La legalización de los colaboradores de ETA es un episodio mas de la historia negra de España.
Con el esperpento perpetrado por ese pozo de inmundicia que le enmienda la plana al Tribunal Supremo, se pone de manifiesto hasta que punto hay un plan trazado meticulosamente para que los asesinos de ETA y su entorno mafioso entren a formar parte de la normalidad política en España.
Lo peor de todo es que a esto se ha llegado con la colaboración de los políticos que ha elegido el pueblo español para que les represente y les defienda... y esta última mamarrachada criminal la ha sacado adelante un gobierno que se encaramó al poder, entre otras, con la promesa de no compadrear con ETA.
Dice Esperanza Aguirre que ese tribunal no sirve ni para hacer leña y que habría que disolverlo para formar una “sala de lo constitucional” en el supremo.
Y yo estoy de acuerdo siempre que los políticos no metan sus sucias pezuñas en el nombramiento de los mismos.
Porque en España – al estar la justicia supeditada a la política – la imposibilidad de alcanzar el Estado de Derecho en una dolorosa realidad.
Unase a ésto que el pueblo español, de unos años a esta parte, ha perdido la dignidad, la vergüenza y el deseo de salir de la ciénaga... así nos luce el pelo.
Por cierto, los traidores son estos
Los pongo aquí porque para mi está claro que de los próximos crímenes de ETA (o de los próximos delitos que cometa su “entorno”), estos individuos son corresponsables.