El último rebuzno de “Willy” Toledo en Twitter sobre lo acaecido en Sidney ilustra de una forma rotunda la forma de pensar de nuestra izquierda.
Dice el Twitt:
“Un tipo entra en un bar. Secuestra a clientes. No hay daños. Horas después entra policía. Mata a tres personas. Hiere a 7. ¡¡¡Alarma islamista mundial!!!”
Para darse cuenta de que guillermito es medio lerdo no hace falta más… y si alguno necesita más pruebas, baste con referirse a aquellas declaraciones en las que este homínido afirmaba que lo de Cuba es una auténtica democracia.
Los lerdos tienen la ventaja de que actúan sin filtro, dicen lo que les pide el cuerpo… y muestran sin pudor sus prejuicios creyendo que hacen profundas reflexiones.
De este modo, sin necesidad de diseccionar al pato, podemos verle las entrañas.
La izquierda española, fenomenalmente representada por este actor, cree que lo del islamismo no es una amenaza, que Castro ha hecho algo bueno por Cuba, que la derecha no está legitimada para gobernar (la izquierda, en cambio, si), que llevar una bandera de tu país en la solapa te convierte en “facha”, etc., etc., etc.
La evidencia es otra, pero entre la evidencia y el prejuicio, en ellos, gana siempre el prejuicio.
Por ejemplo:
Si se pita al himno nacional y al Rey de España en un partido de futbol, estamos hablando de “libertad de expresión”, si se pita a Zapatero en un desfile es una “incalificable falta de respeto”.
Que yo diga que la unión de dos homosexuales no es un matrimonio, me convierte automáticamente en homófobo, pero que el gobierno iraní los ahorque en público, o que Fidel Castro los encarcele, no mueve en ellos comentario alguno.
Torear es una atrocidad, trocear a un nasciturus un derecho.
Cuando un animal que va a las manifestaciones armado y con clara intención de hacer daño, incendiar contenedores de basura, romper escaparates de comercios o apedrear a la policía, recibe un porrazo de los antidisturbios, estamos ante un acto de “fuerza desmedida”… pero si al que le abren la cabeza es al policía, estamos ante una “reacción justificada”.
Si yo pienso blanco, ellos piensan negro… no hay puntos de encuentro.
En otros países, en otras culturas o en otros planetas, que dos grupos defiendan posturas diferentes no es un problema, pero en España si.
Y es un problema porque el ser humano de izquierdas no reconoce la legitimidad de pensamiento en su oponente. Ellos tienen la razón y punto.
Su odio está muy por encima de su raciocinio.
Y así nos luce el pelo.
Zapatero segunda parte (el guapo que se quita las vocales) está mas por la labor de pactar con Podemos que de hacerlo con el PP… aunque en el camino España se hunda en la miseria.
De modo que – al final - tendremos que felicitar a Mariano por haber conseguido que los suyos no le quieran votar y los de enfrente no quieran pactar con él.
Lo de España, el país de los "willys", ¡un éxito sin precedentes!