su beatificación.
Quizá porque España, no se merecía un gobierno que le mintiese.
¿O si?
Descanse en paz.
lunes, 6 de mayo de 2019
Líderes y liderados
La humanidad se divide en dos grandes grupos: los que guían y los que se dejan guiar.
El que guía, por lo general, acepta una responsabilidad y una serie de incomodidades que el guiado no está dispuesto a asumir, por eso despierta la admiración y el reconocimiento del que le sigue.
No todo el mundo sirve para guiar del mismo modo que no todo el mundo sirve para ser barítono.
El que guía, el líder, debe reunir unas cuantas cualidades innatas y tener – además – la férrea voluntad de ejercer el liderazgo.
Deben concurrir las dos cosas… si no, no funciona.
Este mecanismo aporta a la sociedad breves periodos de satisfacción.
El líder y su liderazgo están sujetos a los continuos cambios que sobre las sociedades produce el inexorable paso del tiempo.
El líder termina perdiendo su liderazgo y la misma sociedad que lo encumbra, lo hunde en el olvido años despues.
Cualquier organización o grupo humano que pretenda sobrevivir al paso del tiempo tiene que asumir que el mecanismo tradicional de caudillo y acaudillado no funciona.
La Iglesia, ejemplo de organización que sobrevive al paso del tiempo, hace siglos que predica a sus seguidores que el líder, el único líder que ha existido en sus filas, murió en la cruz hace mas de dos mil años… y lo que ha venido después es solamente aquello que el hombre ha hecho para que la doctrina del Redentor pase de generación en generación.
Cargada de imperfecciones (algunas muy dolorosas) la iglesia trasciende al tiempo porque en su doctrina, “la iglesia” no son los curas, no es “la estructura”, no es “el Papa”, la iglesia somos todos y cada uno de los que creemos en sus postulados… no hay líder terrenal al que seguir, el líder murió (y resucitó) hace mucho tiempo.
Todo creyente asume que su obediencia al Papa o al Obispo de turno no se fundamenta en sus simpatías personales… de hecho – entre mis amigos creyentes – hay un porcentaje que discuten los aciertos y errores del Papa Francisco cuando – en sus misiones diplomáticas – afirma una cosa u otra. Lo que no discute ninguno, lo que se acata con disciplina, es lo que dice el Papa cuando imparte doctrina.
Porque en la Iglesia, lo que cuenta es la doctrina… lo demás es lo que hacen los hombres para intentar que el paso del tiempo no la entierre.
En política sucede todo lo contrario.
Y no es culpa del líder, porque en política el líder se limita a explotar la necesidad de liderazgo del rebaño.
Una personalidad magnética, fuerte, serena, arrastrará tras de sí las simpatías de la gente… sobre todo cuando les dice lo que quieren escuchar.
Porque, en política, la gente aplica unos criterios que no usaría, por ejemplo, a la hora de elegir casa o comprar un coche…
Si un vendedor de coches nos dijese que el todo terreno de tres toneladas que tenemos delante consume un litro de gasolina cada cien kilómetros (con el aire acondicionado puesto), lo mas probable es que saliésemos del concesionario convencidos de que pretendían timarnos.
Sorprendentemente, en política, sucede lo contrario.
Si un líder político saliese a la palestra y dijese: “Señores, la deuda exterior es inadmisible, la economía de la Nación está hecha unos zorros, nos estamos comiendo el futuro de nuestros trabajadores, nos vamos al carajo como Nación… de modo que se acabó la juerga. Lo único que vale ahora es aquello de sangre, sudor y lágrimas para que, de este modo, en unos cuantos años, estemos en condiciones de aflojar (un poco) la mano… y yo me comprometo a ponerlo en marcha.”
¿Cree usted que – aparte del mío – recaudaría muchos votos?
La gente no quiere oír la verdad, prefiere los cantos de sirena.
Por eso, los políticos profesionales cambian de letra y música continuamente.
Si el ciudadano atendiese a la doctrina en vez de al líder, las cosas estarían mas claras, y la política no estaría llena de trileros, mentirosos y sinvergüenzas.
No creo en los líderes en la política… creo en las ideas que defiendo.
