Sufro la minusvalía de ser un ciudadano español al que el futbol no le interesa... lo cual, unido a mi condición de varón, heterosexual, católico y por lo tanto – desde el punto de vista de la zarrapastra – facha, me convierte en una minoría insolvente socialmente hablando.
Esta miserable condición me obliga a vivir inmerso en un perpetuo destierro voluntario y a ver poco la tele, pues en cuanto la pongo en marcha aparece un sarasa cotilleando sobre cualquier personaje intrascendente, o un partido de futbol entre equipos de los que nunca he oído hablar.
Entre sarasas y futbolistas ponen anuncios… muchos anuncios.
A determinadas horas nos ponen “el parte” o telediario, que básicamente consiste en contarnos lo buenos que son Obama y Zapatero, lo malos que son los del PP y hablarnos de futbol… casi siempre del Real Madrid.
Dedican los informativos la mitad de su tiempo – aproximadamente – a hablarnos de futbol, a entrevistar a algún futbolista, a comentar lo que ha dicho cierto entrenador… a veces hasta hablan de tenis o de natación sincronizada, lo cual es de agradecer por aquello de que en la variedad está el gusto.
Hasta hace unos días yo no sabía quien era Daniel Jarque, ni sabía que jugaba de defensa con los periquitos. La noticia, que lleva una semana ocupando una notable parte de nuestros telediarios es que a este señor le ha dado un infarto en Italia.
No es, desde luego, una noticia para alegrarse, pero – en mi opinión – la muerte por infarto de un jugador de futbol no merece la atención informativa que se le está dando, sobre todo con la que está cayendo.
Deduzco por lo tanto que la atención que se le presta a este asunto es – precisamente – por la que está cayendo.
Me resisto también a que la muerte de un señor que juega al futbol (algo muy meritorio, no cabe duda) reciba atenciones de jefe de Estado… de hecho recibe más, porque sin ir mas lejos, en este último mes ha muerto también, verbigracia, Corazón Aquino (Corazón Cojuangco, viuda de Benigno Aquino), pero usted – seguramente – no se habrá enterado.
Mucho menos espacio televisivo que el señor Jarque han recibido dos españoles que en vez de morir de un infarto, han sido asesinados por la ETA con una bomba lapa… el hecho de que dos servidores del orden entreguen su vida para defender de la carroña separatista a los ciudadanos de este país, según parece, es poco mediático.
No me lo tomen a mal los admiradores de este deportista, lo que me molesta – fundamentalmente - es la comparación… siento que en España casi todo, se está saliendo de madre.
Esta miserable condición me obliga a vivir inmerso en un perpetuo destierro voluntario y a ver poco la tele, pues en cuanto la pongo en marcha aparece un sarasa cotilleando sobre cualquier personaje intrascendente, o un partido de futbol entre equipos de los que nunca he oído hablar.
Entre sarasas y futbolistas ponen anuncios… muchos anuncios.
A determinadas horas nos ponen “el parte” o telediario, que básicamente consiste en contarnos lo buenos que son Obama y Zapatero, lo malos que son los del PP y hablarnos de futbol… casi siempre del Real Madrid.
Dedican los informativos la mitad de su tiempo – aproximadamente – a hablarnos de futbol, a entrevistar a algún futbolista, a comentar lo que ha dicho cierto entrenador… a veces hasta hablan de tenis o de natación sincronizada, lo cual es de agradecer por aquello de que en la variedad está el gusto.
Hasta hace unos días yo no sabía quien era Daniel Jarque, ni sabía que jugaba de defensa con los periquitos. La noticia, que lleva una semana ocupando una notable parte de nuestros telediarios es que a este señor le ha dado un infarto en Italia.
No es, desde luego, una noticia para alegrarse, pero – en mi opinión – la muerte por infarto de un jugador de futbol no merece la atención informativa que se le está dando, sobre todo con la que está cayendo.
Deduzco por lo tanto que la atención que se le presta a este asunto es – precisamente – por la que está cayendo.
Me resisto también a que la muerte de un señor que juega al futbol (algo muy meritorio, no cabe duda) reciba atenciones de jefe de Estado… de hecho recibe más, porque sin ir mas lejos, en este último mes ha muerto también, verbigracia, Corazón Aquino (Corazón Cojuangco, viuda de Benigno Aquino), pero usted – seguramente – no se habrá enterado.
Mucho menos espacio televisivo que el señor Jarque han recibido dos españoles que en vez de morir de un infarto, han sido asesinados por la ETA con una bomba lapa… el hecho de que dos servidores del orden entreguen su vida para defender de la carroña separatista a los ciudadanos de este país, según parece, es poco mediático.
No me lo tomen a mal los admiradores de este deportista, lo que me molesta – fundamentalmente - es la comparación… siento que en España casi todo, se está saliendo de madre.