lunes, 22 de junio de 2009

Consenso


"La vicepresidenta ha buscado el lugar ideal, un Foro Internacional sobre salud sexual y reproductiva, para dejar muy claro que el Gobierno no va a ceder ni un centímetro en su reforma de la Ley del Aborto.

Siempre estarán ahí quienes pretenden tener la patente de la moral social, quienes pretenden presentar lo que no es sino la apertura de una vía digna para quien decide transitar por ella. Por eso, no debemos pararnos porque sería dar un paso atrás y la sociedad española no quiere parar”, ha añadido De la Vega." [de COPE.es, 22/06/2009]


Lo que un progre de izquierdas entiende por consenso podría aparecer en un diccionario tras el término imposición.

Para un progre de izquierdas (valga la redundancia) el consenso consiste en que los demás deben aceptar sin rechistar lo que ellos dicen… aunque sea una burrada, o simplemente, mentira.

Con el progre, la realidad también se consensua. Las cosas pasan de ser como son, a ser como ellos nos cuentan.

Y si discrepas o difieres, eres un facha y estás crispando a la sociedad.

Cuando eran jóvenes (tal es el caso del insigne doctor Llamazares) tocaban la bandurria, ahora tocan las gónadas de los españoles, pero lo hacen con la misma resolución y cadencia.

Y si no estás de acuerdo se centran en alcanzar el consenso, que consiste – básicamente - en no hacerte ni puñetero caso y seguir a la suya.

Ah! e insultarte... porque cuando a una de estas tias les ponen un micrófono en la boca, les falta tiempo para echar sapos y culebras sobre esa mitad de España para la que no tienen la mas remota intención de gobernar... será cosa de la cuota.

Decir que un proyecto de ley que tiene prácticamente dividido en dos al Congreso de los Diputados, teniendo en cuenta, además, lo blandita que es la oposición, es una gran necesidad social… es pasarse de cínico, o de listo.

O no querer ver la realidad… o "consensuarla" para que se ajuste al manual de consignas.

En todos estos años de democracia aparente que llevamos en España, no había visto nunca un gobierno a quien el consenso (bien entendido) le importase tan poco.

Y es que dice el refrán que no hay tonto bueno.