Que persona, que líder, que caudillo, las defienda (si de verdad las defiende), me da lo mismo... ese, y solo ese, tendrá mañana mi voto.
Porque si se lo doy a otro, ¿cómo será la letra y la musica de su proximo canto de sirena?
El que guía, por lo general, acepta una responsabilidad y una serie de incomodidades que el guiado no está dispuesto a asumir, por eso despierta la admiración y el reconocimiento del que le sigue.
No todo el mundo sirve para guiar del mismo modo que no todo el mundo sirve para ser barítono.
El que guía, el líder, debe reunir unas cuantas cualidades innatas y tener – además – la férrea voluntad de ejercer el liderazgo.
Deben concurrir las dos cosas… si no, no funciona.
Este mecanismo aporta a la sociedad breves periodos de satisfacción.
El líder y su liderazgo están sujetos a los continuos cambios que sobre las sociedades produce el inexorable paso del tiempo.
El líder termina perdiendo su liderazgo y la misma sociedad que lo encumbra, lo hunde en el olvido años despues.
Cualquier organización o grupo humano que pretenda sobrevivir al paso del tiempo tiene que asumir que el mecanismo tradicional de caudillo y acaudillado no funciona.
La Iglesia, ejemplo de organización que sobrevive al paso del tiempo, hace siglos que predica a sus seguidores que el líder, el único líder que ha existido en sus filas, murió en la cruz hace mas de dos mil años… y lo que ha venido después es solamente aquello que el hombre ha hecho para que la doctrina del Redentor pase de generación en generación.
Cargada de imperfecciones (algunas muy dolorosas) la iglesia trasciende al tiempo porque en su doctrina, “la iglesia” no son los curas, no es “la estructura”, no es “el Papa”, la iglesia somos todos y cada uno de los que creemos en sus postulados… no hay líder terrenal al que seguir, el líder murió (y resucitó) hace mucho tiempo.
Todo creyente asume que su obediencia al Papa o al Obispo de turno no se fundamenta en sus simpatías personales… de hecho – entre mis amigos creyentes – hay un porcentaje que discuten los aciertos y errores del Papa Francisco cuando – en sus misiones diplomáticas – afirma una cosa u otra. Lo que no discute ninguno, lo que se acata con disciplina, es lo que dice el Papa cuando imparte doctrina.
Porque en la Iglesia, lo que cuenta es la doctrina… lo demás es lo que hacen los hombres para intentar que el paso del tiempo no la entierre.
En política sucede todo lo contrario.
Y no es culpa del líder, porque en política el líder se limita a explotar la necesidad de liderazgo del rebaño.
Una personalidad magnética, fuerte, serena, arrastrará tras de sí las simpatías de la gente… sobre todo cuando les dice lo que quieren escuchar.
Porque, en política, la gente aplica unos criterios que no usaría, por ejemplo, a la hora de elegir casa o comprar un coche…
Si un vendedor de coches nos dijese que el todo terreno de tres toneladas que tenemos delante consume un litro de gasolina cada cien kilómetros (con el aire acondicionado puesto), lo mas probable es que saliésemos del concesionario convencidos de que pretendían timarnos.
Sorprendentemente, en política, sucede lo contrario.
Si un líder político saliese a la palestra y dijese: “Señores, la deuda exterior es inadmisible, la economía de la Nación está hecha unos zorros, nos estamos comiendo el futuro de nuestros trabajadores, nos vamos al carajo como Nación… de modo que se acabó la juerga. Lo único que vale ahora es aquello de sangre, sudor y lágrimas para que, de este modo, en unos cuantos años, estemos en condiciones de aflojar (un poco) la mano… y yo me comprometo a ponerlo en marcha.”
¿Cree usted que – aparte del mío – recaudaría muchos votos?
La gente no quiere oír la verdad, prefiere los cantos de sirena.
Por eso, los políticos profesionales cambian de letra y música continuamente.
Si el ciudadano atendiese a la doctrina en vez de al líder, las cosas estarían mas claras, y la política no estaría llena de trileros, mentirosos y sinvergüenzas.
No creo en los líderes en la política… creo en las ideas que defiendo.
Que persona, que líder, que caudillo, las defienda (si de verdad las defiende), me da lo mismo... ese, y solo ese, tendrá mañana mi voto.
