“The Girl with the Dragon Tattoo” es el primer libro de una trilogía que ha arrasado literalmente las librerías españolas en el año 2009. La versión española de este libro llevaba por título “Los hombres que no amaban a las mujeres” (no me pregunten, cosas de los traductores) y su adquisición supuso, para mi, un desembolso de casi treinta euros.
El librero (noble oficio donde los haya) se llevó un porcentaje de esos treinta euros, la distribuidora otro tanto y la parte del león se la llevó, como era de esperar, la editorial… el autor (o quien gestione sus derechos, pues Larsson, desgraciadamente, está muerto) recibió alrededor de un siete por ciento de mis treinta euros.
Haciendo numeritos con una calculadora, podemos afirmar que el autor percibió de mi pecunio la cantidad de 2 euros y 10 céntimos.
Hoy, dando una vuelta por Amazon he visto la versión digital de ese mismo libro a 5 dólares y 73 centavos… al cambio 4 euros con 25 céntimos.
Cierto es que para poder disfrutar de Larsson en ese formato hay que tener un aparatito que se llama Kindle y que todavía no está muy difundido, pero creo que no me pillo los dedos si afirmo que en un futuro no muy lejano las maquinitas tipo “kindle” nos serán tan familiares como lo es ahora el teléfono móvil.
Disponer de un kindle, o un sucedaneo de kindle, me reportará la ventaja de poder adquirir el libro en cuanto salga… a un precio muy razonable. ¿No pagaría usted 4 euros con 25 por un Best Seller cuando el billete de autobús le cuesta 2 con 20?
Pero esto no es lo mejor… lo mejor viene ahora.
Amazón paga al autor del libro el 70 por ciento (si, lo han leído bien) del total por cada venta.
De este modo, cuando los herederos de Larsson hacen una venta a través de Amazón, reciben tres euros, es decir, un euro más que con las ediciones en papel.
No parece mucho pero… ¿Cómo venderá Larsson mas libros, a 30 o a 5 euros?
Y, consideraciones económicas aparte, centrándonos en el deseo que tiene cualquiera que escribe en llegar a una gran cantidad de lectores… ¿Se llega a mas lectores a 30 o a 5 euros?
La industria editorial tiene que cambiar el “chip”… por el bien del autor y del lector.
Y a la SGAE que le den por la retambufa.
El librero (noble oficio donde los haya) se llevó un porcentaje de esos treinta euros, la distribuidora otro tanto y la parte del león se la llevó, como era de esperar, la editorial… el autor (o quien gestione sus derechos, pues Larsson, desgraciadamente, está muerto) recibió alrededor de un siete por ciento de mis treinta euros.
Haciendo numeritos con una calculadora, podemos afirmar que el autor percibió de mi pecunio la cantidad de 2 euros y 10 céntimos.
Hoy, dando una vuelta por Amazon he visto la versión digital de ese mismo libro a 5 dólares y 73 centavos… al cambio 4 euros con 25 céntimos.
Cierto es que para poder disfrutar de Larsson en ese formato hay que tener un aparatito que se llama Kindle y que todavía no está muy difundido, pero creo que no me pillo los dedos si afirmo que en un futuro no muy lejano las maquinitas tipo “kindle” nos serán tan familiares como lo es ahora el teléfono móvil.
Disponer de un kindle, o un sucedaneo de kindle, me reportará la ventaja de poder adquirir el libro en cuanto salga… a un precio muy razonable. ¿No pagaría usted 4 euros con 25 por un Best Seller cuando el billete de autobús le cuesta 2 con 20?
Pero esto no es lo mejor… lo mejor viene ahora.
Amazón paga al autor del libro el 70 por ciento (si, lo han leído bien) del total por cada venta.
De este modo, cuando los herederos de Larsson hacen una venta a través de Amazón, reciben tres euros, es decir, un euro más que con las ediciones en papel.
No parece mucho pero… ¿Cómo venderá Larsson mas libros, a 30 o a 5 euros?
Y, consideraciones económicas aparte, centrándonos en el deseo que tiene cualquiera que escribe en llegar a una gran cantidad de lectores… ¿Se llega a mas lectores a 30 o a 5 euros?
La industria editorial tiene que cambiar el “chip”… por el bien del autor y del lector.
Y a la SGAE que le den por la retambufa.