En todas partes del mundo cuando te dan un premio, das las gracias.
No voy a entrar en lo merecido o inmerecido de los mismos… los premios son – desde hace mucho tiempo – subvenciones encubiertas que unos amigos se dan a otros amigos. Aunque es menester reconocer que – de cuando en cuando – los jurados sorprenden y le dan el premio a alguien que se lo merece, pero no es lo común.
Si esto sucede con la literatura, con el cine español, esa basura infumable que es (en su conjunto) el cine español, ya ni hablemos.
Fernandito Trueba, al recibir el premio nacional de cine, se ha despachado con una serie de eructos entre los que destaca su afirmación de que nunca “ni cinco minutos” se ha sentido español.
Lo cual es una estupenda forma de dar las gracias al pueblo que te otorga un premio.
Trueba no es sólo un director de bodrios que, sin la generosa e incompresible subvención que los sucesivos gobiernos han ido dando al estercolero del “cine español”, no habría podido hacer ni un cortometraje… además es un maleducado.
Y como se cree por encima del bien y del mal (cosa que pasa a muchos pijoprogres) se permite el lujo de despreciar a quienes le otorgan el premio por aquello de hacer “la gracia”… y como - además - se ha puesto de moda entre los chupasangres y los paniaguados renegar de la condición de español, pues eso… rebuzno al canto.
También se puede considerar el hecho de que recibiendo el premio de manos de un ministro del PP, al niño de la mirada torva lo han puesto en la encrucijada de tragarse un sapo o renunciar al premio... la solución es obvia, me embolso el premio pero aprovecho para vomitar medio litro de bilis para que los "bardemitas" vean que sigo fiel a la causa y no me crucifiquen por aceptar un premio "contaminado" por los que están dentro del "cordón sanitario".
También se puede considerar el hecho de que recibiendo el premio de manos de un ministro del PP, al niño de la mirada torva lo han puesto en la encrucijada de tragarse un sapo o renunciar al premio... la solución es obvia, me embolso el premio pero aprovecho para vomitar medio litro de bilis para que los "bardemitas" vean que sigo fiel a la causa y no me crucifiquen por aceptar un premio "contaminado" por los que están dentro del "cordón sanitario".
Al señor Trueba (perdón por lo de señor) alguien tendría que haberle explicado que al cien por cien de los españoles nos importa un carajo como se sienta o se deje de sentir… y que lo correcto cuando te dan un premio es dar las gracias.
Yo personalmente les diré que nunca, ni cinco minutos, me he sentido orgulloso de que este patán fuese español.
Y no les cuento lo que opino de sus películas...