Porque si se lo doy a otro, ¿cómo será la letra y la musica de su proximo canto de sirena?
sábado, 4 de mayo de 2019
Buscando culpables
Hace ya tres o cuatro días que vengo escuchando que la culpa de lo que ha pasado en las elecciones es de Santiago Abascal.
Se afirma con rotundidad que Vox es la causa cuando, en mi opinión, es el efecto.
Yo lo veo así.
Atendiendo a la estricta realidad, el PP se ha dado el batacazo porque ha tenido menos votantes. Verdad de Perogrullo donde las haya.
Decir que si todos los votantes de Vox hubiesen votado al PP ahora no gobernaría Pedro Sánchez, es un argumento similar a decir que si todos los votantes de Ciudadanos hubiesen votado al PP, ahora el PP tendría mayoría absoluta.
Y dadas las circunstancias, si somos honestos, es preciso reconocer que un político del PP tiene - hoy por hoy - mas afinidades con uno de ciudadanos que con uno de Vox... dado que ambos (PP y Cs) pelean por el centro.
Como ya aventuré hace unas divagaciones, al final, la culpa la va a tener el votante.
Y es que el votante - en España - es un desastre, porque ejerce el derecho a voto según sus propios criterios... y eso está muy mal y es inadmisible ¿verdad?
En mi humilde opinión, que el PP no haya cumplido con lo que de él se esperaba en los últimos ocho años ha sido lo que ha propiciado el auge de Vox... la causa es el PP, el efecto es Vox.
Y vamos a dejar de decir tonterías y a analizar con un poco de autocrítica y de cabeza lo que ha pasado... mas que nada para no repetirlo.
Los hechos son como siguen:
El votante de derechas interpretó que la mayoría absoluta de Mariano Rajoy (186 diputados)- en contra de lo prometido en campaña - fue una prolongación legislativa (sobre todo en lo social) de la de Zapatero.
La irrupción de Podemos en la siguiente cita electoral y el convencimiento de que Vox no era una opción viable, frenó la perdida de voto del PP que, al perder la mayoría absoluta (aún tras unas segundas elecciones) se vio obligado a gobernar en solitario (con 137 diputados) recibiendo todas las patadas en la espinilla que tanto Pedro como Albert pudieron propinarle.
El "problema catalán" llevó al ejecutivo de Mariano Rajoy a un atolladero del que salió muy poco airoso con la aplicación de un 155 de chichinabo que no gustó a una importante porción de su electorado.
En la moción de censura, un Ciudadanos que se veía gobernando España, propinó la puñalada trapera que derribó el gobierno... en la creencia de que el PSOE se hacía con el poder para convocar elecciones inmediatamente.
Aquello desembocó en el alarmante ascenso al poder de lo que podríamos denominar la "anti-España", que son la conjunción de todos esos partidos políticos que no creen en la Unidad de España ni en la necesidad de aplicar la Ley para defenderla.
Llegados a este punto incluyo al PSOE en ellos porque lleva años tratando de buscar fórmulas exóticas para trocear la nación sin que se note demasiado.
Noqueado, acorralado por una campaña de acusaciones de corrupción que no se ha hecho nunca con el PSOE (pese a merecerla mas que nadie) y aturdido por la pérdida del gobierno, en los últimos nueve meses el PP ha hecho "lo que ha podido" enfrascándose en una pelea interna entre Casados y Feijoos.
Y en este contexto, una formación política "nueva" ha pasado de cuarenta mil votos en las elecciones del 2016 a dos millones seiscientos mil votantes en las del 2019.
Y eso ha sucedido, además, con toda la carga mediática en contra y bajo acusaciones de xenofobia, homofobia, machismo, crueldad con los animales, fascismo y toda suerte de lindezas, vetándosele los debates y con el rechazo de todas las demás formaciones políticas.
La caída del PP se ha debido a la perdida de confianza de su votante, a la fuga de un votante que le ha hecho pasar de 186 a 66 diputados en ocho años... algo habrá tenido que ver el PP en ello, ¿no les parece?
Que de esta tacada haya perdido tantos escaños, se debe, además, a la ley electoral.
