Cuando era pequeño jugábamos a “las sillas musicales”, generalmente durante la celebración del cumpleaños de algún amiguito, arbitrados - lógicamente - por una persona mayor por aquello del “fair play”.
El juego consiste, para el que no lo sepa, en disponer en un círculo tantas sillas como jugadores hay menos una. Los jugadores, en tanto suena una musiquilla, dan vueltas alrededor de las sillas y, en el momento en que la música deja de sonar, tienen que sentarse lo más rápidamente que puedan. Como hay una silla menos que jugadores, inexorablemente uno de ellos queda de pié… y es eliminado. Acto seguido se quita una silla del círculo (para reproducir las condiciones iniciales) y se repite la rutina.
Las remodelaciones del Gobierno de España (marca registrada) recuerdan a este juego.
Hay quien se manifiesta muy preocupado porque este gobierno es mas “mediático”… y posiblemente sea mas mediático (aunque no incorpore a Belén Esteban) pero es, cuando menos, igual de ineficaz.
Para Zapo "el nefasto", una “miembra” de la PSOE vale igual para candidata al gobierno de una Taifa (micro-política) que para ministro de estertores (macro-política)… y además le parece adecuado poner una mujer al frente de esa alianza de las tonterías en la que la mujer es un cero a la izquierda de cualquier número.
En cuanto a Sanidad, el único mérito que parece adornar a nuestra flamante ministra, es el de pertenecer al selecto grupo de abortístas del partido… porque a estas tiorras, lo único que en sanidad les llama la atención es lo que acontece de cintura para abajo, y sólo hasta medio muslo, no vaya a ser que se compliquen los temas.
Al menos, echan a esa tonta de capirote que ignora lo que es un ser humano y a otra ministra de cuyo nombre no me acuerdo y cuya cara no soy capaz de poner… algo relacionado con la vivienda.
Mas de lo mismo, iguales collares y perros idénticos para un gobierno combustible…
Bueno, quizá exagero, porque algo si que ha cambiado: Fumanchú en persona se hace cargo de la vicepresidencia sin dejar Interior. Y además se queda de portavoz…
ZP ha querido con este (vamos a llamarlo) gobierno, transmitir un mensaje: “¡Mariano, te vas a enterar de lo que vale un peine!”.
Si no, al tiempo.