Tras una bandera hay siempre un grupo de hombres que se ven representados por ella. Por eso, cuando se insulta a una bandera se busca ofender al pueblo que representa.
Así cuando el bobo de solemnidad no quiso levantarse al paso de la bandera de los EEUU en aquél desfile, ofendió al pueblo norteamericano en pleno, sin distinción.
Nuestros cerdos locales queman la bandera Española.
Lo hacen por varias razones, pero la principal es para manifestar su odio a todos los que nos sentimos hermanados por sus colores… es un acto alevoso y cobarde, digno de la basura que lo perpetra.
Si esa bandera la estuviese enarbolando un hombre dispuesto a defenderla, no se atreverían ni a acercarse… estos catalanitos de mierda que queman retratos y banderas son así, tiran la piedra y esconden la mano, no tienen redaños, solo mala leche y una inconmensurable cobardía.
Y lo digo porque veinte años de convivencia con ellos me han hecho llegar a esta conclusión.
Muchos de ellos proceden de otras partes de España. Pertenecen a esa legión de bastardos acomplejados que abominan de sus raíces para hacerse perdonar por los otros bastardos el hecho de que sus padres nacieran en Jaén.
Son unos paletos sin cultura alguna… sólo entienden el lenguaje de la violencia y están crecidos porque esta dialéctica no se ejerce contra ellos de la misma manera que ellos lo ejercen contra los demás.
Si se les acorrala se les abren los esfínteres… y no lo digo por decir, lo he visto.
Luego están los otros, los “razonables”, los “pacíficos”… que juegan a la puta y a la ramoneta según les duela el bolsillo.
Son esa derechona canalla que va a misa mientras racanéa el sueldo a sus obreros. Militan en CiU, juegan al golf, se creen la nueva aristocracia y arreglan “el pais” mientras los hielos se derriten en sus vasos de malta… pero si sus negocios peligran se arrastran como gusanos ante cualquier credo. No adoran otra cosa que becerros de oro. Son pragmáticos hasta el vómito… aliados perpetuamente temporales, sanguijuelas de todo el que se arrima a ellos.
Y para colmo, tienen fama de sensatos…
Si naces y te crías en una sociedad donde el “tanto tienes, tanto vales” forma parte de la carga genética, acabas vacunado de materialismo.
Los catalanitos de mierda que queman nuestra bandera son hijos de estos otros.
Los papás la derecha, los niñitos la izquierda… todo queda en casa, en su casa, en ese cortijo inmenso que una vez fue Cataluña.
Pero todo esto sucede porque, hasta ahora, los españoles (usted y yo… los supuestos opresores) hemos tenido una enorme paciencia a la hora de aguantar sus ofensas.
Como en la escala de la civilización estamos unos cuantos escalones por encima de ellos, procuramos no envilecernos con comportamientos similares a los de estos simios.
Y se aprovechan de ello para ir tensando la cuerda…
Yo no sé en que deparará esto, pero el bobo solemne y su cuadrilla de allegados de cuota deberían explicarles a estos energúmenos (pues es su obligación) que en esta Bosnia, los servios somos mas.
Para que luego no llegue el llanto y el crujir de dientes.
Así cuando el bobo de solemnidad no quiso levantarse al paso de la bandera de los EEUU en aquél desfile, ofendió al pueblo norteamericano en pleno, sin distinción.
Nuestros cerdos locales queman la bandera Española.
Lo hacen por varias razones, pero la principal es para manifestar su odio a todos los que nos sentimos hermanados por sus colores… es un acto alevoso y cobarde, digno de la basura que lo perpetra.
Si esa bandera la estuviese enarbolando un hombre dispuesto a defenderla, no se atreverían ni a acercarse… estos catalanitos de mierda que queman retratos y banderas son así, tiran la piedra y esconden la mano, no tienen redaños, solo mala leche y una inconmensurable cobardía.
Y lo digo porque veinte años de convivencia con ellos me han hecho llegar a esta conclusión.
Muchos de ellos proceden de otras partes de España. Pertenecen a esa legión de bastardos acomplejados que abominan de sus raíces para hacerse perdonar por los otros bastardos el hecho de que sus padres nacieran en Jaén.
Son unos paletos sin cultura alguna… sólo entienden el lenguaje de la violencia y están crecidos porque esta dialéctica no se ejerce contra ellos de la misma manera que ellos lo ejercen contra los demás.
Si se les acorrala se les abren los esfínteres… y no lo digo por decir, lo he visto.
Luego están los otros, los “razonables”, los “pacíficos”… que juegan a la puta y a la ramoneta según les duela el bolsillo.
Son esa derechona canalla que va a misa mientras racanéa el sueldo a sus obreros. Militan en CiU, juegan al golf, se creen la nueva aristocracia y arreglan “el pais” mientras los hielos se derriten en sus vasos de malta… pero si sus negocios peligran se arrastran como gusanos ante cualquier credo. No adoran otra cosa que becerros de oro. Son pragmáticos hasta el vómito… aliados perpetuamente temporales, sanguijuelas de todo el que se arrima a ellos.
Y para colmo, tienen fama de sensatos…
Si naces y te crías en una sociedad donde el “tanto tienes, tanto vales” forma parte de la carga genética, acabas vacunado de materialismo.
Los catalanitos de mierda que queman nuestra bandera son hijos de estos otros.
Los papás la derecha, los niñitos la izquierda… todo queda en casa, en su casa, en ese cortijo inmenso que una vez fue Cataluña.
Pero todo esto sucede porque, hasta ahora, los españoles (usted y yo… los supuestos opresores) hemos tenido una enorme paciencia a la hora de aguantar sus ofensas.
Como en la escala de la civilización estamos unos cuantos escalones por encima de ellos, procuramos no envilecernos con comportamientos similares a los de estos simios.
Y se aprovechan de ello para ir tensando la cuerda…
Yo no sé en que deparará esto, pero el bobo solemne y su cuadrilla de allegados de cuota deberían explicarles a estos energúmenos (pues es su obligación) que en esta Bosnia, los servios somos mas.
Para que luego no llegue el llanto y el crujir de dientes.