Una ley electoral nefasta que beneficia al bipartidismo (razón por la que nunca ha sido cambiada) y que en la nueva realidad española produce resultados sorprendentes.
La derecha volverá a gobernar cuando no se pueda negar la crisis a la que nos conduce esta cada vez mas palpable recesión económica.
Y no se preocupen, eso va a ser muy pronto, porque en manos de Pedro Sánchez el juguete va a durar dos telediarios.
¿Y quien arregla el juguete cuando se ha roto?... nosotros, no les quepa duda.
Y lo haremos por amor a España, como hemos hecho siempre.
Se afirma con rotundidad que Vox es la causa cuando, en mi opinión, es el efecto.
Yo lo veo así.
Atendiendo a la estricta realidad, el PP se ha dado el batacazo porque ha tenido menos votantes. Verdad de Perogrullo donde las haya.
Decir que si todos los votantes de Vox hubiesen votado al PP ahora no gobernaría Pedro Sánchez, es un argumento similar a decir que si todos los votantes de Ciudadanos hubiesen votado al PP, ahora el PP tendría mayoría absoluta.
Y dadas las circunstancias, si somos honestos, es preciso reconocer que un político del PP tiene - hoy por hoy - mas afinidades con uno de ciudadanos que con uno de Vox... dado que ambos (PP y Cs) pelean por el centro.
Como ya aventuré hace unas divagaciones, al final, la culpa la va a tener el votante.
Y es que el votante - en España - es un desastre, porque ejerce el derecho a voto según sus propios criterios... y eso está muy mal y es inadmisible ¿verdad?
En mi humilde opinión, que el PP no haya cumplido con lo que de él se esperaba en los últimos ocho años ha sido lo que ha propiciado el auge de Vox... la causa es el PP, el efecto es Vox.
Y vamos a dejar de decir tonterías y a analizar con un poco de autocrítica y de cabeza lo que ha pasado... mas que nada para no repetirlo.
Los hechos son como siguen:
El votante de derechas interpretó que la mayoría absoluta de Mariano Rajoy (186 diputados)- en contra de lo prometido en campaña - fue una prolongación legislativa (sobre todo en lo social) de la de Zapatero.
La irrupción de Podemos en la siguiente cita electoral y el convencimiento de que Vox no era una opción viable, frenó la perdida de voto del PP que, al perder la mayoría absoluta (aún tras unas segundas elecciones) se vio obligado a gobernar en solitario (con 137 diputados) recibiendo todas las patadas en la espinilla que tanto Pedro como Albert pudieron propinarle.
El "problema catalán" llevó al ejecutivo de Mariano Rajoy a un atolladero del que salió muy poco airoso con la aplicación de un 155 de chichinabo que no gustó a una importante porción de su electorado.
En la moción de censura, un Ciudadanos que se veía gobernando España, propinó la puñalada trapera que derribó el gobierno... en la creencia de que el PSOE se hacía con el poder para convocar elecciones inmediatamente.
Aquello desembocó en el alarmante ascenso al poder de lo que podríamos denominar la "anti-España", que son la conjunción de todos esos partidos políticos que no creen en la Unidad de España ni en la necesidad de aplicar la Ley para defenderla.
Llegados a este punto incluyo al PSOE en ellos porque lleva años tratando de buscar fórmulas exóticas para trocear la nación sin que se note demasiado.
Noqueado, acorralado por una campaña de acusaciones de corrupción que no se ha hecho nunca con el PSOE (pese a merecerla mas que nadie) y aturdido por la pérdida del gobierno, en los últimos nueve meses el PP ha hecho "lo que ha podido" enfrascándose en una pelea interna entre Casados y Feijoos.
Y en este contexto, una formación política "nueva" ha pasado de cuarenta mil votos en las elecciones del 2016 a dos millones seiscientos mil votantes en las del 2019.
Y eso ha sucedido, además, con toda la carga mediática en contra y bajo acusaciones de xenofobia, homofobia, machismo, crueldad con los animales, fascismo y toda suerte de lindezas, vetándosele los debates y con el rechazo de todas las demás formaciones políticas.
