Leo a Cristina Losada en un artículo en el que defiende las Autonomías como un bien deseable al margen de lo mal que lo estamos haciendo con las nuestras.
Contrapone a éstas la visión de un gobierno fuertemente centralizado en manos de irresponsables como ZP y sus secuaces, haciendo a su capricho, capas de sayos por toda la geografía sin nada que se le oponga.
Y ante tal apocalíptica visión, no me queda mas remedio que estar de acuerdo con Doña Cristina, pero quisiera puntualizar que esta visión se produce de forma irremediable, por efecto de lo que estamos viviendo… y lo que estamos viviendo es culpa de las autonomías.
En España hace mucho, mucho tiempo (desde que empezó esta cosa que llamamos democracia) que los gobiernos de España están maniatados por los caprichos de los gobiernos autonómicos.
Con ZP y su colección de incompetentes, la situación ha llegado a extremos que rozan – cuando no invaden de lleno – el despropósito.
En tiempos de crisis, autonomías como la catalana, usando de ariete a partidos de trogloditas marginales como es ERC, tratan de derribar la puerta que les separa del saqueo de las arcas del Estado.
Su insolidaridad, asentada sobre no se que fingidas y falsas deudas, justifica que los españoles nos endeudemos muy por encima de lo que somos capaces para satisfacer sus paranoias imperialistas.
Y esto lo hacen porque este nefasto sistema electoral (lo repetiré hasta que se me caiga la boca) les asigna una representatividad que no les corresponde.
Dice Doña Cristina “…Pero apuntarán mal los dardos si el rechazo a los excesos de las autonomías se transforma en repudio del sistema de las autonomías. Viene a ser como imputar a la democracia las tropelías de gobiernos democráticamente elegidos. O a la política los desmanes de los políticos.”
Y estamos de acuerdo.
Sin embargo, no podemos separar los sistemas de los hombres que los desarrollan. Eso es lo que hace la progresía cuando defienden el marxismo a pesar de que no hay un solo caso en la historia en que un régimen marxista haya traído a su pueblo algo que no sea injusticia, sangre y miseria.
Si el español es – según parece – un ser humano (científicamente demostrado o no) con tendencias profundamente antidemocráticas, habrá que buscar una forma de gobierno que impida al político de turno desarrollar al “Mister Hide” que lleva dentro.
Lo de la financiación autonómica ha sido para echarse a llorar.
Y ZP, el peor presidente de gobierno que hemos tenido desde que empezó esta cosa incluyendo al ladrón de Bagdad (también conocido como “Mister X”), se jacta de haber hecho realidad el Estado de las Autonomías con esta ley que cambia apoyos por bancarrota.
Esto tiene que cambiar... y lo hará posiblemente cuando nos veamos con una deuda pública de dimensiones argentinas y empecemos a emigrar masivamente, como antaño, a países mas civilizados que nosotros.
Y, cuando lleguemos a ese punto, sólo estoy seguro de una cosa… de que la culpa será de Aznar o de Franco.
Y si no al tiempo.
Contrapone a éstas la visión de un gobierno fuertemente centralizado en manos de irresponsables como ZP y sus secuaces, haciendo a su capricho, capas de sayos por toda la geografía sin nada que se le oponga.
Y ante tal apocalíptica visión, no me queda mas remedio que estar de acuerdo con Doña Cristina, pero quisiera puntualizar que esta visión se produce de forma irremediable, por efecto de lo que estamos viviendo… y lo que estamos viviendo es culpa de las autonomías.
En España hace mucho, mucho tiempo (desde que empezó esta cosa que llamamos democracia) que los gobiernos de España están maniatados por los caprichos de los gobiernos autonómicos.
Con ZP y su colección de incompetentes, la situación ha llegado a extremos que rozan – cuando no invaden de lleno – el despropósito.
En tiempos de crisis, autonomías como la catalana, usando de ariete a partidos de trogloditas marginales como es ERC, tratan de derribar la puerta que les separa del saqueo de las arcas del Estado.
Su insolidaridad, asentada sobre no se que fingidas y falsas deudas, justifica que los españoles nos endeudemos muy por encima de lo que somos capaces para satisfacer sus paranoias imperialistas.
Y esto lo hacen porque este nefasto sistema electoral (lo repetiré hasta que se me caiga la boca) les asigna una representatividad que no les corresponde.
Dice Doña Cristina “…Pero apuntarán mal los dardos si el rechazo a los excesos de las autonomías se transforma en repudio del sistema de las autonomías. Viene a ser como imputar a la democracia las tropelías de gobiernos democráticamente elegidos. O a la política los desmanes de los políticos.”
Y estamos de acuerdo.
Sin embargo, no podemos separar los sistemas de los hombres que los desarrollan. Eso es lo que hace la progresía cuando defienden el marxismo a pesar de que no hay un solo caso en la historia en que un régimen marxista haya traído a su pueblo algo que no sea injusticia, sangre y miseria.
Si el español es – según parece – un ser humano (científicamente demostrado o no) con tendencias profundamente antidemocráticas, habrá que buscar una forma de gobierno que impida al político de turno desarrollar al “Mister Hide” que lleva dentro.
Lo de la financiación autonómica ha sido para echarse a llorar.
Y ZP, el peor presidente de gobierno que hemos tenido desde que empezó esta cosa incluyendo al ladrón de Bagdad (también conocido como “Mister X”), se jacta de haber hecho realidad el Estado de las Autonomías con esta ley que cambia apoyos por bancarrota.
Esto tiene que cambiar... y lo hará posiblemente cuando nos veamos con una deuda pública de dimensiones argentinas y empecemos a emigrar masivamente, como antaño, a países mas civilizados que nosotros.
Y, cuando lleguemos a ese punto, sólo estoy seguro de una cosa… de que la culpa será de Aznar o de Franco.
Y si no al tiempo.