Los hechos son los siguientes: Un grupo de seis o siete policías interviene en una pelea entre borrachos durante las fiestas de Pozuelo y terminan acorralados a botellazo limpio por unos cuantos centenares de energúmenos. Transcurrido un tiempo prudencial se produce un asalto a la comisaría de policía y se queman unos cuantos contenedores de basura, se destrozan algunos coches y se desbarata cierta cantidad de mobiliario urbano.
Entre la veintena de detenidos hay siete menores de edad. No se sabe aún que va a pasar con los detenidos ni de que van a ser acusados, pero por lo pronto están es sus casas. El alcalde ha prohibido el botellón (en vez de suspender las fiestas que es lo que hubiese hecho un alcalde sensato) este fin de semana que se avecina. Los jóvenes españoles han reaccionado citándose vía Internet para "liarla" en Pozuelo… se espera una gran afluencia de vándalos a las fiestas con intención de montar otro numerito.
Que entre los que ha detenido la policía hay inocentes, está claro. Los que están adiestrados en guerrilla urbana saben exactamente en que momento hay que quitarse de en medio. En estos fregados la policía detiene únicamente a los pardillos que se dejan llevar por los organizadores del evento o a los que están muy borrachos para correr.
Cuando corríamos delante de los grises en las facultades barcelonesas pasaba lo mismo… el tonto al que habían pedido que llevase el macuto con los panfletos era rápidamente detenido mientras la célula organizadora huía por la vía de escape previamente fijada.
Si se educa a los hijos cuando son pequeños, luego no hay que ir a visitarlos a la cárcel. Es uno de los premios que obtienen, como recompensa a su esfuerzo, los padres que se toman la molestia – que lo es – de estar encima de su prole para hacer de ellos seres cualificados para la convivencia.
La diferencia entre el fin de semana pasado y el que viene es que la policía va a estar al quite… y los vándalos, llevan una semana preparando los disturbios.
Los vándalos llevan mucho tiempo aprendiendo su oficio. La "kale borroka" es donde realizan las prácticas, y un grupo reducido de expertos puede manipular una masa numerosa de imbéciles.
Eso lo vamos a ver en Pozuelo, en Majadahonda (siguientes festejos) y si Dios no lo remedia en Las Rozas (que sigue a las fiestas de Majadahonda).
Por ello yo propongo como solución que este fin de semana se produzca – además de una buena reunión de antidisturbios – la primera concentración anual de conductores de ambulancias con sus vehículos y equipo médico adjunto.
Una vez hecho esto, propongo que al primer botellazo se llenen las ambulancias de chavales y chavalas descalabrados hasta que no se puedan cerrar las puertas de las mismas.
Un saldo de doscientas narices rotas, trescientas costillas fisuradas, diez o doce cabezas abiertas y unos cuantos cientos de moratones de distinta consideración sería algo razonable en estos casos.
Si llevan "lecheras", que las llenen de agua tintada… así, unos días después se podrá reconocer – a la simple inspección de la figura – a los festejantes.
Filmar al personal para ir haciendo una base de datos de aficionados al lanzamiento de vidrio tampoco estaría de mas.
Quizá, si descalabramos a nuestros jóvenes con la frecuencia suficiente, entenderán dos cosas: que con la policía no se juega y que la calle no es suya.
Porque yo no se a ustedes, pero a mi, las costumbres de nuestros pequeños salvajes se me hacen mas intolerables cada día que pasa.
Y vamos a replantearnos las fiestas... para que piaras de borrachos nos destrocen los pueblos, siempre estamos a tiempo.
Entre la veintena de detenidos hay siete menores de edad. No se sabe aún que va a pasar con los detenidos ni de que van a ser acusados, pero por lo pronto están es sus casas. El alcalde ha prohibido el botellón (en vez de suspender las fiestas que es lo que hubiese hecho un alcalde sensato) este fin de semana que se avecina. Los jóvenes españoles han reaccionado citándose vía Internet para "liarla" en Pozuelo… se espera una gran afluencia de vándalos a las fiestas con intención de montar otro numerito.
Que entre los que ha detenido la policía hay inocentes, está claro. Los que están adiestrados en guerrilla urbana saben exactamente en que momento hay que quitarse de en medio. En estos fregados la policía detiene únicamente a los pardillos que se dejan llevar por los organizadores del evento o a los que están muy borrachos para correr.
Cuando corríamos delante de los grises en las facultades barcelonesas pasaba lo mismo… el tonto al que habían pedido que llevase el macuto con los panfletos era rápidamente detenido mientras la célula organizadora huía por la vía de escape previamente fijada.
Si se educa a los hijos cuando son pequeños, luego no hay que ir a visitarlos a la cárcel. Es uno de los premios que obtienen, como recompensa a su esfuerzo, los padres que se toman la molestia – que lo es – de estar encima de su prole para hacer de ellos seres cualificados para la convivencia.
La diferencia entre el fin de semana pasado y el que viene es que la policía va a estar al quite… y los vándalos, llevan una semana preparando los disturbios.
Los vándalos llevan mucho tiempo aprendiendo su oficio. La "kale borroka" es donde realizan las prácticas, y un grupo reducido de expertos puede manipular una masa numerosa de imbéciles.
Eso lo vamos a ver en Pozuelo, en Majadahonda (siguientes festejos) y si Dios no lo remedia en Las Rozas (que sigue a las fiestas de Majadahonda).
Por ello yo propongo como solución que este fin de semana se produzca – además de una buena reunión de antidisturbios – la primera concentración anual de conductores de ambulancias con sus vehículos y equipo médico adjunto.
Una vez hecho esto, propongo que al primer botellazo se llenen las ambulancias de chavales y chavalas descalabrados hasta que no se puedan cerrar las puertas de las mismas.
Un saldo de doscientas narices rotas, trescientas costillas fisuradas, diez o doce cabezas abiertas y unos cuantos cientos de moratones de distinta consideración sería algo razonable en estos casos.
Si llevan "lecheras", que las llenen de agua tintada… así, unos días después se podrá reconocer – a la simple inspección de la figura – a los festejantes.
Filmar al personal para ir haciendo una base de datos de aficionados al lanzamiento de vidrio tampoco estaría de mas.
Quizá, si descalabramos a nuestros jóvenes con la frecuencia suficiente, entenderán dos cosas: que con la policía no se juega y que la calle no es suya.
Porque yo no se a ustedes, pero a mi, las costumbres de nuestros pequeños salvajes se me hacen mas intolerables cada día que pasa.
Y vamos a replantearnos las fiestas... para que piaras de borrachos nos destrocen los pueblos, siempre estamos a tiempo.