La caída del PP se ha debido a la perdida de confianza de su votante, a la fuga de un votante que le ha hecho pasar de 186 a 66 diputados en ocho años... algo habrá tenido que ver el PP en ello, ¿no les parece?
Que de esta tacada haya perdido tantos escaños, se debe, además, a la ley electoral.
Una ley electoral nefasta que beneficia al bipartidismo (razón por la que nunca ha sido cambiada) y que en la nueva realidad española produce resultados sorprendentes.
La derecha volverá a gobernar cuando no se pueda negar la crisis a la que nos conduce esta cada vez mas palpable recesión económica.
Y no se preocupen, eso va a ser muy pronto, porque en manos de Pedro Sánchez el juguete va a durar dos telediarios.
¿Y quien arregla el juguete cuando se ha roto?... nosotros, no les quepa duda.
Y lo haremos por amor a España, como hemos hecho siempre.
jueves, 2 de mayo de 2019
Golpes de timón
Tras el batacazo electoral, el PP de Casado ha decidido volver “al centro”.
Durante toda la campaña, los de Casado han intentado desarticular el voto de Vox diciéndole al votante de derechas que no era necesario votar a Santiago Abascal, porque Pablo Casado era lo mismo pero sin aspavientos ni excentricidades.
Han fracasado en su empeño, porque el votante de Vox es, mayoritariamente, un ciudadano que ya había perdido la confianza en el PP, partido al que probablemente había estado votando sin excesivo convencimiento durante años, a falta de encontrar alguien que fuese una opción viable y le tocase el corazón con mas acierto.
Santiago Abascal ha apelado en la campaña a todas esas cosas que el PP de Rajoy había ido dejando por el camino y que un nutrido grupo de votantes de la derecha anhelaba escuchar… y ha hecho su discurso con una enorme convicción, sin paños calientes y poniéndose al mundo por montera.
Ese mensaje de “Si te parece bien lo que digo me votas, y si no, haz lo que te de la gana”, ha calado – en mi opinión – porque manifiesta la férrea voluntad de no moverse de sus postulados, de ser referencia, soporte ideológico de una derecha que ya está cansada de hacer cesiones a la izquierda en contra de sus naturales intereses.
De modo que al no tener – además - una trayectoria política llena de claroscuros a la espalda (tal como le sucede al PP), Vox a acaparado ese voto sin que Pablo Casado haya podido hacer nada para evitarlo.
Hace bien Pablo Casado en no llevarse a engaño y reconocer esta verdad.
En eso demuestra inteligencia.
El votante de Vox, ya había decidido no votar al PP antes de la campaña electoral… incluso antes de que el Congreso del PP renunciase (en apretada competencia) al Sorayismo.
Creo, siempre lo he dicho, que si el objetivo de Pablo Casado fuera recuperar el voto que se ha fugado a Vox, con mantener el discurso que ha tenido hasta ahora, en un plazo mas o menos breve de tiempo, alcanzaría el éxito… con mostrar al votante de derechas que está dispuesto a defender a capa y espada los intereses comunes de la derecha, poco a poco, el tradicional votante del PP volvería a recuperar la confianza perdida en detrimento, evidentemente, de Vox.
Pero no ha sido así.
Con la ya anunciada vuelta al “centro”, Pablo Casado da un violento golpe de timón, decide cambiar de contrincante, da por perdido al votante de Abascal y se lanza a librar la batalla contra Ciudadanos.
Y si quieren mi opinión, creo que se equivoca.
Lleno de pragmatismo, al ver que la sangría de su voto se ha ido hacia Ciudadanos, cambia de caladero... todo muy comprensible y justificable.
Sin embargo, el renovado PP de Casado, el que salió de esas esperanzadoras primarias, está transmitiendo a España un mensaje terrible: “No defiendo ideas, solo quiero gobernar, y si para ello tengo que cambiar mi discurso, lo cambio y punto, lo de esta última campaña era sólo estrategia”.
De repente los hermanos de Vox, con los que se podía pactar, han pasado a ser la ultraderecha...
Se equivoca de mensaje y de contrincante, porque en el “centro”, Albert Rivera es mucho mas sólido, mucho mas creíble, mucho mas dúctil y - en mi opinión - mucho mas atractivo para el votante de la equidistancia.
