Ayer se produjo el tradicional desfile de las Fuerzas Armadas y – con él – la tradicional pitada a Zapatero y su gobierno de ineptos.
A Gallardón, según dicen, aquello le pareció “una falta de respeto” por parte del pueblo que, según él, debería haber elegido “otra ocasión” para patalear.
A esta nueva casta de políticos depredadores del erario, no les gusta que el pueblo les pite… no lo entienden.
Poseedores de la verdad absoluta, adalides de la corrección política, monopolistas de las políticas sociales, ecológicas, modernas y digestivas, escapa a su raciocinio que la gente les afee su sinvergonzonería en vez de dorarles la píldora.
Pero lo resuelven rápido.
Sacan la libretita negra y apuntan: “Lunes, reunión con los asesores para ver que hacemos para vengarnos de la pitada”… y promulgan alguna ley progresista que fastidie a los pitantes.
Por ejemplo, los anormales (no encuentro otra definición) de la Memoria Histérica, han propuesto sustituir el “Todo por la Patria” que engalana las puertas de los acuartelamientos por un “Todo por la Democracia”… tal vez deberían proponer un “Todo por la Demagogia” o un “Todo por la Cleptocracia”, que es en definitiva, el sistema político en el que nos encontramos sumidos.
La distancia que separa al pueblo de sus ordeñadores es cada vez mayor.
A Albertito le molestan las faltas de respeto cuando la pitada es de los “fachas”, pero cuando los titiriteros le dejaron con la mesa puesta en los tiempos del “No a la guerra” (a aquella guerra) se mostró muy comprensivo.
Y puestos a hablar de faltas de respeto, ¿Cómo calificaría el Sr. Gallardón a la deuda astronómica que nos ha creado a los madrileños con su faraónica política de gasto?
A Albertito no han empezado a pitarle, pero no se preocupen, pronto empezarán a hacerlo.
Una cosa es cierta: A Bambi no le gustan los desfiles… y a Mariano le parecen un “coñazo”.
¿Y yo a quien voto?
A Gallardón, según dicen, aquello le pareció “una falta de respeto” por parte del pueblo que, según él, debería haber elegido “otra ocasión” para patalear.
A esta nueva casta de políticos depredadores del erario, no les gusta que el pueblo les pite… no lo entienden.
Poseedores de la verdad absoluta, adalides de la corrección política, monopolistas de las políticas sociales, ecológicas, modernas y digestivas, escapa a su raciocinio que la gente les afee su sinvergonzonería en vez de dorarles la píldora.
Pero lo resuelven rápido.
Sacan la libretita negra y apuntan: “Lunes, reunión con los asesores para ver que hacemos para vengarnos de la pitada”… y promulgan alguna ley progresista que fastidie a los pitantes.
Por ejemplo, los anormales (no encuentro otra definición) de la Memoria Histérica, han propuesto sustituir el “Todo por la Patria” que engalana las puertas de los acuartelamientos por un “Todo por la Democracia”… tal vez deberían proponer un “Todo por la Demagogia” o un “Todo por la Cleptocracia”, que es en definitiva, el sistema político en el que nos encontramos sumidos.
La distancia que separa al pueblo de sus ordeñadores es cada vez mayor.
A Albertito le molestan las faltas de respeto cuando la pitada es de los “fachas”, pero cuando los titiriteros le dejaron con la mesa puesta en los tiempos del “No a la guerra” (a aquella guerra) se mostró muy comprensivo.
Y puestos a hablar de faltas de respeto, ¿Cómo calificaría el Sr. Gallardón a la deuda astronómica que nos ha creado a los madrileños con su faraónica política de gasto?
A Albertito no han empezado a pitarle, pero no se preocupen, pronto empezarán a hacerlo.
Una cosa es cierta: A Bambi no le gustan los desfiles… y a Mariano le parecen un “coñazo”.
¿Y yo a quien voto?