Supongo que otorgar un premio Nobel de Física resulta mucho más sencillo que hacerlo de Literatura. De alguna manera, físicos capaces de aspirar al Nobel, debe haber muy pocos, circunstancia que en Literatura, dado lo mucho y lo muy bueno que hay por ahí, no debe darse.
Lo que debe ser parecido a un juego de azar es otorgar el Nobel de la Paz, pero de ese desprestigiado Nobel hablaremos otro día.
Esta vez le han dado el premio a Mario Vargas Llosa y yo, que quieren que les diga, estoy encantado.
Primero porque Don Mario será lo que sea, pero escribe que da gusto, y aunque a juicio de otro jurado, el premio podía haber recaído en otro escritor (que seguramente lo habrá), nadie puede negar que en esto de escribir, este señor es de matrícula de honor.
Hecha esta aclaración viene ahora la segunda parte.
A los grandes intelectuales de nuestro país, como es el caso de Willy Toledo, no le ha gustado que le concedan el Nobel a Mario vargas Llosa. Seguramente el hecho tiene que ver con el enfrentamiento político que tuvo con Fujimori y el la circunstancia de que Don Mario no simpatice con ese adalid de la democracia que gobierna en Cuba desde que yo eché los dientes.
No he recabado información de los demás grandes intelectuales que tenemos en España, ya saben, Pilar Barden, el Chiquilicuatre, el rey del pollo frito, Belén Esteban, el Gran Wyoming… pero imagino que (quitando a Belén Esteban que nunca reconocerá en público haber leído un libro) los demás serán de la línea de Willy.
Y eso es muy significativo porque resume la forma que tiene la progresía española de contemplar la realidad… si es de los míos, aunque escriba con faltas de ortografía, merece el premio, si no es de los míos, lo menos que se puede hacer con él es quemarle los libros.
A mi Saramago me pareció siempre un cínico y un sinvergüenza, uno de esos comunistas millonarios que predican sólo con la boquita chica, pero que le concediesen un premio de Literatura, me pareció adecuado… lo de escribir – admito – se le daba estupendamente. Me hubiera molestado – si acaso - que le diesen un premio de Astrofísica, pero yo no soy un intelectual y mi opinión no cuenta.
Willy Toledo, que como actor cómico no es malo del todo, se ve obligado a eructar cíclicamente en algún periódico para poder aportar documentación a su currículo. No en vano, el dinero del contribuyente, y de un tiempo a esta parte más que nunca, se reparte en función de la fidelidad al régimen.
Y como un actor lo del miedo al ridículo lo tiene superado por el ejercicio de su profesión… dicen aquello de “mas cornás da el hambre”.
El hambre que pasarían si tuviesen que vivir de su trabajo y no de la subvención.