Y espero equivocarme, porque si no es así, si estoy en lo cierto, estaremos contemplando el inicio de la extinción política de esta formación, como ya ha pasado en Cataluña.
Eso es lo que pienso.
Durante toda la campaña, los de Casado han intentado desarticular el voto de Vox diciéndole al votante de derechas que no era necesario votar a Santiago Abascal, porque Pablo Casado era lo mismo pero sin aspavientos ni excentricidades.
Han fracasado en su empeño, porque el votante de Vox es, mayoritariamente, un ciudadano que ya había perdido la confianza en el PP, partido al que probablemente había estado votando sin excesivo convencimiento durante años, a falta de encontrar alguien que fuese una opción viable y le tocase el corazón con mas acierto.
Santiago Abascal ha apelado en la campaña a todas esas cosas que el PP de Rajoy había ido dejando por el camino y que un nutrido grupo de votantes de la derecha anhelaba escuchar… y ha hecho su discurso con una enorme convicción, sin paños calientes y poniéndose al mundo por montera.
Ese mensaje de “Si te parece bien lo que digo me votas, y si no, haz lo que te de la gana”, ha calado – en mi opinión – porque manifiesta la férrea voluntad de no moverse de sus postulados, de ser referencia, soporte ideológico de una derecha que ya está cansada de hacer cesiones a la izquierda en contra de sus naturales intereses.
De modo que al no tener – además - una trayectoria política llena de claroscuros a la espalda (tal como le sucede al PP), Vox a acaparado ese voto sin que Pablo Casado haya podido hacer nada para evitarlo.
Hace bien Pablo Casado en no llevarse a engaño y reconocer esta verdad.
En eso demuestra inteligencia.
El votante de Vox, ya había decidido no votar al PP antes de la campaña electoral… incluso antes de que el Congreso del PP renunciase (en apretada competencia) al Sorayismo.
Creo, siempre lo he dicho, que si el objetivo de Pablo Casado fuera recuperar el voto que se ha fugado a Vox, con mantener el discurso que ha tenido hasta ahora, en un plazo mas o menos breve de tiempo, alcanzaría el éxito… con mostrar al votante de derechas que está dispuesto a defender a capa y espada los intereses comunes de la derecha, poco a poco, el tradicional votante del PP volvería a recuperar la confianza perdida en detrimento, evidentemente, de Vox.
Pero no ha sido así.
Con la ya anunciada vuelta al “centro”, Pablo Casado da un violento golpe de timón, decide cambiar de contrincante, da por perdido al votante de Abascal y se lanza a librar la batalla contra Ciudadanos.
Y si quieren mi opinión, creo que se equivoca.
Lleno de pragmatismo, al ver que la sangría de su voto se ha ido hacia Ciudadanos, cambia de caladero... todo muy comprensible y justificable.
Sin embargo, el renovado PP de Casado, el que salió de esas esperanzadoras primarias, está transmitiendo a España un mensaje terrible: “No defiendo ideas, solo quiero gobernar, y si para ello tengo que cambiar mi discurso, lo cambio y punto, lo de esta última campaña era sólo estrategia”.
De repente los hermanos de Vox, con los que se podía pactar, han pasado a ser la ultraderecha...
Se equivoca de mensaje y de contrincante, porque en el “centro”, Albert Rivera es mucho mas sólido, mucho mas creíble, mucho mas dúctil y - en mi opinión - mucho mas atractivo para el votante de la equidistancia.
Y espero equivocarme, porque si no es así, si estoy en lo cierto, estaremos contemplando el inicio de la extinción política de esta formación, como ya ha pasado en Cataluña.
Eso es lo que pienso.
miércoles, 1 de mayo de 2019
Ser o no ser
Debe estar toda España sorprendida de que Santiago Abascal (quinto jinete del Apocalipsis) no haya convocado a la Asociación Francisco Franco, a Falange Española, a la Comunión Tradicionalista, a los herederos de Blas Piñar, a las asociaciones de ultras de futbol, a los católicos que van a misa y a todas las asociaciones pro-vida, taurinas y de cazadores a manifestarse en las calles en una “alerta anti-sanchista”.
