Cataluña tiene una población de 7,5 millones de personas, de las cuales un 20% son menores de 19 años… digamos que quedan pues, para votar, unos 6 millones en números redondos.
De estos 6 millones de votantes, han acudido a las urnas en 2015 alrededor de 4, ya que el voto usable (sin blancos, nulos y filtrado por d’Ont ha sido de 3,965.405).
El voto separatista (Junts y Cup) roza los 2 millones, es decir prácticamente la mitad del voto contabilizable.
Con respecto a la participación es un 47,7%, pero con respecto al total votante es un 36,9%.
Parto de la base de que quien se ha tomado – de verdad – el referéndum en clave de plebiscito, son los separatistas, porque mientras los partidos leales se han dividido en “izquierda-derecha-centro”, los secesionistas se han unido alrededor de la separación (Convergencia es un partido de derechas y tanto Esquerra como ICV son de izquierdas).
Con esto quiero decir que los separatistas son, precisamente, los que han ido a votar "independencia"… y son 1,620.973 de Junts y 336.375 del Cup. Al cambio 2 millones en un grupo de 6 millones, que en román paladino quiere decir que de cada 10 catalanes con derecho a voto, 3 son separatistas (3,3 para ser exactos).
E insisto en que el que ha querido manifestarse como partidario de la independencia de Cataluña, lo ha hecho. El que quiere pan va a la panadería, si no vas a la panadería es porque no quieres pan.
Y así, con esta “abultada base”, tres de cada diez, estos sentimentales se sienten “legitimados” para “seguir con el proceso” e imponer a los siete restantes de cada diez, sus tesis secesionistas.
Este éxito sin precedentes lo han conseguido después de estar durante treinta y tantos años machacando sin parar al pueblo catalán con: nueve canales de televisión, seis o siete periódicos subvencionados, un numero indeterminado de emisoras de radio y la practica totalidad de los maestros en los colegios de Cataluña… teniendo en cuenta, además, que frente a sus tesis secesionistas y de fomento del odio a lo español, han tenido el vacío absoluto, la nada política, la pasividad completa de todos los gobiernos “centrales”.
Creo que si lo analizamos con un poquito de rigor democrático (un hombre un voto, ya saben) estos tíos están donde están y son los que son… y hay que privarles de esa maquinaria de falsificar realidades que, para mas INRI, se paga con nuestros impuestos.
Que tres de cada diez quieran imponerse por la fuerza, tiene un nombre (independientemente de que esta absurda ley electoral que prima la representatividad de las comarcas despobladas, les de una mayoría de escaños).
Si les digo la verdad, me preocupa bastante más que la Cup haya sumado 200.000 adeptos y que los podemitas cuenten con casi 360.000 votos… porque eso crea una fuerza de 700.000 ultras dispuestos a romper lo que haga falta.
En un plazo mas o menos breve preveo que en Cataluña, como siempre, tendremos un importante problema de orden púbico.
Y lo digo con la calculadora en la mano.