“Los chikos del maiz” son un par de seres vivos que cantan una cosa incomprensible que se llama “rap” y que consiste, básicamente, en eructar rimas cutres con un “chin-pun” de fondo que – eso no puedo negarlo – tiene cierto ritmo.
Algunos, a estas expresiones de analfabetismo lo llaman música… en mi opinión, si el rap desapareciera de la faz de la tierra no se perdería ninguna cosa reseñable, pero claro, esa es mi opinión.
Y mi opinión es – asimismo – que cuando unos anormales que no saben escribir en castellano el nombre de su grupo, se dedican en sus letras a insultar a ciudadanos como Ortega Lara, no merecen contratos del Estado.
Desgraciadamente, cuando la progresía (esa peste que nos asola desde hace mas tiempo del que soy capaz de recordar) toma las riendas de cualquier cosa, plasma en gasto sus complejos y su idiotez… con mi dinero y el de usted, claro está.
Uno está dispuesto a admitir que el solar patrio tenga un numero mas o menos grande de idiotas, de todo hay en la viña del Señor y el tonto de baba es una referencia estupenda a la hora de describir a una persona normal, pero de ahí a que los finaciemos – convendrán conmigo – media un abismo.
Contratar a esta chusma para que se gane la vida insultando a gente que dista moralmente de ellos lo que sepára la miel de la mierda (con perdón), simplemente, no es de recibo.
¿Se me entiende lo que digo señor Monteseirín?
Algunos, a estas expresiones de analfabetismo lo llaman música… en mi opinión, si el rap desapareciera de la faz de la tierra no se perdería ninguna cosa reseñable, pero claro, esa es mi opinión.
Y mi opinión es – asimismo – que cuando unos anormales que no saben escribir en castellano el nombre de su grupo, se dedican en sus letras a insultar a ciudadanos como Ortega Lara, no merecen contratos del Estado.
Desgraciadamente, cuando la progresía (esa peste que nos asola desde hace mas tiempo del que soy capaz de recordar) toma las riendas de cualquier cosa, plasma en gasto sus complejos y su idiotez… con mi dinero y el de usted, claro está.
Uno está dispuesto a admitir que el solar patrio tenga un numero mas o menos grande de idiotas, de todo hay en la viña del Señor y el tonto de baba es una referencia estupenda a la hora de describir a una persona normal, pero de ahí a que los finaciemos – convendrán conmigo – media un abismo.
Contratar a esta chusma para que se gane la vida insultando a gente que dista moralmente de ellos lo que sepára la miel de la mierda (con perdón), simplemente, no es de recibo.
¿Se me entiende lo que digo señor Monteseirín?