No veo que se hayan quemado contenedores de basura, ni arrancado señales de tráfico, ni apedreado portales de casas... ni han aparecido pintadas en monumentos emblemáticos…
¿Qué estará pasando?
Porque lo normal es que cuando gana el contrincante, te eches a la calle a insultar a sus votantes, a quemar mobiliario urbano y a destrozar los negocios de tus opositores políticos ¿no?
Al menos eso es lo que hacen los socios de Pedrito… los filoterroristas de Pablo Iglesias y de Torra.
En la toma de posesión ¿Rodearan el Congreso de los Diputados los movimientos anti-LGTB?
¿Se manifestarán las asociaciones taurinas por las calles (capote en mano) profiriendo gritos contra la coalición sociata-podemita?
Me da que no.
¿Y saben ustedes porqué?
Porque en el fondo (y sobre todo en las formas) los que hemos perdido estas elecciones somos mejores ciudadanos que ellos.
Nos cabreamos cuando perdemos (claro está) pero lo aceptamos con resignación, deportividad y una honestidad que en la izquierda es inexistente.
En nuestras filas, incluso en los mas polarizados, a pesar de todo, impera el respeto al prójimo y a las reglas del juego, algo que en la blanqueada extrema-izquierda, simplemente, no existe.
Aunque nos fastidie, aunque no lo entendamos, aunque creamos que están equivocados, su voto y el nuestro tienen – para nosotros los perdedores – el mismo valor y peso.
No hay ni va a haber alerta “anti-comunista”, ni “anti-sanchista”, ni “anti-nada”… no se harán cordones sanitarios, no se señalará por la calle a nadie ni se impulsarán apartheids lingüísticos, no habrá escraches a conferenciantes, no se acosará a nadie por las redes sociales...
Somos mucho mas civilizados que ellos aunque perdamos.
Es así, a las pruebas me remito.
Y me enorgullezco de pertenecer a un colectivo que asume sus derrotas con dignidad, un colectivo sobre el que se puede construir una democracia, un colectivo que no blanquea a sus criminales ni premia la corrupción de sus dirigentes…
Seremos menos, pero somos mejores.
No veo que se hayan quemado contenedores de basura, ni arrancado señales de tráfico, ni apedreado portales de casas... ni han aparecido pintadas en monumentos emblemáticos…
¿Qué estará pasando?
Porque lo normal es que cuando gana el contrincante, te eches a la calle a insultar a sus votantes, a quemar mobiliario urbano y a destrozar los negocios de tus opositores políticos ¿no?
Al menos eso es lo que hacen los socios de Pedrito… los filoterroristas de Pablo Iglesias y de Torra.
En la toma de posesión ¿Rodearan el Congreso de los Diputados los movimientos anti-LGTB?
¿Se manifestarán las asociaciones taurinas por las calles (capote en mano) profiriendo gritos contra la coalición sociata-podemita?
Me da que no.
¿Y saben ustedes porqué?
Porque en el fondo (y sobre todo en las formas) los que hemos perdido estas elecciones somos mejores ciudadanos que ellos.
Nos cabreamos cuando perdemos (claro está) pero lo aceptamos con resignación, deportividad y una honestidad que en la izquierda es inexistente.
En nuestras filas, incluso en los mas polarizados, a pesar de todo, impera el respeto al prójimo y a las reglas del juego, algo que en la blanqueada extrema-izquierda, simplemente, no existe.
Aunque nos fastidie, aunque no lo entendamos, aunque creamos que están equivocados, su voto y el nuestro tienen – para nosotros los perdedores – el mismo valor y peso.
No hay ni va a haber alerta “anti-comunista”, ni “anti-sanchista”, ni “anti-nada”… no se harán cordones sanitarios, no se señalará por la calle a nadie ni se impulsarán apartheids lingüísticos, no habrá escraches a conferenciantes, no se acosará a nadie por las redes sociales...
Somos mucho mas civilizados que ellos aunque perdamos.
Es así, a las pruebas me remito.
Y me enorgullezco de pertenecer a un colectivo que asume sus derrotas con dignidad, un colectivo sobre el que se puede construir una democracia, un colectivo que no blanquea a sus criminales ni premia la corrupción de sus dirigentes…
Seremos menos, pero somos mejores.
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