No podía ser de otra manera... uno de los impuestos que nos van a subir es el de los combustibles.
Como todo el mundo sabe, la subida del precio del combustible, en la España del siglo XXI, afecta únicamente a los ricos… no tiene repercusión sobre el transporte público, el traslado de mercancías, el desplazamiento de los menos favorecidos.
El parado, como lo que tiene que hacer es quedarse en casa a esperar la subvención, no necesita coger el coche… de modo que no le afectará la subida del precio de los carburantes.
Pero no se alarmen ustedes aunque sean ricos, porque esta subida de impuestos es buena, ecológica, sostenible, solidaria… es un impuesto verde, como los pastos gallegos, como el mar en Isla Antilla, como los ojos de mis musas.
Y al fin y al cabo, ¿qué es el dinero?... sólo vanidad y predisposición al ocio, al vicio, a la avaricia.
Lo hacen por nuestro bien, es verde… ¿no lo entienden?
Tintar con el color de la esperanza esa vuelta adicional de tuerca que dan a nuestras maltrechas economías es, en el fondo, un acto de purificación espiritual.
Y nos hace mas buenos, comprensivos, tolerantes, solidarios… porque lo que recauden irá – no lo duden ustedes – a auxiliar a los mas desfavorecidos.
Así, nuestro gobierno podrá dotar de medios a los discapacitados, dado que desde que se aprobó la ley de dependencia, no han tenido oportunidad de hacerle un hueco en el presupuesto… los colectivos de gays y lesbianas podrán realizar campañas de educación ciudadana, podremos financiar películas españolas (sobre todo si es mujer el guionista o el director), nos convertiremos en mecenas de Bosés, de Ana-Belenes, de Victor-Manueles, de cantantes que apoyan, principalmente, a dictaduras de izquierda…
Y viviremos una etapa de progreso sin precedentes en la historia de la humanidad.
Porque – entérense de una vez – la confluencia de los astros, el azar, el destino y el devenir perezoso pero firme de la historia, nos permitirá ser testigos de un hecho de dimensiones bíblicas… la coincidencia temporal de Obama en América y Zapatero en Europa (todo ello gracias al PSOE y a Zapatero, que contribuyó decisivamente con su apoyo al advenimiento de la era Obama).
Y yo estoy contento porque no quiero ser el hombre más rico del cementerio.
¿Usted si?
Como todo el mundo sabe, la subida del precio del combustible, en la España del siglo XXI, afecta únicamente a los ricos… no tiene repercusión sobre el transporte público, el traslado de mercancías, el desplazamiento de los menos favorecidos.
El parado, como lo que tiene que hacer es quedarse en casa a esperar la subvención, no necesita coger el coche… de modo que no le afectará la subida del precio de los carburantes.
Pero no se alarmen ustedes aunque sean ricos, porque esta subida de impuestos es buena, ecológica, sostenible, solidaria… es un impuesto verde, como los pastos gallegos, como el mar en Isla Antilla, como los ojos de mis musas.
Y al fin y al cabo, ¿qué es el dinero?... sólo vanidad y predisposición al ocio, al vicio, a la avaricia.
Lo hacen por nuestro bien, es verde… ¿no lo entienden?
Tintar con el color de la esperanza esa vuelta adicional de tuerca que dan a nuestras maltrechas economías es, en el fondo, un acto de purificación espiritual.
Y nos hace mas buenos, comprensivos, tolerantes, solidarios… porque lo que recauden irá – no lo duden ustedes – a auxiliar a los mas desfavorecidos.
Así, nuestro gobierno podrá dotar de medios a los discapacitados, dado que desde que se aprobó la ley de dependencia, no han tenido oportunidad de hacerle un hueco en el presupuesto… los colectivos de gays y lesbianas podrán realizar campañas de educación ciudadana, podremos financiar películas españolas (sobre todo si es mujer el guionista o el director), nos convertiremos en mecenas de Bosés, de Ana-Belenes, de Victor-Manueles, de cantantes que apoyan, principalmente, a dictaduras de izquierda…
Y viviremos una etapa de progreso sin precedentes en la historia de la humanidad.
Porque – entérense de una vez – la confluencia de los astros, el azar, el destino y el devenir perezoso pero firme de la historia, nos permitirá ser testigos de un hecho de dimensiones bíblicas… la coincidencia temporal de Obama en América y Zapatero en Europa (todo ello gracias al PSOE y a Zapatero, que contribuyó decisivamente con su apoyo al advenimiento de la era Obama).
Y yo estoy contento porque no quiero ser el hombre más rico del cementerio.
¿Usted si?